La memoria se construye con relatos guardados por generaciones y objetos que se convierten en símbolos del pasado, algo que sabe perfectamente Rachel Lyons, directora del Archivo Histórico del Festival de Jazz de Nueva Orleans, quien estuvo en Cali participando en la programación académica del Festival de Música del Pacífico ‘Petronio Álvarez’.
Como explica Manuel Sevilla, coordinador académico del Petronio Álvarez, “en la más reciente edición, gracias a la alianza colaborativa que tenemos con Nueva Orleans desde el año 2015, a principios de 2024 estuvimos allá y, ahora, Rachel Lyons nos acompaña en Cali, con el objetivo de compartir experiencias entre ambos eventos, fortaleciendo estos festivales como espacios de memoria y patrimonio en torno a las prácticas culturales”.
Rachel, nacida en Cambridge (Massachusetts) y radicada en Nueva Orleans (Luisiana), conoció Cali en una época pletórica de alegría, como son los días del ‘Petronio’: “Sí, es mi primera vez en Cali y ha sido maravilloso”, expresa.
La experta en historia cultural, quien lleva 24 años al frente del archivo de la New Orleans Jazz & Heritage Foundation, se reunió con los organizadores del evento caleño y de otros a nivel nacional, para compartir conocimientos en torno a los archivos históricos que, como aclara Sevilla, “es un ejercicio muy importante, porque describe las diferentes transformaciones del festival, no se trata de almacenar objetos, sino de construir una memoria y mantener un legado”.
En su paso por Cali, Lyons habló con El País sobre su labor archivística y la importancia que tiene para los festivales musicales, así como de las relaciones entre el jazz y la música del Pacífico colombiano.
¿Qué la motivó a convertirse en archivista musical?
Soy de Nueva Inglaterra y mis padres siempre tenían jazz y música clásica tocando en casa: emisoras como WGBH, y cuando fuimos a Nueva Jersey para ver a mis abuelos, la radio estaba sintonizada en WBGO. Mi interés por los archivos surgió de mi amor por la historia cultural. Pude ver que la música no existía por sí sola: la cultura material, el tiempo y el lugar importaban al momento de darle forma.
¿Cómo llegó a ser la directora del archivo histórico del Festival de Jazz de Nueva Orleans?
Mi tiempo en el Jazz & Heritage Archive comenzó hace casi 25 años. ¡No puedo creer que haya sido hace tanto tiempo! Empecé cuando el archivo era solo una habitación llena de cajas en un edificio sin mantenimiento. Solo necesitaban que alguien comenzara a descubrir qué había exactamente allí. Aumenté la colección para que esté en seis áreas de almacenamiento externas en tres estados y, en 2018, comenzamos un programa de preservación digital y contratamos a un administrador de colecciones digitales. Ha sido una aventura.
¿Por qué es importante que el ‘Petronio’ desarrolle su propio archivo histórico?
Al igual que el Jazz Festival, el Petronio Álvarez es más que un simple festival de música: celebra aspectos de la cultura colombiana. La organización tiene la obligación de garantizar el impacto duradero del festival. El ‘Petronio’ tiene mucha suerte de contar con Manuel Sevilla a bordo, quien entiende cómo los archivos pueden proporcionar continuidad cultural. Un buen punto de partida sería hacer historias orales con personal veterano y otras personas clave que trabajan en el festival. Estas personas están imbuidas del espíritu de Petronio.
¿Cómo descubrió la música del Pacífico colombiano?
A medida que fui creciendo, diversifiqué mis gustos musicales: escuchaba la radio universitaria, porque tocaban de todo: blues, rap, punk, todo. Cuando me mudé a Nueva Orleans en 1990, comencé a escuchar WWOZ, donde tocaban todo lo que se escucha en Luisiana, incluyendo música panafricana y latina. Mi primera inmersión profunda en la música del Pacífico colombiano fue en el Festival de Jazz del año pasado, lo cual fue asombroso, las obras de arte en el escenario eran magníficas, la música excepcional y me encantó que la artesanía también incluye a muchos fabricantes de instrumentos musicales. Fue increíble ver a niños y adultos tocar los instrumentos: era como una conversación intercultural sin hablar.
¿Halla similitudes entre la música afrodescendiente del Sur de Estados Unidos y la del Pacífico colombiano?
Definitivamente escucho una relación y, en cierto modo, muchas de ellas me recuerdan a la música de New Orleans Brass Band. Es una música que fue diseñada y casi puede existir sin bailarines. Estos grupos fueron creados para trascender el tiempo y las condiciones, convirtiéndose en un lugar de felicidad y alegría. La música y el baile te mandan. Escuché que en el ‘Petronio’ del año pasado la Hot 8 Brass Band, de Nueva Orleans, se presentó junto a Rancho Aparte, de Quibdó, y ahora entiendo completamente la razón.
¿Qué tipo de objetos o documentos pueden integrar un archivo histórico musical?
Tenemos todo tipo de cosas. Artículos publicados de la Fundación J&H y WWOZ. Archivos de audio, vídeo y fotografías, por supuesto. También arte, piezas de decoración de festivales: muchos de nuestros carteles y escenografías, que están hechos a mano y pintados. Tenemos algunos instrumentos, pero no muchos: una flauta nativa americana, un tambor indio de Mardi Gras y una guitarra hecha con una caja de puros. Me encantan las cosas que la gente hace para el festival. Hay grupos de personas que asisten cada año, familias que hacen botones y camisetas, incluso artesanías que los representan, a veces tengo suerte y me obsequian algunos de estos objetos.
¿Qué espera, en términos académicos, de su visita al ‘Petronio’?
Me encanta de mi trabajo que siempre aprendo algo nuevo y es lo que más espero en este viaje. Estuve en el ‘Petronio’ y tomé muchas fotografías. Observé aspectos claves de la producción, la señalización inteligente, el diseño y las instalaciones, que están muy bien organizadas para asistentes y artistas. Me interesa mucho hablar con los artesanos y conocer su trabajo. Y bailar con mucha de su música. Cali me encantó. ¡Espero volver para ayudar a crear archivos de festivales colombianos!
El trabajo de archivista
“Mi trabajo de archivista musical ha cambiado con el tiempo. Somos un equipo de tres archiveros de tiempo completo y uno de tiempo parcial. Mi trabajo aborda más la interfaz pública y no necesariamente el procesamiento de las colecciones. Trabajo con proyectos, asisto a investigadores, manejo voluntariado con el personal, gestiono solicitudes de uso y dirijo tres programas públicos. Tenemos un programa de fotógrafos voluntarios del Festival de Jazz, diseñado para atraer fotógrafos estudiantes, aficionados y profesionales, para retratar el evento, y una beca para quienes quieran investigar en nuestros archivos, y el programa Serie Allison Miner, donde los becarios presentan sus investigaciones”, explica Rachel Lyons.
La New Orleans Jazz & Heritage Foundation
Es una organización sin fines de lucro propietaria del New Orleans Jazz Festival. Su archivo histórico funciona en múltiples niveles, “recopilamos información relacionada con el festival, pero también con todas las actividades de la fundación”.
La Fundación ha estado ejecutando un programa de subvenciones desde 1979 y ahora, de forma anual, “otorgamos más de $1 millón de dólares a Luisiana. También contamos con programas orientados al desarrollo empresarial y artístico”, agrega Lyons. El archivo recopila materiales sobre la música y las comunidades culturales del estado. La Fundación J&H cuenta con la emisora comunitaria WWOZ 90.7 FM que se puede escuchar en línea.