Esta semana, la Nasa presentó oficialmente a la caleña Diana Trujillo como una de las mujeres que hacen parte del grupo de siete nuevos directores de misiones de vuelos espaciales. Ellos tienen el propósito de estudiar y dar solución a las necesidades que tiene el ser humano para volver a pisar la luna.
La colombiana, quien ha ocupado distintos cargos en la Nasa, principalmente en JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro) de los cuales, considera que todos han sido fuente de aprendizaje y experiencia para llegar a su puesto actual, “hice parte de JPL desde ‘abajo’, en la misión Curiosity, la anterior a Perseverance. Mi tarea era hacerle exámenes al robot a las tres, cuatro de la mañana, cuando nadie quería ir al laboratorio, y así, poco a poco, fui reconocida como la número cuatro del proyecto”, comenta Diana Trujillo.
Los latinos se identifican hasta en la Nasa
Aunque Diana es reconocida entre sus compañeros por su carácter firme, para ejercer puestos de liderazgo en una de las compañías más importantes del mundo, a la vez la identifican como cálida, amable, simpática y creyente en la empatía y en el trabajo en equipo, “yo llego a la Nasa y así no conozca a las personas, saludo a todo el mundo; hace parte de mi idiosincrasia latina, siento que mis raíces me han permitido llegar donde estoy”, comenta la ingeniera aeroespacial.
En su nuevo cargo dentro de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), tendrá que dirigir misiones de vuelos espaciales tripuladas desde el Centro de Control de Misión en el Centro Espacial Johnson de la Nasa en Houston, y además, se está preparando para las misiones lunares del programa Artemis de la agencia estadounidense.
“El proyecto de la Estación Espacial busca realizar experimentos científicos y ampliar nuestros conocimientos de cómo podemos mantener la vida en el espacio; también para estudiar cómo llevar vehículos a la Estación Espacial. Ya cuando se demuestre que es posible preservar la vida, nuestra siguiente etapa es que el ser humano vuelva a la luna (...). Solo entonces existirá la posibilidad de pensar en llevar a los seres humanos a Marte. En otras palabras, es como si fuéramos de paseo y para recargar energía, hacemos una parada rápida en la luna”.
Entre las cosas que más extraña de su ciudad natal, está la calidez de las personas y sus comidas típicas, "cuando estaba allá, todas las tardes me tomaba un champús", y manifiesta, entre risas, que esta "sería una buena receta para llevar a la luna“.
Una misión con grandes expectativas
Como es de esperarse, la caleña busca realizar un excelente trabajo en esta misión guardando y protegiendo la vida de los astronautas.
Pero, más allá, en sus expectativas personales, Diana sueña con ayudar a demostrar que es posible llevar a los hombres y mujeres a la luna, “pienso en todos los niños y niñas que quieren continuar con estos proyectos. Si estos los vamos a hacer una última vez y terminan conmigo, no tiene sentido. Mi aspiración es que los que estamos trabajando en este momento, podamos decirle a las siguientes generaciones: ‘hasta aquí llegamos, te toca a ti’”.
“Me siento afortunada porque he trabajado en los anteriores proyectos, Perseverance y Curiosity, para estudiar la posibilidad de vida en Marte, e investigar qué ha pasado en este planeta, porque las investigaciones arrojan que ahora parece un desierto y que hay una especie de río seco; entonces es como un proceso de arqueología espacial que estamos haciendo. Mientras con el proyecto Artemis debemos revisar que tenemos la tecnología para llevar los seres humanos a Marte, es como si antes de irnos de viaje analizáramos si el carro que tenemos sirve completamente”, expresa Diana Trujillo.
La receta de los sueños
La caleña considera que cada persona tiene su forma única de llevar a cabo sus anhelos, y que lo más importante es apreciar las metas que se tienen establecidas, “a veces uno mira sus propios sueños y piensa: ‘eso no va a pasar’ o ‘parezco loca yo pensando en eso’. Y claro, el mundo siempre te va a llevar a creer que lo que sueñas no se puede realizar (...) Para mí el secreto fue respetar mi sueño y pedirle a Dios que me mostrara el camino”.
Para la caleña viajar al espacio no es cuestión de género, “las mujeres deberíamos ser reconocidas como personas en la ciencia. Quiero incrementar la cantidad de latinas en el espacio y que las niñas crean que pueden hacer lo que yo hago y hasta más”.
Una heroína sin capa
La Nasa está desarrollando el proyecto She Is, el cual busca capacitar a 100 niñas de todo el territorio colombiano, entre los 9 y 15 años, de las cuales muchas consideran a Trujillo como una fuente de inspiración.
“A mí me hace muy feliz saber que hemos llegado a un punto en el que una niña puede decir ‘yo quiero ser astronauta’ y en vez de mirarla raro, podamos decir ‘vale, ven te muestro un camino que te puede ayudar a lograrlo’”, explica Diana Trujillo.
Aunque nunca se imaginó que sería un modelo a seguir para las niñas colombianas, ahora que ha logrado unir una serie de conocimientos y experiencias, desea seguir apoyando a los niños y niñas del mundo a crecer en el campo de las ciencias espaciales,
“He tenido la oportunidad de alentar a las personas para hacer trabajos como el mío, y me he dado cuenta de que es algo que me gusta mucho, porque sé que tan complejo es superar la mentalidad de no creer en uno”, manifiesta la caleña.
"De niña era fascinada con el espacio, uno se pregunta ¿cómo funcionará? Lo pensaba, sí, pero nunca me imaginé que sería una de las personas que ayudaría a hallar esas respuestas".
‘Ser mamá me ha enseñado a priorizar, incluso, en el trabajo’
La Nasa no es la tarea más difícil que tiene la colombiana, pues dividir sus días entre ser una de las directoras de vuelos espaciales y los oficios propios de la maternidad, le han enseñado que “no todo fluye a la perfección”, y que siempre hay que buscar hacer cada actividad de la mejor manera posible.
“Ser mamá de dos niños, y colombiana, me ha ayudado a hacer mejor mi trabajo, porque eso es una cosa loca. Se presentan diez problemas en cinco minutos, y he desarrollado la habilidad de priorizar lo realmente importante de la vida”, explica Trujillo.
Curiosamente, ella, a pesar de conocer una parte de la inmensidad y magia que esconde el universo, considera que la mejor casa para sus hijos es la Tierra, “No hay lugar que yo haya explorado, que me cuide, como lo hace nuestro planeta, en todos los mundos debemos llevar herramientas para protegernos. Ahora la cuestión es averiguar como cuidarnos entre nosotros mismos”.