La “menopausia de los hombres”, o cuando “se empieza a perder la hombría”, son algunas formas populares de referirse a una condición de salud que afecta a las personas de sexo biológico masculino cuando llegan a la madurez y bajan los niveles de testosterona en su organismo, produciendo cambios a nivel físico, neurológico y psicológico que, dentro de la cultura machista, son considerados vergonzosos y humillantes.
En otras palabras, cuando hombres entrados en los 40 años comienzan a presentar un cuadro de síntomas como: irritabilidad prolongada, episodios de ansiedad, alteraciones del sueño, cansancio más intenso, pérdida de la agilidad física, disminución del deseo sexual y —quizá el más incómodo de asumir— problemas de erección, podrían sufrir de la llamada andropausia, condición que debe ser diagnosticada por un médico especialista, basándose en un hemograma (prueba de sangre), en el que se confirma una disminución en los niveles de testosterona.
En la actualidad, aunque se conoce como andropausia, por comparación con la menopausia de las mujeres, en términos precisos, como explica el doctor J. Orumí Durich, profesor de la Universidad de Barcelona, en su artículo ‘La andropausia: un problema médico creciente’, se trata de una “androgenodeficiencia o déficit hormonal”.
En este sentido, para Franki Acosta Valencia, neuropsicólogo de la Universidad del Valle, es importante aclarar que la andropausia “no es una enfermedad, catalogada como tal, es un estado natural del envejecimiento del cuerpo, que puede llevar a que haya una probabilidad mucho más alta de que se presenten algunos trastornos y algunas enfermedades en los hombres”.
Se caracteriza, complementa Acosta Valencia, “por los bajos niveles en la producción de testosterona, que es la hormona encargada de darnos todos los caracteres que entendemos por masculinos sexuales y algunos caracteres físicos, como la barba, la manzana de Adán, el grosor de la voz, el tamaño de los huesos, entre otros. Algo que, según estudios, puede empezar a manifestarse incluso desde los 30 años, en casos tempranos, y se va alargando de manera progresiva con los años, hasta el final de la vida”.
Sobre la comparación popular entre la andropausia y la menopausia, aclara que no son exactamente lo mismo en diferente sexo, precisa que en las mujeres, “la menopausia suele ser un periodo crítico que llega de lleno entre los 40, 45 y 50 años, y es básicamente el final de su ciclo reproductivo, cuando dejan de ovular, además finaliza en algún momento, mientras que en los hombres hay una disminución potencial de testosterona, baja su producción de espermatozoides y la probabilidad de embarazar, pero no dejan de ser fértiles hasta edad avanzada. Y los síntomas se pueden seguir presentando con los años”.
De acuerdo a la condición de cada hombre, por lo general, los niveles de testosterona pueden variar entre 300 y 1.000 nanogramos por cada decilitro de sangre, gran diferencia con los niveles de las mujeres, que se encuentran entre 10 y 70 nanogramos. Por eso, cuando esos niveles descienden en el individuo, comienzan a generarse alteraciones neurológicas, que se manifiestan en cambios físicos, conductuales y emocionales.
Además de los síntomas mencionados, un cambio físico notable es la proclividad a acumular grasa en las caderas, subir de peso con mayor facilidad y dificultad para perderlo, dado que el metabolismo se vuelve más lento.
El neuropsicólogo explica que, en algunos casos, la andropausia puede coincidir, dependiendo de la edad, con una disminución en la producción de neurotransmisores como la serotonina, asociada a estados depresivos, y la dopamina, que influye en la ansiedad.
“Muchas personas con andropausia, que a nivel neurológico empiezan a deprimirse y presentar estados altos de ansiedad, también pueden tener problemas cognitivos como dificultad para la planeación, falta de atención y memoria. Entonces, cuando uno entra en este periodo crítico, se debe tener autoconocimiento para buscar ayuda profesional e iniciar un tratamiento para controlarlo”, afirma.
Aceptarlo entre los hombres
El actor colombiano Juan Pablo Raba es una de las pocas figuras públicas que, en su condición de hombre maduro con 47 años, reveló que fue diagnosticado con andropausia y recibió tratamiento hormonal, con suplementos naturales, para contrarrestar los síntomas.
En una entrevista para la BBC, Raba contó que, en su caso, sufrió de intensa sudoración, aunque él ignoraba que pudiera tratarse de andropausia.
“Me hice todos los exámenes y todo estaba bien. Los médicos no entendían. Uno propuso que me hiciera un examen de testosterona, porque me dijo que le parecía que estaba llegando a la andropausia. (...) Uno piensa que está ligada a algo sexual y que es como una disfunción eréctil, y resulta que efectivamente puede haberla, aunque también puede causar depresión, ansiedad o falta de sueño. Tenía la testosterona un poco baja. No en niveles preocupantes, pero sí más baja”, dijo el productor y director.
No obstante, son pocos los hombres que acceden a hablar de la andropausia por miedo a mostrarse débiles, es un tema silenciado o casi tabú, sobre todo para la cultura machista.
“Quería que lo pudiéramos hablar, discutir que la andropausia no significa que seamos menos hombres. Es simplemente un diagnóstico médico que identificado a tiempo, puede ser muy beneficioso para nosotros y las personas que nos rodean”, afirmó Raba sobre los motivos que lo llevaron a publicar su caso, en su pódcast Los Hombres sí Lloran.
Por su parte, para el neuropsicólogo Franki Acosta Valencia, “es importante comenzar a educar a los hombres desde temprano sobre la andropausia como algo normalizado, para que no caigan en mitos y la padezcan en aislamientos por una idea equivocada de masculinidad. De esta forma, llegado el momento, podrán reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional para sobrellevarla de forma más tolerable, porque es una condición controlable y que puede tratarse”.
Factores asociados
Advertencias de consumo: “Si la persona ha sido fumadora o consume altos niveles de alcohol, estos son factores a tener en cuenta, porque promueven que la andropausia pueda presentarse mucho más rápido. Hay estudios que muestran cómo el alcohol y el tabaco inciden en la disminución de testosterona”, señala el neuropsicólogo Franki Acosta Valencia, quien también está estudiando un doctorado en Ciencias Biomédicas. “La cafeína debe consumirse con moderación”, agrega.
Medidas de prevención: Si bien, la andropausia está ligada al inevitable envejecimiento, hay comportamientos que disminuyen su impacto como una alimentación saludable con proteínas y minerales, rutinas de ejercicio y actividad física permanente, “son fundamentales porque la formación de músculos influye en la producción de más testosterona”.
Así mismo, de acuerdo con Acosta Valencia, el buen sueño (al menos 7 horas) y un ritmo de actividad sexual para las personas que tengan parejas estables, permite mitigar los síntomas.
También es importante que la persona tenga una red de apoyo y reciba acompañamiento psicológico, “para que pueda hablar de lo que le está sucediendo”.
Testosterona: los tratamientos hormonales son el último recurso, en casos con síntomas muy severos de andropausia. Pero deben ser aprobados por un especialista médico.