Rosas, claveles, cristantemos, alstroemerias,  hortensias y lirios, siguen estando en el top de los mejores regalos de San Valentín en el mundo,  entre los enamorados. 

Y este día los floricultores colombianos también tienen motivos de sobra para celebrar, debido a que las flores nacionales inundan el mercado internacional, y representan para esta fecha el 15% de las exportaciones anuales del sector y una fuerte concentración de exportación dirigida a Estados Unidos, que ocupa el 80%.

La calidad de las flores colombianas es de gran prestigio en el mercado internacional, el país exportó alrededor de 1.423 millones de dólares entre enero y agosto de 2022. Y las expectativas crecen este 2023. 

Según información de Asocolflores, Colombia exporta en un año, cerca de 5.700 millones de tallos a países como Estados Unidos, Japón, Canadá y Países Bajos. Adicional a esto, el 66 % de los cultivos se centra en Cundinamarca, 33 % en Antioquia y el 1 % en diferentes regiones del occidente del país.

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La alta calidad por la que este producto nacional es reconocido en el mercado mundial, es lo que ha permitido que Colombia se destaque frente a sus competidores como Ecuador, Kenia y Holanda, principales exportadores de flores en el mundo. El 93 % de las exportaciones del 2022 se realizaron vía aérea, frente a un 7 % vía marítima; lo que representa que cerca del 80 % de las exportaciones que se realizan vía aérea del país, sean flores colombianas que dan la vuelta al mundo.

Entendiendo este importante escenario y con miras a la competitividad, los productores deben innovar en sus procesos en toda la cadena de valor desde el cultivo hasta su llegada al usuario final, considerando incluso el tiempo que la flor perdura en el florero.

“Además del importante aporte en la generación de divisas para Colombia y de la generación de un sector con alta reputación en el mundo, el cultivo de flores tiene un impacto positivo en el desarrollo económico y social en el país. De esta manera, la competitividad es fundamental, sobre todo para mantener las cualidades comerciales de la flor, cuyo precio en el mercado es determinado por su estética en el punto de venta y no en la cosecha”, Carlos Sepúlveda, gerente de marketing de soluciones para la agricultura en BASF Colombia.

Un enemigo silencioso que acelera el envejecimiento de la flor y contribuye al deterioro de la misma es el etileno, un compuesto producido por la flor de forma natural desde que es cosechada, pero que aumenta su cantidad debido a lesiones físicas ocasionadas por el maltrato en procesos de poscosecha, lesiones y estrés por presencia de patógenos y picaduras de plagas, o por los cambios de temperatura durante su transporte.

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“Teniendo en cuenta que un tercio de la vida útil de las flores cortadas está influenciada por el ambiente previo a la cosecha, mientras que los otros dos tercios dependen del manejo y las condiciones en poscosecha, es importante integrar procesos más innovadores, especialmente en esta última fase de la cadena, que harán que la flor no se estrese y se dañe”, asegura Sepúlveda.

Plantas con tolerancia al estrés

En la actualidad, los floricultores cuentan con tecnologías encaminadas a producir en la planta una mayor tolerancia al estrés. Este tipo de tratamientos desarrollados por investigadores de BASF, compañía química líder a nivel mundial, ha impactado la calidad de la flor de exportación alargando los tiempos de vida en el florero.

“El uso de fungicidas en poscosecha es muy importante y las rosas, además de presentar menor afección de Botrytis cinérea –una de las principales enfermedades que afectan a los botones-, disminuyen su sensibilidad al etileno exógeno y aumentando la duración de vida en el florero”, aclara el experto.

Además de la incorporación de estas innovaciones en la poscosecha,  es necesario determinar las condiciones en las que viajan las rosas de exportación tales como la temperatura, la humedad, las mezclas con otras especies, las concentraciones de etileno a las que están expuestas y la duración de cada una en estos ambientes. Solo así se puede maximizar la competitividad de este símbolo económico de Colombia en el exterior.

Dime cuál regalas y te diré qué amor profesas...

Girasol:  tiene  la particularidad de posicionarse siempre hacia el sol para aprovechar sus rayos. Simboliza felicidad, vivacidad y fe espiritual. Además es un mensaje de buena suerte y abundancia.

Rosa: la roja significa amor y pasión; la amarilla, amistad y alegría; la blanca, paz y pureza; la rosada, gratitud y cariño.

Clavel: simboliza la pasión, el afecto, el anhelo y el romance. Los pintores del Renacimiento en el s. XV y XVI la eligieron como flor predilecta para aparecer en sus escenas de compromiso y emparejamiento.

Crisantemos: evocan la eternidad, la fidelidad, el optimismo, la sabiduría y la larga vida. 

Orquídea: la blanca expresa pureza; la roja, deseo intenso; la violeta, sabiduría y prudencia; la azul, paz y armonía; la rosa; amor y cariño, y la amarilla, erotismo.

Lirios blancos: pureza, inocencia y belleza. Lirios amarillos: felicidad en el amor, gratitud y alegría. Lirios rojos: amor, seducción. Lirios naranjas: pasión.

Astromelia: simboliza la amistad duradera, y cada uno de sus seis pétalos representan una faceta muy importante de esta.