La mayoría de edad y el juramento de la princesa Leonor se convirtió este martes 31 de octubre en un acto de afirmación de la monarquía española tras unos años difíciles, con un fervor en las calles más propio de Londres que de Madrid.
“Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey”, proclamó Leonor en el día de su decimoctavo cumpleaños, momento culminante de una sesión especial de las Cortes.
“Es un orgullo vivir un día así en España”, explicó a la AFP Blanca Palomares, una estudiante madrileña de 23 años que acudió a la plaza de la Puerta del Sol y para la que la jornada solamente tuvo un fallo: “tenía que haber sido fiesta nacional”.
La heredera al trono de su padre, Felipe VI, recorrió las calles de Madrid hasta el Congreso en un Rolls Royce Phantom IV, escoltada por la guardia real a caballo y saludando a quienes salieron a las calles, algunos de los cuales le cantaban “cumpleaños feliz”. Al acabar el juramento, se trasladó al Palacio Real, donde tuvo lugar un banquete al que siguió con una fiesta familiar privada.
De pantalones
Durante el juramento, la princesa Leonor lució un impoluto y sencillo traje, de chaqueta y pantalón, hecho a medida en la sastrería Serna, que recordaba al que su madre, la reina Letizia, lució para anunciar su compromiso con el rey Felipe VI. Su hermana Sofía optó por rentar un vestido de Erdem.
Sobre el vestuario elegido por la princesa, Marina Fernández, directora de comunicación y relaciones institucionales de la Escuela Internacional de Protocolo, le explicó a un medio reconocido español: “La etiqueta es una recomendación, no una obligación. Las mujeres de la Europa de 2023 llevan pantalón y Leonor es su reflejo”.
Y enfatizó que “el color blanco representa la pureza, la paz, los nuevos comienzos y es el color de las sufragistas, las primeras mujeres que luchaban por el voto femenino cuando estaba prohibido y a las que se reconocía porque iban de blanco. En mi opinión, el traje no supone exactamente una ruptura de protocolo: el protocolo no se rompe. No es un jarrón chino. La etiqueta es una recomendación, no una obligación. Las mujeres de la Europa de 2023 llevan pantalón y Leonor es su reflejo”.
Sobre la solapa de la chaqueta, la princesa Leonor llevó el Toisón de Oro, la máxima condecoración que otorga la Corona y que el rey le impuso en el año 2018. Se trata de un reconocimiento simbólico que no da lugar a privilegios y que, según fuentes de la Casa del Rey, Felipe VI concedió a su primogénita por “razones de tradición y continuidad y el deseo de institucionalizar la figura de la princesa de Asturias como heredera de la Corona”.
El año en que Felipe VI hizo su juramento, 1986, España vivía un momento dulce: habían pasado once años desde la muerte del dictador Francisco Franco, los socialistas de Felipe González renovaron su mayoría absoluta, el país ingresó en la Unión Europea y se le concedió a Barcelona la organización de los Juegos Olímpicos de 1992.
Treinta y siete años después, la monarquía asoma la cabeza después de vivir sus peores momentos desde la restauración democrática por culpa del fin de reinado de su padre, Juan Carlos I, que abdicó en 2014 salpicado por los escándalos.
Instalado en Abu Dabi desde 2020, Juan Carlos no estuvo este martes en las Cortes y su presencia se reservó únicamente para la fiesta privada familiar que tendrá lugar en el palacio de El Pardo.
Tercera reina titular no consorte
De ascender al trono, Leonor se convertirá en la tercera reina titular –no consorte– de la historia de España, después de Juana I de Castilla, en el siglo XVI, e Isabel II, en el XIX.
“No soy partidaria de la monarquía, pero el hecho de que sea mujer me hace empatizar un poco más con ella”, expresó Andrea, una joven de 23 años de Pontevedra (noroeste), que, como muchos, salió a curiosear a la Puerta del Sol.
No acudieron a la sesión de las Cortes los diputados independentistas y nacionalistas catalanes, gallegos y vascos, quienes hicieron público un manifiesto afirmando que “ni reconocen ni amparan el régimen monárquico español”. Tampoco acudieron tres ministros de la izquierda radical.
*Redacción de El País y la AFP.