Fiel a su estilo, Camila Shand, después Camila Parker Bowles, se convirtió en la nueva reina de Inglaterra, vestida de blanco, y con un diseño que recordó al que llevó en su boda con el rey Carlos III, cuando unieron sus vidas en una ceremonia civil en 2005, muy alejada de los lujos que se acaban de ver en su coronación.
El año pasado, en el marco de su Jubileo de Platino, la reina Isabel II declaró oficialmente que tras su muerte, Camila pasaría a ser Reina Consorte con el ascenso de su hijo Carlos al trono. Sin embargo, en la invitación del Palacio de Buckingham a la coronación de ambos despojaron el título de Camila del término “consorte”, confirmando que la nueva Reina es, simplemente, la reina Camila, con el mismo tratamiento del Rey.
En la parte frontal, el diseño rompe con abertura frontal que le aporta dinamismo y comodidad, mientras que a sus espaldas cae una capa kilométrica y muy pesada que a la futura monarca le cuesta portar.
Es una creación del modisto británico, Bruce Oldfield, como se había rumorado, uno de los modistos que también fue de los favoritos de Lady Di. No es de extrañar que recurriera a alguien en quien ya confía, pues ha trabajado con Oldfield en el diseño de piezas para otros momentos señalados, como la constitución del Parlamento en 2016 o el preestreno de Sin tiempo para morir, en 2021.
“Los adornos del vestido de la Coronación de Camila incluyen delicadas guirnaldas de flores silvestres de campos y setos: cadenas de margaritas, nomeolvides, celidonias y pimpinelas escarlata, que representan el afecto del Rey y la Reina Consorte por la naturaleza y la campiña británica”, declaró el Palacio de Buckingham en un comunicado.
Los emblemas florales de las cuatro naciones del Reino Unido (una rosa, un cardo, un narciso y un trébol) adornan los puños y el bajo de la falda. Con este diseño, Bruce Oldfield se propuso crear un vestido sofisticado y moderno que mostrara en cada detalle el estilo y la personalidad de la reina. Los zapatos son obra del diseñador británico Elliot Zed y están confeccionados con el mismo tejido de seda que el vestido”, agregó el mensaje del Palacio.
En su coronación, la reina rompe con la tradición y lució una corona “reciclada”, en homenaje a la reina Isabel II y prescindió del polémico diamante Koh-i-Noor, símbolo del colonialismo británico.
La tradición mandaba, hasta ahora, que cada reina consorte encargara su propia corona para la ceremonia, pero Camilla decidió transformar una ya existente, adaptándose a los tiempos, que piden más discreción y menos pompa. La reina Mary encargó esta corona para su propia coronación como consorte, el 22 de junio de 1911.
¿Por qué no lució la reina Camilla el polémico diamante Koh-i-Noor?
Esta corona fue encargada a la joyería londinense Garrard –responsable de muchas joyas de los Windsor–, poco antes de la coronación de Jorge V y María de Teck. Está compuesta por una montura de plata, bañada en oro, y adornada con 2.200 diamantes, que se insertan en una banda circular.
La principal de estas gemas es el diamante Cullinan IV. Sobre esta banda se yerguen cuatro cruces y cuatro flores de lis. Sobre la cruz principal, que coincide con la frente, estaba engarzado el legendario y controvertido diamante Koh-i-Noor, de 105 quilates, que pasó a formar parte de la corona de la reina madre, en 1935.
La razón de que no se haya utilizado esta corona, para no despertar «los recuerdos dolorosos del pasado colonial», tal y como lo había expresado hace unos meses el Gobierno de la India. También Pakistán y Afganistán, entre otros países que fueron antiguas colonias del Reino Unido, reclaman la propiedad de la piedra. Su valor es incalculable y fue un obsequio a la reina Victoria del último emperador de los sijs, en 1855. Este diamante adornó por primera vez la corona de la reina Alejandra, consorte de Eduardo VII, sucesor de la reina Victoria.
La corona de la reina Mary tiene cuatro medios arcos desmontables, terminados en unas volutas. En la parte de arriba brilla un globo de diamantes y otra cruz sobre la cual estaba montado otro gran diamante, el Cullinam III. En 1914, todos los diamantes fueron reemplazados por piezas de cristal de roca. La reina Mary lució la diadema sin sus arcos tras la muerte de su marido, Jorge V, en 1936.