El pasado 20 de agosto, justo dos años después de que la pareja se casara, Jennifer López presentó ante Tribunal Superior del condado de Los Ángeles un solicitud de divorcio del famoso actor Ben Affleck, según reveló TMZ.
Según el mismo medio de comunicación, López puso como fecha de separación el 26 de abril de 2024, pero solo se habría hecho oficial este 20 de agosto, justo cuando se cumplieron dos años de haberse casado.
Ahora que la pareja oficializó su divorcio, se ha especulado mucho sobre la repartición de los bienes de la pareja, pues cuando se casaron adquirieron una lujosa mansión de 65 millones de dólares, ubicada en Los Ángeles, California.
La pareja adquirió esta casa en el 2022, el mismo año en el que se casaron, la cual contaba con 1.830 metros cuadrados, incluye 24 baños, un campo de golf, un complejo deportivo, un bar, una sala de cine, un gimnasio y un cuadrilátero de boxeo.
De la misma manera, la casa que está ubicada en Bel-Air, una zona conocida como el “barrio exclusivo” de Los Ángeles, también tiene 12 dormitorios, entre ellos cuatro cocinas y una suite principal equipada con baño doble, vestidor, y un salón con sillones, chimenea y sofá.
En este sentido, muchos de los internautas en las redes sociales han especulado sobre cómo se repartirían el dinero de esta mansión, que fue puesta en venta en el mes de junio, sin saberse que la pareja ya se había separado, pues la revista People reveló que Afflec ya no vivía allí y había adquirido una nueva residencia avaluada en 20 millones de dólares, también en Los Ángeles.
Por otro lado, de acuerdo con TMZ, la cantante y el actor no tenían un acuerdo prenupcial, el cual permitiría que la división de bienes adquiridos en pareja fuera más fácil. Sin embargo, parece que cuando se casaron decidieron no firmar ningún documento.
En este sentido, todo el dinero y las propiedades que ambos consiguieron por sus trabajos en el cine, la televisión, proyectos empresariales, entre otros, que obtuvieron desde el día de la boda serán clasificados como patrimonio de la unión, es decir, deberán repartirlo entre los dos por partes iguales.
De esta manera, parece ser que el dinero que se obtuvo por la venta de la mansión que adquirieron para vivir cuando se casaron de un valor de 65 millones de dólares, se repartió en partes iguales y cada uno pasó a vivir en otro espacio.