Toda la atención sobre El Jefe, el más reciente sencillo de Shakira publicado el 20 de septiembre y que, a la fecha, cuenta con más de 30 millones de visualizaciones, se ha centrado en las referencias que hace a su mediática ruptura con Gerard Piqué. De hecho, en la canción, la colombiana dedica unos versos envenenados a su exsuegro, el empresario Joan Piqué.

No obstante, la letra de la canción tiene un fuerte componente social. Más allá de esas ‘confesiones’ íntimas, la colombiana se refiere a una problemática de la vida moderna, con la que millones de personas se han identificado: la explotación laboral y la xenofobia.

Dejando de lado la chismografía sobre su propia vida sentimental, en El Jefe, Shakira lanza una pulla devastadora contra los empleadores insensibles, las empresas con pésimas condiciones laborales y pagos indignantes. Diferentes formas de abuso a las que muchas personas deben someterse para sobrevivir, pero en especial, los inmigrantes latinoamericanos en Europa y Estados Unidos.

Pocas veces la artista colombiana ha descrito un problema social y expresado una crítica directa a un sector de la sociedad.

Parece que ahora se puso en el lugar de los trabajadores y empleados, una toma de posición que llegó después de varias reivindicaciones del poder femenino, como en su Sesión #53 con Bizarrap, o en TQG (Te quedé grande) a dueto con Karol G, en los que desafío las convenciones.

La posición que asumió Shakira fue la de una mujer boliviana, precisamente una inmigrante que conoció en Barcelona, quien es actualmente la niñera de Sasha y Milan, sus hijos. Por eso, al final de la canción, cuyo pegajoso estribillo es “Me tiene de recluta/ El muy hijo de p...”, se puede escuchar esta dedicatoria: “Lili Melgar, para ti esta canción, que no te pagaron la indemnización”. Al respecto, varios medios han afirmado que este sería un señalamiento a Piqué, quien al parecer no fue el mejor jefe con Lili.

Shakira dedicó la canción a Lili Melgar, niñera de sus hijos Sasha y Milan. | Foto: @shakira

Volviendo a lo social, el historiador y crítico musical Ted Gioia, sostiene que las canciones tienen un poder subversivo que puede movilizar emociones creativas y destructivas, entre ellas el amor y el odio, de poblaciones enteras, como es el caso de los inmigrantes rechazados y los empleados maltratados.

“En todas las etapas de la historia de la humanidad la música ha sido un catalizador del cambio que ha desafiado las convenciones y ha transmitido mensajes codificados (y, en no pocas ocasiones, mensajes directos). La música ha dado voz a individuos y grupos a los que se les negaba la posibilidad de expresarse por otros medios, hasta el punto de que, en muchos momentos y lugares, la libertad de cantar canciones ha sido el elemento más controvertido y uno de los principales de la libertad de expresión”, señala en su libro ‘La música, una historia subversiva’.

El Jefe, de Shakira, viene a integrar una larga lista de canciones críticas, con las que artistas de diferentes épocas y géneros han retratado las condiciones de las y los trabajadores, dándole voz a sus derechos.

En El Jefe, Shakira está acompañada de Fuerza Regida, una agrupación de música regional mexicana. Por esta razón, el ritmo de la canción tiene un marcado acento campirano y norteño.

Vuelve adonde perteneces

En 1970, The Beatles lanzaron el álbum Let It Be, que sería el último en llegar al público, pero el penúltimo grabado en estudio por el cuarteto de Liverpool. Entre clásicos de su repertorio como la canción que da nombre al álbum y otras, como Across The Universe, The Long and Winding Road, se encontraba la canción Get Back, famosa porque fue una de las que interpretaron en ese inolvidable concierto, el 30 de enero de 1969, en la azotea de los estudios Abbey Road, la última presentación en vivo del grupo.

Esta canción fue compuesta originalmente por Paul MacCartney como una crítica a los nacionalistas que por esos años rechazaban a los inmigrantes que trabajaban en Inglaterra, inicialmente Get Back tenía un verso que decía “don’t dig no Pakistanis taking all the people’s jobs” (“no soporto a los pakistaníes apropiándose de los empleos de la gente”), con esto, Paul MacCartney buscaba satirizar la actitud de los racistas y xenófobos de su país, pero cuando una versión no autorizada de la canción se filtró, el público pensó todo lo contrario, que The Beatles estaban en contra de los inmigrantes, muy pocos entendieron la ironía. En la versión final, estos versos se eliminaron.

  • El hijo de tuta: El maestro Lisandro Meza inmortalizó este vallenato.
  • Factory: Un himno a los trabajadores de Bruce Springsteen.
  • A la mina no voy: Lamento afro grabado en la voz de Leonor González Mina.
  • She works hard for the money: Clásico ochentero de Donna Summer.
  • Plantación adentro: Salsa de denuncia, por Rubén Blades.
  • Vals del obrero: Divertido y pegajoso himno proletario de los españoles Ska-P.
  • El Jornalero: Tango desgarrador del compositor Atilio Carbone.
  • Cuando voy al trabajo: Poema del cantautor chileno Víctor Jara.
  • El carretero: Una guajira inolvidable del cubano Guillermo Portabales.
  • Equipo de carretera: Un manifiesto rap por Alcolirykoz.

Bonus track:

En 1970 John Lennon publicó su primer álbum en solitario, donde se incluye la canción Workin Class Hero, una diatriba sobre los jóvenes condenados a vivir como empleados.

Cheo Feliciano cantó la historia de Tite Curet sobre un obrero de construcción que se lamenta por la desigualdad social y anhela un mundo más justo; se trata de la canción Juan Albañil.