"Drive my car" del director japonés Ryusuke Hamaguchi, conmovedora odisea de dos seres atormentados por su pasado, prosiguió el domingo en la entrega de los Óscar un largo periplo de gloria, aclamado por los críticos de todo el mundo.
Adaptado de una obra de Haruki Murakami, este largometraje de tres horas, consagrado como mejor película extranjera, fue nominado en tres categorías más, mejor película, mejor dirección y mejor adaptación.
Inspirado en tres relatos de la compilación "Hombres sin mujeres" del famoso novelista japonés contemporáneo, la película cuenta la historia de un actor y director de teatro -interpretado por Hidetoshi Nishijima (Creepy, Dolls)- atormentado por la muerte de su esposa.
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Acepta montar "Tío Vania" de Chéjov en un festival en Hiroshima, cuyos organizadores le imponen como chófer para sus desplazamientos a una joven taciturna llamada Misaki (Toko Miura).
A lo largo de los trayectos, una relación -ni de amor ni de amistad- se instala entre la conductora y su pasajero, que van a resignarse a hacer frente, juntos, a su pasado.
Más allá de la "road movie", "Drive My Car" es sobre todo un viaje romántico, un recorrido por la psique de sus personajes a través de sublimes escenas en coche que evocan múltiples sensaciones catárticas.
Antes de los Óscar, esta película de la estrella emergente del cine independiente japonés ya había recibido una impresionante lista de distinciones en todo el mundo: premio al mejor guión en Cannes el año pasado, el Globo de Oro y el Bafta a la mejor película extranjera, sin olvidar la lluvia de alabanzas de asociaciones de críticos de cine de todo el mundo.