“Estoy criando a dos niños. Quiero que ellos también se sientan poderosos a la vez que respetan a las mujeres. Me gusta cuando la cultura pop intenta empoderar a las mujeres sin robarles a los hombres la posibilidad de ser hombres, y también de proteger y de proveer. Creo en darles a las mujeres todas las herramientas y la confianza de que podamos sin perder nuestra esencia y feminidad. Creo que los hombres tienen un propósito en la sociedad y las mujeres también. Nos complementamos y ese complemento no debe perderse”, con estas palabras Shakira explicó por qué está de acuerdo con sus hijos Milan, de 11 años, y Sasha, de 9, a quienes el mensaje de la película Barbie les pareció “castrador”, respecto al papel actual del hombre en la familia y en la sociedad.
Con ella concuerda la psicóloga Paula Dávila, consultada por El País: “Me vi la película y estoy de acuerdo con Shakira, me parece que avala ese feminismo desdibujado en el que los hombres empiezan a tener menos derechos, inclusive, que nosotras, en medio de esa pelea que se ha dado históricamente para que no dependamos, nos empoderemos, todo en medio de una confusión que hay de pretender ser iguales, aunque hombres y mujeres en realidad seamos diferentes, con capacidades distintas y diseñados orgánicamente disímiles. Es cierto que la cultura, en algún momento, benefició más al hombre, y que gracias a las luchas que se han dado, lideradas por mujeres, vivimos una nueva era en la que se valora ese empoderamiento, de mujeres que resuelven, pero también que tienen unas energías muy altas, densas, que hacen que el hombre también se sienta castrado en algunas condiciones, algunos derechos o dones”.
Para Dávila, cuando la película de Barbie muestra a las mujeres “como el centro del mundo y a los hombres como sus accesorios, entramos en el juego y en la dinámica de descalificarlos a ellos, cuando la realidad es que tenemos roles y posibilidades diferentes, desde lo biológico. En muchos campos las mujeres hemos demostrado, de sobra, que podemos ser y hacer muchísimas cosas, pero comparto con Shakira que el mensaje que reciben los hombres de las nuevas generaciones es confuso, porque se les pide que resuelvan, que sean empoderados, para estar al nivel de estas súper mujeres. Nos estamos planteando que nosotras somos suficientes y que no necesitamos a los hombres más allá que para procrear, siendo que es en la diferencia que nos enriquecemos”.
Incluso, la psicóloga plantea que si bien es cierto que las mujeres se encuentran en un nivel de riesgo más alto que los hombres, en cuando al maltrato psicológico y físico, en su consultorio tiene “una cantidad de hombres maltratados, que se sienten incapaces de pararse frente a una mujer y exigir respeto, porque ha crecido el mito de que la mujer puede resolver y tiene el poder”.
“Indiferente del género al que pertenezcamos”, asegura la coach Carolina Velásquez, “el enfoque del ser humano no debe ser competir el uno contra el otro, sino cómo nos apoyamos y acompañamos, y somos capaces de sacar la mejor versión de uno mismo y del otro”.
Por su parte, el periodista del programa La Red, Juan Carlos Giraldo, considera que “una cosa es ser una mujer independiente, estar en igualdad de condiciones que los hombres en lo laboral, en lo salarial, en todas las áreas, pero el exceso de feminismo le hace mucho daño a la sociedad y manda mensajes equivocados tanto a los niños como a las niñas”.
Para Mateo Uribe, crítico de Muscine, “la película nunca intentó generar una guerra entre los géneros, mostró que el rol del hombre ya no es de protector o proveedor. Barbie no quiere un Ken que sea su sombra, la propia Shakira lo demostró”.
La psicóloga Gloria Hurtado, en cambio, señala la posición de Shakira de contradictoria, viniendo de quien “trató a su expareja de forma tan despectiva, lo humilla, denigra y luego quiere hijos empoderados. Ella tenía 3 hijos, el mayor, Gerard, creció y se le salió de control. Ella señala que el que una mujer pueda hacerlo todo no implica no compartir ‘la carga’, buscar pareja para descargarse es usar al otro, la pareja no está para alivianar una carga, está para acompañar y compartir, y eso lo sabe mucha gente joven”.