Hazlo, con miedo, o sin miedo, pero hazlo
Comenzar el año con el pie derecho exige detenerse a pensar en la salud mental y emocional. Una de las barreras más grandes que impiden a las personas lograr sus objetivos, es el miedo.
Ese sentimiento de angustia por el futuro; esa incertidumbre por lo que vendrá en el plano económico, laboral, sentimental, personal, político, global; ese sentirse desbordado por las cargas anticipadas, puede derribarse poco a poco utilizando los métodos correctos.
El coach mexicano Daniel Habif, en su libro ‘Las Trampas del Miedo’, ofrece una “guía” para que cada persona logre visitar sus emociones y por medio de estas construir una ruta segura para afrontar los miedos que no le permiten avanzar.
En el texto se tocan temas científicos como el funcionamiento de los neurotransmisores del cerebro y cómo estos afectan las emociones sin que seamos conscientes de ello.
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Desde prácticas espirituales, hasta ejemplos de cómo los animales le enseñan al ser humano a afrontar los miedos, son los puntos que el autor emplea para invitar a los lectores a autoconocerse.
Una de las estrategias para enfrentar el miedo es justamente esa, el autoconocimiento. Es decir, saber de qué manera reacciona nuestro propio cuerpo en situaciones de tensión. No todos reaccionamos de la misma maera. Algunos estallan, gritan, se alicoran. Otros se consumen en el silencio y la pasividad.
Luego de entender cómo funciona cada uno ante el miedo, lo segundo es aprender a usar nuestra creatividad: la mente sin control crea escenarios catastróficos, pero esa misma mente también puede ser usada para crear nuevos proyectos, por ejemplo de ahorro, de negocios, de aprendizaje.
La meditación es otro de los métodos efectivos para suavizar el miedo: sacar tiempo para respirar y conectarse consigo mismo, para reconocer la fuerza interna que cada persona tiene. Analizar con calma las situaciones ayuda a conocer nuevos puntos de vista y así encontrar una posible solución que anteriormente no se había tenido en cuenta.
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Habif explica que, para aprender a enfrentar el miedo, es crucial reconocerlo como una emoción natural y como uno de los mecanismos más relevantes que tiene el ser humano para generar métodos de supervivencia. La idea no es eliminarlo por completo de la vida, sino aprender a manejarlo y convertir esta energía en un motor para avanzar en los distintos proyectos y lograr nuevos objetivos.
“El miedo siempre está invitado a todas nuestras reuniones, a todos nuestros pensamientos. El miedo es una sensación de protección por parte de nuestra mente, pero entonces debes aprender a conocerte a ti mismo para que ese miedo no te paralice, sino que te empuje a cumplir ese sueño, a decir sí o no quiero esto”, explica Daniel Habif.
Por otra parte, el acompañamiento es una de las piezas fundamentales para afrontar las situaciones de miedo, después de reconocer a qué se le tiene temor y analizar las posibles soluciones es importante planearse si es necesario el acompañamiento de un profesional o seres queridos que hagan parte de este proceso de sanación y continuidad, ya que esta es una manera de alivianar el peso de los obstáculos presentados.
La búsqueda del equilibrio emocional es tan relevante como los propósitos de mejorar la forma de alimentarse o hacer deporte, entre otros. “Los seres humanos tenemos distintas áreas, no podemos pensar que porque físicamente hacemos deporte ya estamos en equilibrio. Es importante también buscar en el interior” concluye Habif.
2022, el año de cuidarse mejor
El cansancio, la irritabilidad, el estrés o el mal humor pueden tener su origen en el interior del cuerpo. Concretamente puede deberse a un desequilibrio de la microbiota, esos microorganismos presentes en nuestro intestino y que son responsables de funciones tan importantes como absorber minerales o protegernos de las bacterias.
La investigación sobre la microbiota es una de las mayores revoluciones en el campo de la medicina y de la ciencia en los últimos tiempos.
La doctora en Ciencias Biomédicas y especialista en Medicina Interna, Sari Arponen, ha dedicado muchos años de su trayectoria a investigar la microbiota y el efecto que tiene en nuestra salud. El resultado de sus investigaciones lo podemos leer en su libro ‘¡Es la microbiota, idiota!’.
Explica que la medicina fármaco- centrista ignoraba el impacto que tienen los estilos de vida de las personas en su salud.
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Cómo comemos, cómo nos movemos, cómo descansamos, cómo nacemos, los fármacos que tomamos y el impacto sobre estos en los microorganismos le interesó a Sari Arponen, quien quiso saber cómo se puede influir de una forma positiva en nuestra salud, teniendo en cuenta los microorganismos buenos.
“Cuando hablamos de microbiota o flora microbiana, son esos microorganismos que tenemos en la boca, el intestino, el área genital, en la piel, la leche materna, habitualmente beneficiosos que hacen muchas funciones para que nosotros estemos sanos, desde ayudarnos a hacer la digestión, fabricar vitaminas, regular el sistema inmunitario y protegernos contra microorganismos malos. Si tenemos la boca o el intestino de microorganismos buenos nos ayuda a defendernos. En el caso del intestino, la microbiota se comunica con el cerebro”, expresa la doctora Arponen.
“Son pequeños, no los vemos, pero sabemos que están ahí, tenemos millones de genes microbianos en cada una de nuestras células”, añade.
Pero, ¿cómo podemos nutrir de forma positiva nuestra microbiota?
Lo importante es saber lo que no hay que comer y lo que tendremos que reducir al máximo, como por ejemplo los alimentos ultraprocesados (con muchos colores o ingredientes); los refrescos, el alcohol o bebidas con azúcar añadido; los aceites..
Por otro lado la doctora Arponen, en charla con El País desde su consultorio en España, dice que hay que tener en cuenta que alimentarnos no es solo nutrirnos, también es algo cultural, social y psicológico y hay muchos componentes individuales y múltiples formas de hacer una dieta saludable.
“La base de la alimentación es mejor que sea de origen natural, verduras, frutas, frutos secos, el pescado como proteína principal, por el Omega 3 (el más carente en las personas) y a partir de ahí que alguien quiera ser más vegetariano o más carnívoro, cabe todo, y depende de las necesidades alimenticias que necesita cada persona. No es lo mismo un hombre que hace un trabajo físico fuerte a una mujer delgada que tiene un trabajo muy sedentario. Cada uno es diferente. No se puede decir que todo le vaya bien a todo el mundo”, indica Arponen.
En resumen, la internista recomienda comer mucha verdura de base local y de temporada (dependiendo de cada país), y cocinar mucho en casa.
Aparte de la alimentación se debe tener en cuenta el ejercicio físico, control del estrés, descanso y contacto con la naturaleza y demás seres humanos, si alguno de estos falla puede ser que nos condicione a una mala salud.