Boogaloo Assasins es un todo; un elogio a la nostalgia. Los integrantes de la banda reflejan mística y la carrera que han trasegado, así lo confirma: grabaron con Fania Records -quizás la más conocida productora de la historia de la salsa- y sacaron un álbum en formato long play, como le gusta a los que, dicen, ‘saben de esto’.

“No, no, no. You don't love me and I know now. No, no, no. You don't love me and I know now”, sepa o no usted inglés, seguro, seguro, ha tarareado la letra de esta canción interpretada por ‘Los asesinos del boogaloo’, como Boby Soul, uno de los cantantes de la orquesta, autodefine a esta banda.

La letra hace parte de un tema que hicieron famoso a nivel mundial: ‘No, no, no’, y que se ha hecho himno de la rumba en Cali. Esta melodía bien puede sonar en la radio o en uno de los tantos bares de la ciudad que, indudablemente, darán ganas de bailar o, de al menos, hacerlo mentalmente.

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Visten de camisa, saco y corbata. Se ven serios. Sin conocerlos uno podría decir que se dedican a cualquier otra cosa menos a la música y, sobre todo, a la salsa. Incluso, sus pasos no son los mejores. Pero basta solo con escuchar el trombón de Rubén Durazo o el saxofón endiablado de Joe Bautista, para darse cuenta que estos tipos son todo lo que está bien; todo lo que representa la buena música, la buena salsa.

Integran la lista de orquestas que en la actualidad hacen que se mantenga vigente, con propuestas nuevas, el género salsero. Porque cuando muchas tantas se han dedicado a seguir produciendo el sonido sintetizado, Boogaloo Assassins, como lo han hecho Clandeskina, en Cali; Orquesta la 33, en Bogotá; o Tromboranga, a nivel internacional, alude a lo clásico, a lo análogo, a lo realmente difícil: sonar actual con la influencia -bien marcada- del pasado.

Cali, un paso obligado

La primera vez de los artistas o orquestas de salsa en Cali es, casi sin duda, una experiencia inolvidable. Y en algunos casos, una que cambia carreras para siempre.

Esta vez, el debut lo tuvieron ellos, los doce músicos de ‘Los asesinos del boogaloo’ que llegaron a mi encuentro en La Topa Tolondra, donde se presentaron el pasado viernes en la noche. Era su primer contacto con la capital vallecaucana y con el ya emblemático establecimiento.

El asombro era total. Los músicos que integran la banda entraron en fila y, uno a uno, pasaron por el famoso cuadro que recrea la última cena que Jesús, según la religión católica, tuvo con los doce apóstoles, pero en una versión 'guaguanquizada': Ismael Rivera oficia el papel del redentor y otros emblemas de la salsa hacen las veces de apóstoles. Estando frente a la imagen no salían de la palabra 'amazing'. La adoraban cual religión.

Billy Rojas, timbalero de 'Los asesinos del boogaloo' definió así la orquesta, que tuvo sus orígenes en Los Ángeles, California, Estados Unidos, en 2007: “Es un tributo al sonido antiguo de esa época del sesenta y setenta. A la salsa dura, a los ritmos diferentes: chachachá, bomba, guajira y también al estilo que tenemos en Los Ángeles, que es una mezcla”.

“No lo que me dijo, que ya yo no soy rico… No, no, no”. Pocos saben que este tema no es original de la orquesta y otros ni se imagina que la primera versión es un reggae, pero poco importa, porque lo que hicieron es tan magistral que fluye como la aguja en los surcos de un buen vinilo en un tocadiscos.

“No sabíamos que la canción iba a tener mucha atracción en el mundo y todavía es popular. Todavía es más popular que nunca”, expone Billy Rojas, timbalero del grupo.

Y es que a la fecha es toda una odisea para las orquestas numerosas como estas realizar presentaciones a nivel internacional porque, sí o sí, deben estar siempre todos los integrantes de la banda para que sonar bien. Para que suenen claros.

No se puede desconocer que actualmente, en muchas ocasiones, ya solo se llevan al cantante y, después, le consigue la orquesta, por costos, en el lugar donde se va a presentar. Sobre esto, Rojas explica que “todos en este grupo quieren mucho la música. Le dan mucho respeto, aprenden y enseñan también. Yo creo que eso es lo más importante para armar una banda internacional y tocar especialmente en Cali, la capital de la salsa”.

“No me quieres y ya lo sé. No me quieres, no me quieres, y ya lo sé”. ‘Old love dies hard’ es el disco que lanzaron en 2013 y fue llevado al vinilo. Esta producción la volvieron a lanzar en 2016, cuando la orquesta se unió a Fania Records e incluyó canciones como ‘Para mí’, ‘Mi jeva’, ‘Do you wanna dance’ y ‘No, no, no’.

Otra particularidad de ‘Boogaloo Assassins’ es la variedad de orígenes de sus integrantes. El timbalero explica que la banda es multicultural como Los Ángeles, ciudad donde nació la orquesta. “Aquí tenemos mexicanos-americanos, un filipino-americano y otro con ascendencia holandesa, cubano-americanos, y yo, que soy americano, pero mi madre es de Colombia y mi padre, de Ecuador. Esa mezcla creo que es la cosa más importante del grupo, porque traemos de todo”.

Gabriel González, cantante de la orquesta, no ocultó su emoción por haber tocado en Cali y aceptó que esta era una meta de la orquesta. “Es un honor para nosotros estar aquí”, dijo. ¡Sueño cumplido para ‘Los asesinos del boogaloo’!

Exaltados

Elogios

Los asistentes al evento no se guardaron en elogios para la banda. “Tremenda banda”, “Muy bárbaros. Qué salvajada” y “Diferente y contundente”, fueron los comentarios que les dejaron en redes sociales.

Por su parte, Carlos Ospina, organizador del evento y dueño de la Topa Tolondra, aceptó que se sintió deleitado con la presentación. “Nos deleitó con un sabor especial, un estupendo afinque, donde pasaron desde del boogaloo, guaguancó y montuno, hasta la cumbia. Innovando como debe de ser y con músicos de gran virtuosismo en cada uno de sus instrumentos”.