Carlos Vives ha causado polémica debido a que en un concierto en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá, rompió una guitarra, muy efusivo, luego de su presentación en el escenario. Él explicó su insólito acto así: “La acción de romper la guitarra es un símbolo del rock que lleva un mensaje implícito que va más allá de un gesto violento, es la pasión y la fuerza de sentir la música que hacemos. Mi rock yo lo encontré aquí y estoy celebrando 30 años de haber tomado ese camino. Esto lo hice en un concierto de un teatro presentando mi nuevo álbum y justo celebrando ese sonido rockero vallenato”.

Para algunos mejor hubiera estado que donara su guitarra. Sin embargo, la gran afición de los rockeros de destrozar sus guitarras en el escenario, por lo general, al final de sus conciertos, como cierre de sus show, no se la inventó Carlos Vives, quien en esta ocasión utilizó una guitarra de utilería, y aunque Jimi Hendrix era un gran rompedor de guitarras, él no fue el precursor de este gesto de rebeldía y energía.

Quien hizo historia con este gesto tan promovido en el mundo rockero fue Townshend, el guitarrista de The Who. Y todo, quién lo creyera, se debe a la casualidad. Resulta que el propio Townshend lo explicó en una entrevista en el 1968 para la revista Rolling Stone.

Dicho guitarrista contó que en 1964, haciendo una pausa en un club de Londres donde solían actuar, “estaba en el escenario tocando la guitarra y se me rompió. Para mí fue casi un shock, no me lo esperaba y no estaba preparado”. Y de aquel accidente, el músico lo que hizo fue seguir rompiendo la guitarra, para que pareciera que había sido intencional. “Seguí rompiendo la guitarra, como si fuese mi objetivo desde el principio, corría por el escenario y los pedazos saltaban por todas partes”. Pero el gesto, lejos de disgustarle a sus seguidores, les agradó, al punto de convertirse en un hito de rebeldía.

Jimi Hendrix: US$7 millones el año pasado. Músico legendario. Un icono de la guitarra eléctrica que murió de sobredosis en 1970.

Aquello tuvo tal aceptación que el guitarrista incluyó el acto en todos los conciertos de The Who y la revista Rolling Stone lo catalogó como uno de los “50 momentos que cambiaron la historia del rock&roll”. El rockero también llevó a que su compañero de banda, el batería Keith Moon, lo imitase destrozando su propio instrumento, aunque con ideas mucho más extremistas.

El más descabellado fue en el debut de la banda en televisión en Estados Unidos. Moon dinamitó literalmente su batería, con cargas que fueron detonadas al final de la canción My Generatin. Aquello generó un desmayo de invitada Bette Davis, que el pelo del guitarrista Townshend se prendiese en llamas y que el propio Moon saliera también herido, con un corte en el brazo producido por uno de los platillos.

Jimi Hendrix siguió a Townshend con su incendiario acto de romper guitarras, lo que se convirtió en moda. En 1967, ambos grupos tocaron en el Monterrey Pop Festival. Los dos querían cerrar el concierto, y el azar de una moneda al aire le dio el último número a Hendrix. Para hacerlo por todo lo alto, Hendrix prendió fuego a su guitarra.

Pese a esta historia no son ni Hendrix ni Townshend quienes han destrozados más guitarras. Quien sí lo tiene es el guitarrista y vocalista de Muse, Matt Bellamy, que tiene el récord Guinness, con 140 guitarras destruidas durante el tour de Absolution.