Diciembre es época de compartir en familia, sinónimo de abrazos, de cenas, de regalos, incluso, de bienvenidas a seres queridos que llegan de lejos. Sin embargo, para muchas personas que viven solas o que perdieron a un ser querido en el último año, la Navidad puede resultar una pesadilla y desencadenar cuadros de depresión y de ansiedad que de no ser tratados a tiempo, pueden traer graves consecuencias. Por eso es importante saber cómo enfrentar esta época si las condiciones no son las ideales. Maggie Pulido es una psicóloga colombiana que vive hace más de 8 años en Arabia Saudita. Allí conoció casos de migrantes a los que estar lejos de casa y de sus familias, por estas fechas, los conducía a estados de depresión muy preocupantes. Hoy, a través de su podcast ‘En Sesión con Maggie’, esta experta en comportamiento humano, se dedica a darles tips para que puedan superar estas situaciones. “A veces pensamos que nuestros seres queridos van a estar para siempre con nosotros. Y no poder tenerlos en Navidad en Año Nuevo es uno de los vacíos más grandes que se pueden sentir. Por eso es importante ser conscientes de que la vida es pasajera, que la muerte es una realidad y hay que tratar de encontrar motivos para vivir”, explica Maggie. “En la pareja, por ejemplo, la meta cumplida es estar juntos hasta la muerte. Cuando esto no se cumple, viene la frustración. Pero es importante atesorar todos los momentos vividos con esa persona y darnos cuenta que, a pesar de nuestra pérdida, esta vida merece ser vivida hasta el último instante”, agrega. Por otro lado, recomienda Pulido, es importante que las personas se den permiso para sentir. Es normal que experimenten sentimientos de tristeza y dolor. No hay que forzar ser feliz solo porque es Navidad. Pero es importante aceptar la realidad y apoyarse en amigos y familiares y entender que la Navidad perfecta no existe. Ayudar a otras personas o hacer un voluntariado puede ser beneficioso para superar estas épocas, así como dedicarse a aprender nuevos hobbies o hacer el viaje que hasta el momento no nos habíamos permitido por muchos factores. Otra de las situaciones que pueden generar depresión en estas fechas es el estrés por no haber logrado los objetivos planteados. “Diciembre es una época de balances. Encontrarnos con familiares que nos van a juzgar por no haber logrado nuestros objetivos puede generar ansiedad y sentimientos de inutilidad y culpa. Ver otra vez a la tía que nos pregunta: ¿Y no te has casado? no es nada agradable en estas fechas. Es fundamental aceptar nuestro proceso. No darle el poder a los otros de juzgar nuestra vida”, agrega Pulido. También afecta mucho a muchas personas, especialmente en esta época, las separaciones de la pareja, porque implica una fragmentación del círculo familiar en fechas que se suponen deberían estar juntos. “Lo importante es pensar en el bienestar de los hijos y hacerles entender que aunque la familia ya no esté unida, pueden compartir estas fechas especiales unas con el papá y otras con la mamá y que eso está bien, que eso no quita el vínculo que los une. Darle esa seguridad a los hijos hará que no se sientan culpables por dejar a papá o a mamá en una fecha especial, una situación que irremediablemente tendrán que asumir el resto de sus vidas”, concluye la experta. Es necesario contar con un circulo cercano de amigos o familiares de apoyo, que en lugar de abrir más la herida, la ayuden a sanar.
Consejos para sanar la ausencia
1. Belén Jiménez Alonso, investigadora y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya, señala que se puede preparar una reunión en familia antes de que lleguen las fiestas para que todos, niños incluidos, puedan “compartir abiertamente inquietudes y necesidades”. 2. Buscar una forma simbólica de recordar al ser querido fallecido, de honrar su recuerdo. Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, sugiere, dejar vacía la silla en la que se sentaba y colocar algo en su memoria que nos recuerde que falta, o preparar su plato favorito, “darle presencia a la ausencia”. Crear un espacio o un tiempo para rememorarlo. 3. Acompañarnos de gente que nos quiera y queramos. 4. Dedicar tiempo a tareas que reconforten: pintar, escribir, cocinar o hacer deporte. 5. No aislarse ante el dolor. 6. Asumir entre todos los papeles que desarrollaba esa persona en estas fechas. 7. Hablar del duelo para afrontarlo. Hacer como si no pasara nada no ayuda. 8. Cuidarnos y dejar que nos cuiden. Cuidar de alguien nos hará sentir mejor. 9. Aceptar y legitimar el duelo, no ignorarlo. 10. Asumir que cada uno lo llevará y lo expresará de maneras muy diferentes.