“¿Qué sentía al estar en el escenario?”, le pregunta el periodista interpretado por Kodi Smit-McPhee a María Callas. “Una exaltación, una embriaguez total. Pensé que el escenario mismo se quemaría”, responde ella, la icónica diva de la ópera en la voz y la piel de nada menos que la actriz Angelina Jolie, en la nueva película del aclamado director chileno Pablo Larraín.

‘María’ se sitúa en los últimos días de la soprano griega-estadounidense, cuando decide retirarse en París. Y la película no solo revisita los momentos más brillantes de su carrera, sino también las complejidades de su identidad y su vida personal. Un enfoque con el que Larraín buscó revelar la esencia de una mujer que dedicó todo al arte y al espectáculo, solo para descubrir que su verdadera voz estaba en su interior.

Y es ese personaje el que ahora catalogan como una de las mejores actuaciones de Angelina Jolie, que tiene a muchos pronosticando una nominación al Óscar.

Pero más que un biopic, este es un homenaje poético a una de las figuras más icónicas de la ópera y un recordatorio del poder transformador del arte, donde Jolie, con una carrera marcada por interpretaciones inolvidables, regresa al cine con un rol desafiante que parece haber nacido para interpretar.

Desde su Óscar por ‘Girl, Interrupted’ hasta sus transformaciones en películas como Changeling y Maleficent, Jolie ha demostrado una capacidad inigualable para encarnar personajes complejos.

Sin embargo, en María, que será estrenada por Netflix, el próximo 11 de diciembre, da vida no solo a la voz sino también a las emociones, los conflictos internos y la vulnerabilidad de Callas.

María sigue a la soprano mientras se retira a París después de una vida glamorosa y tumultuosa ante el público, en sus últimos días mientras la diva analiza su identidad y su vida. Foto: Netflix | Foto: El País

Callas fue su propia piel durante mucho tiempo, y en ella, según relató Jolie, también resonó su propia voz, pues tuvo que aprender no solo a entrañar su personaje, sino a cantar desde su propio corazón.

“Cantar ópera requiere que seas lo más abierta emocionalmente posible; no es como cantar en el coche. Es catártico. Nunca me había exigido ni me había abierto de esa manera, eso era abrumador”, dijo la actriz a un reconocido medio internacional.

Y luego profundizó: “He estudiado el método de Lee Strasberg y técnicas de respiración; es como cuando lloras y te escuchas gemir. Esos sonidos son las emociones que tú expresas. Así que realmente yo no había entendido cuánto retenemos en nuestros cuerpos, cuánto cargamos a lo largo de la vida y cómo todo eso cambia y afecta nuestro sonido y nuestra voz. Y no me refiero sólo a la parte audible de nuestra voz, sino nuestra verdadera voz: la forma en que nos comunicamos unos con otros. Y me di cuenta desde el principio, cuando tuve que respirar profundamente y dejar salir todo, que también tenía que dejar salir mi voz real… porque es donde llevaba mi dolor privado, mi gentileza”, confesó también en una reciente entrevista a Vogue, liderada por el director de la cinta, Pablo Larraín, conocido por sus aclamados biopics como Jackie y Spencer.

Según el director, esta es su obra más íntima, una exploración psicológica de una artista que, tras vivir bajo el escrutinio del público, busca su propia identidad, lo que para muchos, tal vez, se asemeja a la vida de Jolie.

Al menos así lo hizo ver, cuando también detalló que cayó en una conexión más profunda con la cantante.

“Sin duda, me habían visto triste en mi vida, pero yo no lloro así delante de mis hijos. Ese fue el momento en el que me di cuenta de que iban a estar conmigo, codo a codo, en este proceso de comprender realmente la profundidad de parte del dolor que llevo encima”, aseguró la estrella de Hollywood, quien antes de esta destacada actuación, había pasado los últimos años de su vida dirigiendo películas y dando prioridad a la crianza de sus seis hijos.

Pero incluso, se atrevió a hablar de aquello que ambas tenían en común, el público. Mismo que alabó a Callas, y tiempo después a ella, y quien ha estado allí, expectante de cada paso en su vida, en algunos prolíficos, y otros, en cambio, escandalosos.

“Vives a través de la comunicación con el público. Para María y para mí eso siempre ha sido muy importante”, aseguró, antes de hablar de lo que para ella, como estrella, podría representar tener su propia biopic.

‘María’ de Pablo Larraín, se estrenará este 11 de diciembre en el gigante de streaming, Netflix. | Foto: El País

“Cuando eres una persona pública y la interpretas, eres consciente de lo mucho que odiarías que alguien interpretara tu vida o pensara que la entiende, así que tratamos de ser reflexivos. Esperemos que no haya ninguna sobre mi vida”, aseguró la artista.

Y añadió, “Sé que ella era una persona pública porque amaba su trabajo. Y soy una persona pública porque amo mi trabajo, no porque me guste ser pública. Creo que algunas personas se sienten más cómodas con la vida pública y yo nunca me he sentido completamente cómoda con ella”.

Cabe decir que, en esta producción, el director chileno trabaja nuevamente con el célebre director de fotografía Edward Lachman, cuya maestría en el claroscuro ha sido previamente nominada al Óscar.

La película también cuenta con la colaboración del guionista Steven Knight, quien escribió Spencer y es conocido por crear Peaky Blinders.

“Estoy emocionado de asociarme nuevamente con el equipo de Netflix que se preocupa con tanta pasión por las películas. Esta película es mi trabajo más personal hasta ahora. Es una imaginación creativa y un retrato psicológico de María Callas, quien después de dedicar su vida a actuar para audiencias de todo el mundo, finalmente decide encontrar su propia voz, su propia identidad y cantar para sí misma. Me siento profundamente honrado de contar esta historia y compartirla con audiencias de todo el mundo como lo hizo María con su vida”, dijo Larraín a Tudum by Netflix.

La cinta, donde además de Jolie, cuenta con las actuaciones del nominado al Óscar Kodi Smit-McPhee, Alba Rohrwacher, Pierfrancesco Favino y Valeria Golino, quienes enriquecen la narrativa con sus interpretaciones, tuvo su estreno mundial en el pasado Festival Internacional de Cine de Venecia, donde todos recibieron una ovación de pie por la producción.

Y, como dato curioso, en las escenas donde María Callas enfrenta imperfecciones en su canto, Larraín utiliza una innovadora combinación de grabaciones de archivo de la soprano y la voz de Angelina Jolie. Una mezcla de las dos recorre ‘María’.

“Al principio del proceso”, dice Jolie, “descubrí que no se puede fingir cantar ópera”.

“Hay algo que ocurre en estas hermosas piezas de música que no puedes cantar a menos que puedas acceder a una determinada parte de ti”. Angelina jolie, actriz. | Foto: El País

Sobre María Callas

Nacida como Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulos en Nueva York, de padres griegos, Callas mostró talento musical desde temprana edad.

En su adolescencia, su familia regresó a Grecia, donde estudió en el Conservatorio Nacional de Atenas. Allí, su poderosa voz y su capacidad para interpretar papeles dramáticos la destacaron rápidamente, revolucionando desde entonces, el mundo de la ópera.

María Callas murió de un ataque cardíaco a los 53 años en 1977, dejando un legado que aún sigue inspirando.

2. Nacida para brillar

Han sido muchos los años que Jolie ha dedicado a forjar su carrera actoral. Eso, por no decir que casi toda su vida ha estado ligada al cine.

Y es que, sus primeros pinos fueron tal vez, desde los 11 años de edad, cuando fue inscrita para estudiar en el Lee Strasberg Theatre Institute, lo que sin duda, marcaría el comienzo de su formación actoral.

Su gran salto llegó en 1982 con su interpretación en la película Lookin’ to Get Out, junto a su padre, y luego, en 1998, en Gia, donde encarnó a Gia Carangi, una supermodelo cuya vida fue truncada por las adicciones.

Este papel le valió un Globo de Oro y consolidó su reputación como una actriz intensa y comprometida. En 1999, ganó el Óscar a Mejor Actriz de Reparto por su papel en Inocencia Interrumpida, reafirmando su lugar en Hollywood, y convirtiéndose paralelamente, en un verdadero sex symbol para el resto de la humanidad.

Angelina Jolie y Brad Pitt, se conocieron durante la filmación de la película Señor y Señora Smith | Foto: Archivo Semana

Pero fue hasta los años 2000, cuando Jolie se convirtió verdaderamente en una estrella internacional con papeles icónicos en películas como Tomb Raider (2001), donde interpretó a Lara Croft, demostrando no solo su habilidad para los papeles de acción, sino también su facilidad para explorar su faceta más humana tras filmar en Camboya.

No obstante, esta vez, tras su regreso a la pantalla grande como actriz, después de haber trabajado en papeles como Maleficent (2014), la estrella sorprende con su interpretación de María Callas, un papel duro, cargado de relevancia histórica, y sobre todo, muy difícil de interpretar.

“La Cala ante todo, como figura del Siglo XX es una de las mujeres quizás más recordadas, no solamente por lo que logró en la ópera, sino además por esa imposición o esa solidez que le dio a su a su carrera como intérprete de ópera y al posicionamiento de la mujer empoderada, logrando crear ese nuevo gran mito alrededor de lo que era la interpretación musical”, destaca Jaime Ponce, miembro de la Asociación Colombiana de Críticos y Periodistas del cine, por lo que para él, el personaje en sí, era una gran responsabilidad.

“Cuando la vi me sorprendió muchísimo, pero siento que Jolie no era la indicada. Es muy buena actriz, no lo puedo negar, pero hay algo que no funciona, tal vez porque todos estamos acostumbrados a que la vimos como la famosa Lara Croft, como la niña aventurera o como el símbolo sexual. Así que, abordar este tipo de personajes serios, no es lo de Angelina Jolie. Nadie se imagina, de hecho, jamás me imaginé a Angelina Jolie interpretando ópera.Pienso que, aquel que le guste la ópera, va a llegar a ver la película y la va a destrozar por completo”, concluye Ponce.

Ser María

“Recuerdo muy bien que decía, -creo que formaba parte de un documental sobre ella-, que luchaba muy fuerte por llegar a ser una María que tenía que superar a la Callas. Entonces esa María, que era normal, que era común y corriente, una María dedicada a su hogar, a su familia, que estuvo una relación con el gran Aristóteles Onasis, uno de los hombres más ricos del mundo, tenía que enfrentarse a la Callas, como esa gran intérprete de ópera. Tenía una doble personalidad, que obviamente le llevaba a tener muchos conflictos mentales”: Jaime Ponce.

3. Lúces y sombras

Desde una edad temprana, Jolie mostró una determinación inquebrantable. “Recuerdo que trabajaba desde los 14 años para ayudar a mi mamá a pagar las cuentas… no me recuerdo no trabajando o no haciendo algo”, dijo en una entrevista reciente, reflejando ese espíritu autosuficiente que la ha acompañado toda su vida.

Y es que desde sus inicios en el mundo de la fama, Jolie se ha mostrado como una mujer rebelde, contestaria, y dispuesta a defender sus propios intereses, eso, quizá porque ha estado en el ojo público desde que tiene memoria, al ser la hija de la también actriz Marcheline Bertrand y del actor Jon Voight. Además de hermana del actor James Haven y sobrina de la cantante y compositora Chip Taylor.

Su vida ha sido una constante de blancos y negros, pues no todo ha sido fácil en su camino, en especial cuando de relaciones se trata.

En esta fotografía de archivo tomada el 20 de junio de 2021, la actriz estadounidense Angelina Jolie, enviada especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hace una declaración en Goudebou, un campamento que acoge a más de 11.000 refugiados malienses en el norte de Burkina Faso. en el Día Internacional del Refugiado. - "Después de más de 20 años de trabajo dedicado y comprometido con la Agencia de la ONU para los Refugiados", "Angelina Jolie está dejando su papel como Enviada Especial del ACNUR para involucrarse en un conjunto más amplio de cuestiones humanitarias y de derechos humanos", escribieron ACNUR y Jolie. en una declaración conjunta del 16 de diciembre de 2022. (Foto de OLYMPIA DE MAISMONT / AFP) | Foto: AFP or licensors

Estuvo casada con los actores Jonny Lee Miller y Billy Bob Thornton antes de su relación con Brad Pitt, con quien tuvo seis hijos, tres de ellos adoptados. Y su separación en 2016 dio lugar a un largo y complejo proceso de divorcio, que ha sido un desafío público y personal para ambas partes.

De hecho, esta sea tal vez, una de las pruebas más difíciles que ha tenido que enfrentar la artista, en un proceso prolongado que sigue afectándola profundamente.

Pero la batalla legal ha ido más allá de la custodia de sus seis hijos, extendiéndose a disputas por bienes como Château Miraval, una bodega francesa que ambos compartían.

Y recientemente, un juez permitió que se investigaran documentos clave relacionados con denuncias de abusos, algo que Pitt ha negado vehementemente. Ese, tal vez es el dolor al que se ha referido en distintas entrevistas, y por ello, ha buscado refugio en su trabajo, en sus hijos, y en las diversas causas humanitarias a las que se ha vinculado.

De hecho, ha sido por su activismo que se convirtió en enviada especial de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de 2012 a 2022.

Durante ese tiempo, se le vio abogando por las mujeres y los niños refugiados, viajando así a más de 60 países. Ahí, la antigua enviada de ACNUR, pudo ver de primera mano el sufrimiento y la resiliencia de las personas desplazadas por la fuerza.

Por ello, un año más tarde buscó la cofundación de la Iniciativa para la Prevención de la Violencia Sexual en Conflictos, así como la apertura de escuelas y programas de apoyo.

La actriz reveló recientemente que hubo maltrato físico en la relación.