“Llevo mucho tiempo actuando, más de cuarenta y cinco años, y esta es la primera vez que gano algo como actriz. Estoy tan agradecida. Hace treinta años, un productor me dijo que era una actriz de palomitas, y en ese momento hice que eso significara que esto no era algo que yo podría tener, que podría hacer películas exitosas que generaran mucho dinero, pero podía ser reconocida. Lo acepté y lo creí. Eso me desgastó con el tiempo, hasta el punto de pensar hace unos años quizá ya fue todo, tal vez ya estaba completa. Quizá ya hice todo lo que debí hacer y mientras estaba en un punto bajo, llegó a mi escritorio un guión mágico, audaz y fuera de lo común llamado ‘La Sustancia’ y el universo me dijo que aún no había terminado”, estas fueron las palabras de Demi Moore al ganar el Globo de Oro 2025 a mejor actriz en un musical o comedia, un discurso que conmovió a millones de personas, y que se convirtió en tendencia en redes sociales.
Tuvo que esperar más de cuatro décadas para llevarse con su papel de Elizabeth Sparkle en la película La Sustancia, el premio a Mejor Actriz en un musical o comedia. Por eso, decidió exponer en el escenario, todo lo que tuvo que vivir desde que decidió empezar con su carrera.
Pero además, confesó las inseguridades que le trajo estar en esta industria, en donde su edad y aspecto físico eran de vital importancia: “en esos momentos en los que no creemos que somos lo suficientemente inteligentes, bonitas, delgadas o exitosas, o simplemente no suficientes. Una mujer me dijo: ‘Recuerda que nunca serás suficiente, pero puedes conocer el valor de tu valor si solo dejas de intentar medirlo’. Hoy celebro esto como un marcador de mi plenitud y del amor que me impulsa, es un regalo poder hacer lo que amo y recordar que pertenezco aquí”, finalizó su mensaje tan contundente como viral.
El papel era para ella. Así lo admitió Coralie Fargeat, directora de La Sustancia, quien en cuanto empezó a escribir el guion supo que necesitaba una protagonista que “fuera un mito y un símbolo”. Y Demi Moore, icono de belleza noventero, personificaba el mensaje de su historia: “pensé en ella después de leer su autobiografía, que recomiendo. Descubrí a una mujer fuerte, muy innovadora en su tiempo, inteligente, instintiva y fuera de lo normal, por lo que me di cuenta de que entendería muy bien esta historia que se sale de la norma”.
Y ella aceptó al instante, cuenta Fargeat: “estuvo dispuesta a asumir los riesgos de exponerse tanto, de desnudarse, confió en mí y creo que vio enseguida que podría crear algo muy fuerte como actriz”.
Para Jaime Ponce, crítico y periodista cultural, miembro de la Asociación Colombiana de Críticos y Periodistas del Cine, fueron unas palabras muy acertadas las de la actriz.
“Ha sido quizás una de las actrices más emblemáticas de los años 80, crecimos con ella. Su papel en Ghost ha sido uno de los más emblemáticos y la llevó al mundo del estrellato, de un momento a otro. Es muy hermosa y se ha destacado como una gran actriz. Su papel junto a Patrick Swayze la llevó al éxito. Los trabajos que ha hecho los ha hecho muy bien. Uno de los más fuertes y polémicos fue el de Striptease, donde además se veía espectacular, y muchos dejamos de ver a una mujer totalmente diferente, a esa niña linda que la teníamos por allá en un pedestal, como pasó con Jennifer Connelly, gran ícono en su época”.
En cuanto a la película por la que la intérprete recibió el Globo, La Sustancia, confiesa que cuando la vio salió fascinado de la sala de cine.
“La considero la mejor película del año, aunque hay otras muy buenas, o como esta ninguna. Para mí es el mejor trabajo arriesgado —después del Joker— que se ha hecho para cine, porque su directora, Coralie Fargeat, “logra romper con todos esos esquemas alrededor del cine puritano, un poco más estilizado, para venir a hacer un cine sucio, con todo lo que significa la carne, la sangre, el monstruo, la putrefacción del ser humano”.
Al tiempo —opina Ponce— “se hace aquí una denuncia alrededor de la cosificación de la mujer y la manera como Demi Moore interpreta a una mujer que tiene que enfrentarse a los últimos rezagos de la vida joven, para pasar a la madurez, una ‘anciana’ que ya no llama la atención del público y que pasa a ser reemplazada por una estrella joven, interpretada por Sarah Margaret Qualley. También señala la forma como Hollywood trata a los actores y a las actrices, a quienes después de un tiempo que cumplen un ciclo de edad, los desechan y los pocos que sobreviven lo hacen pasando a ser actores con papeles de mayores, como Kirsten Dunst, que la vimos en Spiderman y fue extraordinaria, y ahora le dan roles de mujer mayor, en Talentos Inesperados.
2. Un drama real
La infancia de Demetria Gene Guynes no fue para nada fácil. Nació el 11 de noviembre de 1962 wn Roswell, Nuevo México; su madre, virginia King, era una camarera y su padre, Charles Harmon, era un vendedor de seguros.
Fue abandonada por su padre, criada por una madre alcohólica casi ausente, y su padrastro, que se suicidó años después. A sus 15 años fue abusada físicamente por un novio de su madre, de 50 años. Debido a una condición médica, perdió la vista en un ojo temporalmente, tuvo una infección en una oreja y presentó pérdida auditiva.
Para escapar de su pasado, se mudó a Los Ángeles y empezó como modelo, aunque su verdadero sueño era actuar. Y lo cumplió. Luego de hacer pequeños cameos en películas y de un papel recurrente en la serie de televisión Hospital General, logró hacerse a un lugar como actriz en los años 90.
Fue con su protagónico en Ghost: la Sombra del Amor, la película más taquillera de 1990, que la nominaron a los Globo de Oro. En dicha historia de amor sobrenatural, Demi aparecía con su cabello muy corto en su papel de Molly, a quien eligieron por su sensibilidad y facilidad para llorar. Bruce Willis, su esposo por esa época, era candidato a coprotagonizar, pero no cerró el trato como sí lo hizo Patrick Swayze. Solían decir algunos cercanos al rodaje que los actores no se hablaron durante el rodaje. Sin embargo, ella recordó en Twitter a su excompañero el día que éste falleció de cáncer de páncreas: “Tu luz por siempre brillará en todas nuestras vidas”.
En Hasta el Límite, la actriz desafió los estereotipos de género interpretando a la primera mujer en un programa de entrenamiento militar de élite. Y se rapó la cabeza, demostrando su compromiso con el papel.
Se puso en los tacones de Diana Murphy, una mujer que pone a prueba su relación de pareja, sus dilemas éticos y morales, al ser tentada con una Propuesta Indecente de un millonario (Robert Redford) que le ofrece un millón de dólares por pasar una noche con ella.
En La Letra Escarlata tampoco la tuvo fácil. Basada en la novela clásica de Nathaniel Hawthorne, interpretó a Hester, una mujer que enfrenta el ostracismo en una sociedad puritana por cometer adulterio.
Pese a su talento, belleza y popularidad, ya en la década del 2000, la actriz fue internada en clínicas de rehabilitación debido a su adicción a medicamentos y desórdenes alimenticios, después de terminar con Ashton Kutcher (con quien estuvo de 2005 a 2013).
Estuvo casi una década en pareja con el actor, y al separarse, confesó que le asustaba llegar al final de su vida y sentir que no merecía ser amada. En su momento admitió: “Mi lucha es encontrar esa autoestima que me dé el valor de alcanzar todo mi potencial, y no permitir que el miedo, le inseguridad y las dudas me dominen”.
Fue en el año 1996 que Moore se convirtió en la actriz mejor pagada en la historia al recibir US$12.5 millones por Striptease, en la cumbre de su popularidad. Allí encarnó a Erin Grant, quien al perder su trabajo y la custodia de su hija, se ve obligada a trabajar como bailarina en un club desnudista para afrontar los elevados gastos económicos que le derivaba el luchar judicialmente para recuperar su custodia.
En su nuevo trabajo llama la atención de un congresista norteamericano, cliente habitual del local.
La mujer real, la de carne y hueso, detrás del maquillaje y fuera del set, Demetria, se destrozaba cuando se miraba al espejo, pero aprendió a verse con otros ojos y aceptarse.
Para su protagónico en Streaptease se operó los senos y recibió 12 millones de dólares, después de desnudarse ante las cámaras en cuerpo y alma, explotando a al máximo su sexualidad. Años después, regresó al quirófano para someterse a una reducción mamaria.
Aunque los rumores apuntaban a que se sometió entonces a una gran cantidad de cirugías y tratamientos estéticos, ella negó haberse realizado retoques. Ha admitido que sigue una dieta vegetariana, que trabaja su interior y procura encontrar la felicidad como fórmula para verse mejor.
Tomó su nombre profesional del primer hombre con quien convivió, el músico Freddy Moore. Eran vecinos de Nastassja Kinski, quien la convenció de que en Hollywood había campo para ambas.
3. sombra del amor
Demetria Gene Guynes se fue a vivir, a los 18 años, con Freddy Moore, un músico de rock 12 años mayor que ella. En ese momento, ella estaba dando sus primeros pasos en el mundo del espectáculo.
Y aunque aquella convivencia no duró mucho, Freddy tuvo una influencia significativa en su vida, no solo por el apellido que se convertiría en su identidad artística, sino también por el apoyo inicial en su carrera.
La relación terminó en divorcio en 1985, y marcó el inicio de una vida amorosa de Demi que a menudo se desarrollaría bajo el escrutinio público.
Dos años después se casó con Bruce Willis, uno de los actores más populares de la época gracias a su papel en Duro de Matar. Juntos conformaron una de las parejas más queridas y mediáticas de Hollywood, y fruto de su amor, durante su matrimonio nacieron sus tres hijas: Rumer (1988), Scout (1991) y Tallulah (1994).
La relación de Demi y Bruce se caracterizó por su glamour y su estabilidad aparente, en medio de la agitada vida de Hollywood. Sin embargo, como muchas parejas en la industria, enfrentaron desafíos que posteriormente los llevaron a su separación en el año 2000.
A pesar del divorcio, ambos demostraron una madurez poco común al mantener una relación amistosa por el bienestar de sus hijas.
Con el tiempo, su dinámica familiar se convirtió en un ejemplo de co-parenting exitoso, y continuaron compartiendo momentos importantes como cumpleaños y celebraciones familiares.
Cinco años después de su separación de Willis, Demi sorprendió al mundo al iniciar una relación con Ashton Kutcher, una de las estrellas emergentes de Hollywood en ese momento.
Su diferencia de edad de 15 años generó un gran revuelo mediático, pero la pareja parecía estar profundamente enamorada. En 2005 se casaron en una ceremonia privada que reflejaba su compromiso mutuo.
Durante los primeros años su relación fue vista como moderna y apasionada, con Demi mostrando una nueva faceta de sí misma. Sin embargo, como era de esperarse, también surgieron nuevos problemas que afectaron su estabilidad.
Según varios medios de comunicación, por esos años, la actriz enfrentó varios desafíos personales, incluyendo problemas de salud y luchas emocionales, mientras que Ashton fue objeto de rumores de infidelidad. En 2011 anunciaron su separación, y en 2013 finalizó su divorcio.
Varios apartes de su vida, fueron confesados en una reciente autobiografía llamada Inside Out (2019), donde Demi habló abiertamente sobre sus matrimonios, su adicción a las drogas y su deseo de encontrar equilibrio en su vida. Este libro no solo permitió a Demi reconectar con su público, sino también con su propia historia.
Según relató ella misma en sus memorias, desde muy pequeña tuvo que lidiar con las angustias propias de un mundo convulso, y con el casi suicidio de su madre, pues a la corta edad de 12 años, recuerda estar ayudando a su padre a evitar la muerte de su progenitora, Virginia Guynes.
“Lo siguiente que recuerdo es usar mis dedos, los pequeños dedos de un niño, para sacar las pastillas que mi madre había tratado de tomar de su boca, mientras mi padre la mantenía abierta y me decía qué hacer. Algo muy dentro de mí cambió en ese momento, y nunca regresó a su lugar. Mi niñez había terminado”.
Ese momento no sería el más complejo de su vida, también menciona en su libro que un amigo de su madre abusó de ella siendo una niña. “He borrado la secuencia exacta de los eventos, los detalles que me llevaron desde el abrir la puerta, al preguntarme si mi madre le había dado la llave, al sentirme atrapada en mi propia casa con un hombre que era tres veces mi edad y el doble de mi tamaño, a él violándome. No tenía a nadie que me protegiera”, escribió en su doloroso pero catártico relato.
Solidaria con Bruce Willis
Demi y Emma Heming, actual esposa de Bruce, dan ejemplo de unión y sororidad, en especial frente a los retos que la familia Willis-Moore ha tendio que vivir desde que Bruce fue diagnosticado con demencia frontotemporal.
En múltiples ocasiones, tanto Emma como Demi han compartido momentos en los que han mostrado que juntas hacen frente a esta difícil situación, manteniendo siempre a la familia unida.