Este 14 de febrero, en muchos países, especialmente en Estados Unidos, los enamorados celebrarán su unión con diferentes detalles, aunque las rosas son las principales protagonistas. Sin embargo, en muchos casos, algunos solo recibirán las espinas, ya que su relación, lejos de ser ideal, es nociva para uno o para ambos.
Claudia M. Gutiérrez, profesora del Pregrado en Psicología de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, indica que esta es una fecha para reflexionar sobre la forma como la afectividad complementa al ser humano, contribuye a su desarrollo personal y lo hace libre. “Cabe la pena resaltar que, en muchos momentos de la vida, las relaciones románticas llevan a la dependencia emocional y a la pérdida de la libertad”, dijo la psicóloga clínica.
“El profesor Benson Bradford Brown, experto relaciones entre pares adolescentes, propone un modelo contextual y del desarrollo para las relaciones románticas que contempla la necesidad de que los adolescentes necesitan aprender más de sí mismos como personas y desarrollar una auto imagen integrada, que incluya el ser una pareja como parte más amplia del ser”, señaló.
Para Claudia M. Gutiérrez, esto se puede observar por medio de las fases que tiene la identidad romántica:
- La iniciación, en la que los pares o compañeros tienen una mayor influencia en determinar las normas para las relaciones románticas y el tiempo que se pasa con los miembros del sexo opuesto.
- La fase de estatus, en la que los adolescentes valoran más aquellas relaciones que favorecen su posición social en el grupo.
- La fase afectiva, en la que los adolescentes se abren más a la expresión afectiva de sus necesidades y están menos influidos por los valores del grupo.
- El estadio comprometido, en el que los adolescentes o adultos jóvenes pueden seleccionar parejas que complementan sus personalidades, metas y estilos de relación. Para la psicóloga clínica, estas fases desde la teoría del desarrollo social pueden verse reflejadas en algunos versos del libro El profeta, de Khalil Gibran.
Es importante prestar atención a las reacciones de su pareja cuando:
- No acepta que no dependa completamente de su pareja para tomar decisiones o hacer sus propios planes.
- Muestre desagrado ante su independencia financiera o controle sus gastos.
- Manifeste incomodidad al tener acceso a sus pertenencias personales.
- Sienta incomodidad al permitirte tener espacios de intimidad personal.
- Controle sus movimientos y horarios.
- No tenga en cuenta su opinión en las actividades que realizan juntos.
- Lo menosprecie, calle o haga sentir menos importante.
- Que las discusiones solo terminan cuando cede.
- Mantener relaciones sexuales como resultado del chantaje, el miedo a su enfado o las comparaciones con otras parejas.
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Para identificar si se está en una relación tóxica o es enamoramiento, es clave analizar en qué medida la relación afectiva podría describirse así:
- Me siento desamparado cuando estoy solo.
- Si mi pareja me propone un programa dejo todas las actividades que tenga para estar con ella.
- Si desconozco donde está mi pareja me siento intranquilo.
- Siento una fuerte sensación de vacío cuando estoy solo.
- Me divierto solo cuando estoy con mi pareja.
Explica la psicóloga clínica que las diferencias entre amor y dependencia son cuantitativas y se pueden diferenciar por medio de la distinción entre los verbos querer y necesitar. En las mujeres se puede observar la dependencia como temor a la soledad y necesidad de expresión afectiva, y en los hombres como búsqueda de atención y que ambas manifestaciones comportamentales y emocionales están influidas por la cultura.
Salir de una relación tóxica puede ser doloroso y desafiante, pero es un paso crucial hacia la recuperación y bienestar. Debe recordar que merece estar en relaciones saludables y respetuosas, y que el amor propio y el autocuidado son fundamentales en este proceso de sanación.