La falta de tacto es una de los motivos de críticas más frecuentes que deben afrontar el hijo de Lady Di y su esposa. Eso fue justamente lo que no mostraron a la hora de buscar transporte para asistir al funeral de la reina Isabel, en septiembre del año pasado.
De acuerdo con revelaciones de una fuente al Daily Mail, de Londres, sus asistentes se pusieron en contacto con la Casa Blanca para pedir lo que muchos llamarían un aventón y no precisamente en auto sino en el Air Force One, el avión presidencial más célebre del mundo.
Ello, aprovechando que el presidente Biden y su esposa asistirían a las exequias en Londres y se trasladarían en esa aeronave.
La fuente también aseguró que la respuesta fue un ‘no’ de plano, a pesar de que la pareja, y especialmente Harry, no ha sido nada extraña a los Biden. Con la primera dama, por ejemplo, él ha trabajado conjuntamente en causas sociales.
La negativa tajante se explica porque en ese momento la relación de Harry y Meghan con la familia real estaba bastante fracturada y los Biden no quisieron tener velas en ese entierro.
Llevar a la pareja en el avión presidencial “habría causado una gran conmoción. Habría sido un factor de tensión entre la Casa Blanca y el nuevo rey Carlos III”, le explicó el informante al Mail.
Como se recuerda, Harry y Meghan han hecho duros cuestionamientos y acusaciones contra la familia real, pero el rey, en especial, ha tenido que oír muchos reproches acerca del trabajo que hizo como padre por parte de su hijo menor.
En cuanto a los Biden, han estado en la mira de los duques de Sussex desde que llegaron a la Casa Blanca, pero esa relación se ha visto afectada, aparentemente, por la renuncia de ellos como miembros en funciones de la monarquía, en 2020, y por los sucesivos escándalos que han dado lavando los trapos sucios de la familia real en público.
El año pasado, la primera dama fue invitada a los Juegos Invictus, un evento organizado por el príncipe para los veteranos de guerra.
Según el New York Post, su colaboradores cercanos le aconsejaron no asistir, lo cual extrañó, pues ella ya había estado en ese evento en 2017 con su esposo y el entonces presidente Barack Obama, también muy cercano a Harry y Meghan.
Al parecer, dijo el Mail, el asunto fue tratado entre organismos gubernamentales a ambos lados del Atlántico, que le dijeron a la señora Biden que su presencia en los juegos podría no ser bien recibida en el Palacio de Buckingham.
De otro lado, los millones de fans de Harry Meghan están preocupados por ellos. Por un lado, los grandes proyectos que contemplaron realizar en su vida independiente de la realeza se han ido al traste.
“Se dice que ellos sienten que han tenido muy mala suerte”, le dijo un infidente al Daily Mail.
Creen que la pandemia del COVID-19 y a las muertes del príncipe Felipe y la reina Isabel no los han dejado afincar sus carreras en el sector privado.
Para colmo, se rumora insistentemente, desde hace meses, que los problemas que han enfrentado, en lo que parece su batalla con el mundo, le han hecho tal daño a la relación, de manera que estarían viviendo separados, a modo de pausa para reflexionar y volver a conectarse.