Un guaquero buscando oro descubre una fosa común. Los autores del crimen, sospechando que tiene información que los incrimina, lo declaran objetivo militar. La joven Sara es raptada por una organización secreta y su padre busca ayuda con un chamán del Amazonas para tratar de encontrarla. En la selva, durante una ceremonia con la medicina sagrada Ayahuasca, el chamán logra un estado expandido de conciencia, por medio del cual intenta visionar quién tiene secuestrada a Sara.
Esta es la historia de Domo, segundo largometraje de Tayo Cortés, que presenta a través de simbolismos, el conflicto entre mundo e inframundo y que llegará a las pantallas de cine el próximo 11 de mayo. En esta historia se enfrentan el bien y el mal, revelando situaciones ocultas que ofrecen una experiencia de autodescubrimiento y posibilitan comprender la inexistencia de una sola realidad y de verdades únicas.
La película, fue escrita y dirigida por Tayo Cortés, quien también hizo la producción ejecutiva junto a Esteban Bernatas. Contó con Viviana Insuasty como jefe de producción, la dirección de fotografía estuvo a cargo de Takuro Takeuchi y Antón Fresco, el sonido directo de Eric Spitzer-Marlyn y Miller Castro (ADSC), la dirección de arte de Carolina Ponce, el montaje de Carlos Rufete, la música de Martín Guzmán y Yesit Ipuján, y el diseño sonoro de Eric Spitzer-Marlyn, entre otros.
Es coprotagonizada por el actor germanoecuatoriano Christoph Baumann, que a lo largo de su trayectoria ha participado en películas como Kamikaze 1989, protagonizada por Rainer Werner Fassbinder, Los hermanos pinzones y su entrañable almirante, El facilitador y Sin muertos no hay carnaval. Junto a él participan Richard Wilson Cortés, Pedro Guerrero Riascos, Miguel Ángel Mavisoy, Víctor Manuel Méndez, Gabriela Ponce, Manuel Revelo y Jairo Rivera Meza. Rodada en Nariño y Putumayo, la película incorporó al casting auténticos taitas y guías espirituales del Putumayo que permitieron profundizar en la cosmovisión indígena de la región.
Sobre el origen de la historia y el proceso de investigación Cortés manifestó en una entrevista con Felipe Moreno Salazar: “El deseo de hacer esta película me surge por el interés en las comunidades indígenas del Putumayo. Yo quería aprender de lo que ellos saben sobre la medicina, la música, la convivencia en comunidad (...) Existen elementos del ritual sagrado de la medicina de la Ayahuasca, que es esta bebida que los indígenas de distintas zonas de la amazonía emplean como medicina principal. En torno a eso hay unos elementos ritualísticos que están presentes en la película. Me interesó desde el principio saber cómo esos elementos no están en contra del cuidado de la naturaleza sino en favor (...) He tomado con permiso de los taitas esos elementos para incluirlos en la película, explicándoles mi punto de vista y la posibilidad que ofrece la cámara de registrar esos momentos como documento que aporten a la preservación de la cultura. Hemos trabajado para hacerlo lo más cercano a la realidad”.