Una de las personalidades invitadas a la Feria Internacional del Libro de Cali, del 15 al 25 de octubre, será la sexóloga brasilera Flavia Dos Santos.
Ella, quien cumple 15 años de vivir en Colombia, país al que ha ayudado con sus consejos a salir de la mojigatería, hablará con los caleños sobre el deseo, ese tema que tanto ocupa y preocupa a las parejas.
Su más reciente libro, el quinto, lo titula ‘Deseo. Encuéntralo y vívelo a plenitud’, y allí la autora hace un recorrido por las variaciones del concepto y la manera en que se vive hoy en día.
También, ofrece sus consejos de experta para retomar la senda del deseo, si se ha perdido en medio de la rutina y el cansancio de los años.
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El País habló con la experta a quien podremos ver en charla el sábado 17 de octubre, a las 4:45 p.m., por el portal de filcali.com. También el evento se retransmitirá por el Facebook de la Feria Internacional del Libro de Cali.
¿Cuál es el origen biológico del deseo?
El deseo está en el sistema límbico del cerebro, tiene toda una carga hormonal, pero también una carga emocional muy grande y somos decentes, porque deseamos vivir, comer, el contacto, la vida, entonces vamos aprendiendo a desear cosas distintas, de acuerdo a nuestra historia emocional y personal. Yo puedo tener hambre, pero deseo comer determinado alimento porque está cargado con mi historia emocional.
¿En quiénes se da más la falta de deseo, en hombres o en mujeres?
La falta de deseo es algo generalizado. Se ve tanto en hombres como en mujeres. Y se da por distintas razones, pero yo culpo mucho a la falta del poder vivir el aquí y el ahora, y a la falta de contacto con las propias emociones. Es principalmente afectado por eso.
Según Flavia, las aventuras no aumentan el deseo, pero sí ha visto que las personas que las tienen, lo hacen porque se sienten.
¿Por qué se pierde el deseo por el otro?
Por no desear el deseo, si nosotros no aprendemos a desear el deseo, a traer de vuelta, si no nos autorizamos a sentir sin culpas, sin miedos, enfocados en el presente, vamos a ser la próxima generación enfocada totalmente en lo aburrido de la vida y del placer.
¿Es el deseo por el otro como una plantita que hay que regar o se muere?
Me gusta ese paralelo del deseo como una plantita, pero veo más el deseo como algo que es parte de nosotros. Somos seres deseantes, desde el momento en que nacemos hasta la muerte. Lo que pasa es que no nos autorizamos a desear. Cada vez nos prohibimos más los deseos, nos sentimos tan culpables y preocupados por el tema, que nos llenamos de obligaciones y angustias y no nos permitimos sentir deseo.
¿La depresión es la mayor causante de la falta de deseo?
Yo tuve mucha duda durante toda la escritura de ese libro sobre qué es lo que viene primero, si es la falta de deseo la que provoca la depresión o la depresión la que provoca la falta de deseo.
Consulté a un psiquiatra gran amigo mío y ambos quedamos con la duda, porque ambas emociones vienen de la mano. Puede que la falta de deseo, el perder el sabor por la vida, haga que uno de verdad vaya alejándose y desarrollando una depresión.
Enfermedades como la diabetes, la esclerosis múltiple y otras como la artritis, la depresión o tomar algunos medicamentos, pueden afectar el deseo.
¿Qué otros efectos se generan en una persona cuando el deseo sexual se apaga?
Pierde la alegría de la vida. Si nosotros somos seres deseantes y renunciamos a eso, vamos perdiendo mucho del brillo y del calor de la vida.
El deseo es parte de nosotros y yo insisto que todo lo que trabajamos mal de energías internas, de placer, de vida, de emociones, si no sale nos enferma o nos mata, porque nosotros nos terminamos enfermando cuando no vivimos de manera integral.
Otros efectos que genera son que la persona va perdiendo las ganas o el deseo por otras actividades de la vida. Eso se va reflejando en todo y la persona literalmente se va apagando y va sintiendo que su vida está en modo automático y no sienten placer con nada.
¿Operaciones como el retiro del útero o condiciones médicas como el cáncer en la próstata, influyen en la falta de deseo?
No, eso no influye en la falta de deseo. Lo que sí influye es un duelo mal hecho. Cuando a uno le quitan un órgano o un miembro, una mutilación, pasamos por un sufrimiento psíquico. Aunque sea la punta del dedo, se necesita reestructurar el esquema corporal. Tenemos un esquema corporal con el que vinimos al mundo y en el momento en que ese esquema cambia, por supuesto que pasamos por un duelo.
Pero muchas personas no se autorizan vivir los duelos, porque estamos en una sociedad en que no podemos perder tiempo, en que todo significa éxito, éxito, éxito y no nos permitimos hacer los duelos como debemos.
¿Qué ejercicios recomienda para incentivar el deseo en pareja?
El ejercicio es el de autorizarse, concientizarse del aquí y el ahora, sentir el placer en el momento y disfrutar. No como estamos la mayoría de nosotros que estamos teniendo sexo y pensamos en la hora de dormir o en lo de mañana. Estamos con la cabeza siempre en modo acelerado, siempre en un modo donde no nos permitimos sentir el aquí y el ahora, el famoso mindfulness.
¿Es bueno hacer un break en los deseos sexuales? ¿En qué casos?
Por qué hacer un break, por qué tenemos que controlar, la palabra control no entra. Todo deseo es justo, todo deseo es válido, en la cantidad y forma que sea. De ahí a poner en práctica, es otro tema, pero desear y permitirse esos pensamientos y acercarse a esa fantasía, es lo que es importante.
Por qué esa necesidad de controlar o frenar, para qué. Uno puede hacer intentar lo que quiera para el ‘break’ del deseo: intermitente, santería, religión, meditar.
“Somos seres deseantes y si renunciamos a eso, iremos perdiendo el brillo y el calor de la vida. El deseo es parte de nosotros”.
Flavia Dos Santos, sexóloga y escritora.
Pero insisto, ninguna de esas modalidades va a sacar la angustia de adentro. A lo que uno quiere renunciar se agarra de lo que sea.
¿Qué pasa cuando hay exceso de deseo sexual?
El exceso de deseo hay que ver si es un exceso de deseo o una necesidad de huir de la realidad y de no afrontar lo que está pasando y ocupar la mente con otros pensamientos. Hay que ver cuál es la función de ese exceso de deseo. Nada, nada es gratuito en nosotros, todo tiene un fondo y una justificación.
¿Todos nacemos con deseo sexual, pero si no se desarrolla se atrofia?
Todos nacemos con deseo sexual. La líbido es parte del ser humano, la energía sexual es parte y es grave renunciar a eso, porque si te das cuenta, cuando hay renuncia de deseo o el origen de las enfermedades mentales, las neurosis y de los crímenes pasionales, son culpa de las renuncias o mala canalización de los deseos.
Entonces es muy importante, no es que se desarrolle o se atrofie, solo sale, la energía sexual está dentro de ti, somos seres deseantes y si tratas de renunciar a ese deseo o ahogarlo, todo sale mal, te puede enfermar o te mata.
Últimas preguntas
¿Tener demasiadas expectativas afecta el deseo?
Creo que demasiadas expectativas afectan, no diría que el deseo, pero sí la fantasía. Yo siempre digo que el exceso de expectativas en la vida, es el camino más seguro para la frustración. ¿Quieres frustrarte en la vida? Llénate de expectativas.
¿Cómo se desarrolla la inteligencia erótica?
La inteligencia erótica que es algo muy curioso, muy bonito y de lo que poco se habla. Es un combinado donde tienes información y te permites sentir y exploras. Cuando tienes esos ingredientes de verdad puedes utilizar inteligentemente tu placer. La inteligencia es importante, porque significa que yo crezco y agrego, yo no resto.
Creencias y machismo
Para la sexóloga, las religiones, que hablan de prohibiciones, afectan el deseo, ya que “el deseo habla de autorizarnos, de sentir, de quitar la culpa. La religión te inculca la culpa. Somos seres cargados de culpa y nunca nos permitimos sentir, porque estamos caminando siempre con la culpa a nuestro lado”.
También especifica que tanto hombres como mujeres tienen la misma cantidad de deseo, “no existe ese cuento machista de que los hombres sienten más que las mujeres, eso es masculinidad tóxica”. Donde sí hay diferencia, aclara, es en las personalidades, necesidades individuales, contextos socioculturales y las distintas etapas de la vida.