Enrique, el hijo rebelde de Carlos, tiene 38 años y una actitud muy crítica con la familia real. Vive en California desde 2020 con su esposa, Meghan, quien ha distado mucho de lo que significa pertenecer a la realeza británica.
Y justamente es por eso que el hijo del nuevo rey asistirá solo a la ceremonia. Meghan y sus dos hijos, Archie -que cumplirá 4 años el día de la coronación- y Lilibet, de 23 meses, no acudirán. Esto por un lado, porque el pequeño se merece celebrar su día, lejos del bullicio y el afán que proporciona un nuevo reinado.
Pero mientras el hijo menor de Carlos III se prepara para hacer una visita relámpago a lo que será la coronación, el mundo no deja de hablar de este, más allá de la intención de acompañar a su progenitor.
Y es que Enrique ha causado ampolla entre sus familiares al publicar ‘En la sombra’, una autobiografía muy crítica con la familia real, en especial con Camila y Guillermo. Cabe decir que la visita sería su primer reencuentro con la familia real.
Enrique y su esposa Megan señalaron en varias ocasiones a la monarquía británica. Ataques que cobraron más fuerza desde que ambos decidieron mudarse a Estados Unidos en el año 2020 y que luego sacaron a la luz con una serie en Netflix, entrevistas televisivas y la publicación de las memorias del príncipe.
En su autobiografía ‘En la sombra’, publicada en enero, Enrique relata sórdidos detalles de la familia real y acusa a su hermano Guillermo, primero en la línea de sucesión del trono, de haberlo agredido físicamente durante una discusión sobre Meghan.
En sus memorias, Enrique explicó que tanto él como su hermano le habían pedido a su padre no casarse con Camila.
Antes del funeral de la reina Isabel II en septiembre, los dos hermanos trataron de mostrarse unidos saludando, junto a sus respectivas esposas, a las personas congregadas frente al palacio de Windsor, pero la tensión era evidente y las acusaciones posteriores de Enrique y Meghan la agravaron.
Según se ha dicho, durante la ceremonia, el hermano menor permanecerá en segundo plano para no generar controversia entre los presentes.
“Excluido”
La ruptura de relaciones entre los duques de Sussex y el resto de la familia se ve como algo perjudicial para la monarquía.
La institución lidia con la pérdida de Isabel II. El respeto que infundía la longeva monarca se consideraba clave para mantener la popularidad de la monarquía y alejar cualquier tentación republicana.
Pero la reina ya no está y con las disputas familiares y las acusaciones de abuso sexual contra el príncipe Andrés, hermano de Carlos, muchos británicos se preguntan “quién es esta gente”, apunta Graham Smith, del grupo de presión Republic, que aboga por un jefe de Estado electo.
“Lo ven (a Carlos) como parte de esa familia cuestionable”, sin contar con que Enrique “sigue causándole problemas”, afirmó Smith en un encuentro reciente con la prensa.
Otros esgrimen que Enrique y Meghan se hicieron muy impopulares al abandonar sus obligaciones reales y dar entrevistas incendiarias.
“El deber es lo que la gente quiere de la familia real y Enrique no aporta eso”, dijo Sean Lang, profesor de historia en la Anglia Ruskin University.
Carlos hizo lo correcto al invitarlo a la coronación. porque otra decisión “hubiera parecido cruel”, opinó.
Pero Meghan también se mostró “inteligente” al decidir quedarse al margen de la ceremonia, dado el estado de sus relaciones con su familia política y el peligro de que la gente la abuchee.
“Es posible que el espectáculo de la coronación (...) ponga de relieve hasta qué punto el príncipe Enrique se ha excluido a sí mismo de la monarquía y que se convierta en un día difícil para él”, añadió Lang.
Con información de AFP