Tras la muerte de la reina Isabel II y la llegada de Carlos III al trono, son evidentes los cambios que se han venido presentado en la realeza. Entre ellos están el nombramiento de Kate y William como príncipe de Gales o el reconocimiento oficial de Archie y Lilibet, hijos de los duques de Sussex.
Ahora bien, el rey Carlos III llegará al trono acompañado de su esposa Camila como reina consorte, un título que acarrea algunas responsabilidades distintas a las de la reina.
El término consorte se refiere a la esposa del rey reinante; este se utilizó por primera vez en 1665 para referirse a la reina Catalina Enriqueta de Braganza, esposa del rey Carlos II.
Aunque Camila tendrá el mismo rango y estatus que su esposo, no será la reina reinante y tampoco tendrá los mismos poderes militantes y políticos que el rey, los cuales tenía la recordada reina Isabel II. Esto podría suceder solo si es estrictamente necesario que Camila gobernara, lo cual sucedería si Carlos se encontrase enfermo.
Históricamente, la esposa del rey tiene como rol proteger el hogar y salvaguardar las necesidades de este, así como encargarse de la educación de los hijos y servir a la comunidad; además, Camila deberá acompañar al rey en todos los eventos sociales y ser parte del Consejo de Estado.
Camila, la reina que se ganó el corazón de los británicos
Por mucho tiempo, los británicos mantuvieron una mala imagen de Camila, pues algunos llegaron a considerar que mostrarle amor podía ser un irrespeto a la memoria de la amada y recordada Diana, ya que la actual reina, por muchos años, fue señalada como la culpable del fracaso matrimonial entre Carlos III y Diana.
Tanto ha sido el rechazo por el pueblo hacia Camila, que aun estando casada con Carlos, prefirió ser llamada duquesa de Cornualles, y optó por no usar el título de princesa de Gales, estrechamente asociado Lady D.
Sin embargo, con el tiempo, Camila ha sido aceptada como el amor de la vida del rey.
Incluso en sus últimos días, Isabel II expresó su deseo sincero de que cuando Carlos llegara al trono, Camila fuera conocida como reina consorte, en lugar de princesa, una noticia que sorprendió a muchos, y que reflejó el aprecio por la reina hacia Camila. Pero, un mes antes de la coronación, el palacio presentó la invitación a la ceremonia, en la cual apareció designada como reina, sin el título de consorte.
El cambio de título oficial ha creado todo tipo de expectativas sobre la vida de la futura reina, por lo que recientemente han salido a la luz algunos aspectos desconocidos de su rutina íntima. Lo que más se ha destacado es que su faceta de deportista nunca ha sido un secreto; de hecho, hace unos días demostró junto al príncipe Guillermo que su estado físico está en buenas condiciones.
Varios medios internacionales señalan que la reina Camila lleva de manera hermética una lista de ejercicios que practica para poder mantener esa buena condición física que ahora ha trascendido a una nueva pasión, la danza.
Por otra parte, la esposa del rey Carlos III acude con regularidad a clases de baile para mantenerse activa, pues es uno de sus hobbies favoritos; también le gusta practicar equitación, yoga e incluso running.
Cabe recordar que la rutina de baile que hace la reina es un aspecto que une inconscientemente a la Reina Camila con Diana de Gales.
El vestido más importante de su vida
Además, Camila ha demostrado ser una mujer elegante que sabe cómo lucir bien. Para su reinado, llevará un vestido cubierto por la robe of state, una lujosa pieza de terciopelo bordada, creada en 1953 para Isabel II.
Curiosamente, esta importante prenda es diseñada por el británico Bruce Oldfield, famoso por haber vestido a la princesa Diana.