Su apariencia es engañosa, y aunque parece infinita, el agua en realidad tiene una medida exacta. Como afirma Bill Bryson en ‘Una breve historia de casi todo’, solo “hay 1300 millones de kilómetros cúbicos de agua en la Tierra y eso es todo lo que podemos tener. Es un sistema cerrado: hablando en términos generales, no se puede añadir ni sustraer nada al sistema. El agua que bebes ha estado por ahí haciendo su trabajo desde que la Tierra era joven. Hace 3800 millones de años, los océanos habían alcanzado (aproximadamente, al menos) sus volúmenes actuales”.
De modo que cada gota de agua en el mundo es insustituible, pero esto no impide que todos los días, un porcentaje considerable de la población desperdicie y contamine el líquido vital, asumiendo todo lo contrario a la evidencia científica. Porque, de hecho, en el reino del agua, llamado la hidrósfera, solo el 3% es agua dulce, y la mayor parte se encuentra en los glaciares de la Antártida y Groenlandia.
“Solo una cuantía mínima (el 0,036%) se encuentra en lagos, ríos y embalses, y una cantidad menor aún (solo el 0,001%) en las nubes en forma de vapor”, aclara Bill Bryson.
El resto del agua, 97%, es salada y se encuentra en los mares y océanos. Pero la inconsciencia sobre los recursos hídricos del planeta, que son limitados, propicia la idea equivocada de que el agua se renueva con las lluvias, o que nunca se agotará.
Lea aquí: Las memorias de un hombre sereno: Alfredo Carvajal habla sobre su nuevo libro
Día Mundial del Agua
Es por ello que, desde 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo declaró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua, una fecha anual para crear consciencia ambiental sobre el cuidado de los recursos hídricos de la Tierra, así como para brindar información sobre las problemáticas sociales que afectan el acceso al agua potable en diferentes lugares del mundo, y sobre los efectos de la contaminación y el cambio climático en la calidad del agua que consume la humanidad.
Al mismo tiempo, el Día Mundial del Agua es un llamado a promover estrategias para cuidar el agua desde los ámbitos más cotidianos, racionamiento en los hogares, y a nivel estatal, legislando políticas públicas para su conservación, todo ello con el objetivo de cumplir el punto número 6, de Agua limpia y saneamiento, trazado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de las aguas subterráneas, que suministran gran cantidad del agua que se utiliza para fines de consumo.
Aguas subterráneas
En 2022, treinta años después de establecerse esta conmemoración, la ONU publicó un informe con datos actualizados sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, en esta ocasión, dedicado a resaltar la importancia de las aguas subterráneas.
“Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua). Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos”, se explica el informe.
En términos de cifras, las aguas subterráneas constituyen aproximadamente el 99% de la totalidad del agua dulce en estado líquido y están repartidas por todo el planeta, en diferentes ecosistemas que deben ser protegidos de la sobrexplotación y la contaminación.
La ONU advierte que “el agotamiento de las reservas de agua subterránea se produce cuando la extracción supera la recarga”. De nuevo, como mencionó Bill Bryson, estamos hablando de un recurso limitado, puesto que la mayoría del agua que consumen los humanos viene de acuíferos. Y aunque el impacto del cambio climático puede agravar la situación, “la mayoría de los casos de agotamiento de las reservas de agua subterránea a largo plazo se deben a la extracción intensiva”.
Por otro lado, la contaminación de las aguas subterráneas reduce la idoneidad del agua extraída para el consumo humano y también afecta a los ecosistemas que dependen de ellas. En este sentido, no solo influyen los desechos de la población, sino también la contaminación agrícola, “que generalmente incluye grandes cantidades de nitratos, pesticidas y otros agroquímicos”.
La emergencia con las aguas subterráneas radica, según este último informe, en que “es un proceso prácticamente irreversible: una vez contaminadas, las zonas de acuíferos tienden a permanecer con aguas contaminadas”.
Gran número de ciudades depende del agua subterránea, se estima que actualmente el recurso hídrico de casi el 50% de la población urbana del mundo procede de aguas subterráneas.
Páramos de Colombia
Particularmente, nuestro país es rico en acuíferos, cuenta con el Macizo Colombiano, el mayor reservorio de agua de Colombia, donde nacen sus principales ríos: el Magdalena, el Cauca, el Patía, el Putumayo y el Caquetá.
De hecho, Colombia es uno de los países con mayor concentración de páramos en el mundo, son 36 ecosistemas con grandes reservas hídricas, algunos de los más reconocidos y declarados parques naturales son el Páramo de Sumapaz, donde nacen lagunas de origen glacial como las de Boca Grande, Chisacá, Larga, La Guitarra, El Cajón y del Nevado, entre otras. También está el Páramo de Santurbán, amenazado actualmente por la deforestación, explotación privada y minería ilegal.
Los páramos también son el hogar de muchas especies animales, como el oso de anteojos, y de flora muy valiosa para la conservación del agua como los frailejones, plantas que tienen la capacidad de absorber el agua de las neblinas y conservarla, pero que corren riesgos debido a la deforestación y los incendios.
Como afirma la ONU en su informe, las aguas subterráneas, “tienen el potencial de proporcionar a las sociedades ingentes beneficios sociales, económicos y medioambientales, entre ellos la adaptación al cambio climático. Sin embargo, a pesar de su enorme importancia, este recurso natural no se suele comprender lo suficiente y por consiguiente, se subestima, se gestiona mal e incluso se sobreexplota. Habida cuenta de la creciente escasez de agua en muchas partes del mundo, no se puede pasar por alto el gran potencial de las aguas subterráneas y la necesidad de gestionarlas con cuidado”.
El cambio climático reduce en la recarga natural de las aguas subterráneas, en la filtración superficial, incluidas las corrientes de agua intermitentes, los humedales y los lagos.
El agua en Cali
Hernando Díez, profesor y ambientalista, desde hace varios años fundó la ONG ‘Los maestros del agua’ para proteger el medio ambiente y las fuentes hídricas en las zonas rurales de Cali.
El ambientalista describe así el panorama local: “Nuestra ciudad está literalmente ‘perdiendo el año’ en términos de agua. Tenemos problemas por minería de oro en los Farallones, que contamina el río Cali, donde se abastecen más de 700.000 habitantes diariamente, además hay un porcentaje muy alto de aguas residuales que no se tratan, y por si fuera poco generamos 1.800 toneladas de residuos sólidos diarios o sea 657.000 toneladas anuales, producidas en Cali”.
Agrega que, “estas cifras deberían llamarnos a una reflexión colectiva, sentando en la mesa a las autoridades ambientales y municipales, para redefinir el manejo de tan graves situaciones. Reciclar, reutilizar, reducir, reinventarnos, son temas que no dan espera, si queremos cumplir los objetivos de desarrollo sostenible y sobre todo adaptarnos rápidamente al cambio climático para salvarnos de un ‘estallido ambiental’ causado por el colapso de la madre naturaleza, que ya no aguanta tanto abuso humano”.
Hernando Díez concluye es urgente “reducir drásticamente las diferentes fuentes de contaminación, ante todo, incrementar el uso responsable, eficiente y consciente del agua, proteger y restaurar los territorios del agua, es decir, para nuestro caso, Cali Distrito, salvar el Parque Nacional Natural Farallones, nuestra ‘fábrica del agua’. Y paralelamente, requerimos apostar por la educación ambiental en contexto, como dice el Dr. Llinás, asumirla con seriedad, que esté presente día a día en todos los escenarios educativos y comunitarios”.