La edición 68 del Festival de Cine de San Sebastián, el más prestigioso y tradicional de Iberoamérica, fue el escenario para el estreno internacional de ‘El olvido que seremos’, cinta escogida para la clausura del mismo.
La película colombiana, dirigida por Fernando Trueba, conmovió a la audiencia con la historia de Héctor Abad Gómez, un destacado médico y activista, que luchó por los derechos humanos en la Medellín polarizada y violenta de los años 70 y 80. En medio de aplausos, el largometraje recibió grandes elogios de la crítica especializada.
Dago García, productor de la cinta, habló con el país sobre esta producción que también fue elegida por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar al país como ‘Mejor película iberoamericana’ en los Premios Goya del 2021, en Málaga.
¿Qué lo impulsó a producir esta película?
Todo surge a partir del libro. Esta novela siempre pensamos que podría convertirse en película y en alguna ocasión nos enteramos que Fernando Trueba también era fan del libro.
De hecho, en un Hay Festival, Héctor Abad y Fernando Trueba se encontrar y estuvieron hablando. Entonces éramos como tres personas relacionadas con el mundo audiovisual y el cine, interesados por el mismo libro y fue relativamente sencillo decidir que si nos gustaba el libro y teníamos al autor y a un gran cineasta, pues debíamos hacer la película. Era una cita que teníamos con el destino.
¿Cuándo leyó por primera vez ‘El olvido que seremos’? ¿Desde ese momento decidió que con la obra se podía hacer una película?
El libro me lo recomendó Gonzalo Córdoba y lo leí hace como unos cinco o seis años. Inicialmente nunca me imaginé que se podía hacer una película, porque el libro es bastante introspectivo y no es fácil convertir en acciones externas las emociones internas y la novela es muy rica en ese mundo interior del hijo hablando del padre. Es literatura pura.
Solamente cuando supimos el gusto de Fernando por la obra, empezamos a vislumbrar las posibilidades de hacer una película. De hecho, cuando por primera vez le propusimos a Fernando hacer el largometraje, él dijo “no, muchas gracias, pero con este libro no se puede hacer una película”. Fue todo un trabajo de ablandamiento. Gonzalo Córdoba, Fernando Trueba, la esposa de él, Héctor Abad y yo hicimos un viaje a una finca de la familia que se llama ‘La Inés’ y ahí nos reunimos con la mamá de Héctor y las hermanas. También fuimos a Jericó y a Medellín, un poco recorriendo los pasos que hizo el doctor Abad y solo después de ese contacto con la familia y con los sitios, Fernando finalmente se decidió a hacer la película.
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¿Cuál es su parte favorita de la película y del libro?
Yo tengo un pasaje del libro que me tocó muy cercanamente, porque se refiere a la educación de los hijos.
Yo tengo dos hijas y siempre fui un poco permisivo con ellas y un poco lo que cuenta Héctor Abad en el libro es que su padre era así con ellos. En un momento la esposa le dice “oiga estamos maleducando a estos niños” y el doctor Abad le contesta, “nada de eso, porque el mejor método de educación es la felicidad. Un niño feliz va a ser un adulto sin problemas”, y esa parte del libro para mí fue reveladora y me tranquilizó un poco en mi método de educación.
En la película, aunque me gusta toda y me parece un film segundo a segundo muy bien logrado, hay una escena con la hermana de Héctor que murió: ella está cantando una canción de los Rolling Stone, acompañada de su guitarra, y sobre esa canción montamos un pequeño clip recordándola a ella. Esa secuencia me toca el alma y es muy especial para mí, dentro de una película que en general es muy especial para mí.
El director Fernando Trueba ha recomendado ‘El olvido que seremos’ a todos sus conocidos. Cree que es la obra que más ha regalado en español y otros idiomas.
Usted ha dicho que la película llegó en un momento propicio para Colombia, ¿por qué cree esto?
Por muchas cosas. En parte por todo ese contexto político que estamos viviendo de tanta polarización. El doctor Héctor Abad fue un humanista, un amigo del diálogo, de la resolución de los problemas por la vía de la comprensión.
También porque él fue un pionero de las políticas de sanidad pública. Él fue muy claro desde el principio en la utilidad del lavado de las manos, por ejemplo. De hecho en la película hay una secuencia donde él le enseña a su hijo a lavarse las manos y le dice que las enfermedades empiezan allí. Como que él, con todas sus políticas de sanidad pública (de la cual fue absoluto pionero en Colombia), se estaba adelantando a lo que vivimos hoy en día. En ese sentido la película se vuelve súper actual y pertinente.
¿Por qué la historia de El Olvido que Seremos no debería ser olvidada?
Porque habla de un hombre bueno y finalmente, para bien o para mal, no me atrevo a decirlo, de un tiempo para acá como que la dramaturgia cinematográfica ha sido muy prodiga en personajes villanos. Como que hay un cierto regodeo en retratar en el cine a los personajes perversos, violentos. Esta es una película que, en cambio, habla de un hombre bueno, y es muy extraño encontrar en la cinematografía actual personajes tan bien construidos, desde la bondad y los buenos sentimientos.
Además, creo que esta es una película que refleja una situación actual así sea una película de época.
El Público ovacionó la cinta en el Festival de San Sebastián, ¿qué representó este reconocimiento para usted y el equipo de trabajo?
Esto y la inclusión en la lista oficial de Cannes, son demostraciones de que tenemos un buen trabajo.
Yo compartía un temor con Fernando, David el guionista, y Gonzalo. Como es un libro tan popular, el paso de la literatura al cine siempre es crítico, porque la literatura habla mucho de la vida interior de los personajes, mientras que la cinematografía habla de las acciones de esos personajes; teníamos cierto temor de que se perdiera algo del libro o el resultado fuera decepcionante. Por fortuna cuando proyectamos la película al primer grupo, que fue la familia de Abad, la gente recibió la película como queríamos que la recibieran. Ese día respiramos tranquilos. Luego, cuando empezó la figuración internacional, nos quitamos un peso de encima y comprobamos que hicimos un buen tránsito de la literatura al cine, sin afectar el espíritu del libro.
¿Qué fue lo que más le sorprendió al ver el resultado final de la adaptación?
Entre muchas otras cosas, la interpretación del personaje que hizo Javier Cámara, porque él es un actor español y cuando lo ves en la película te olvidas inmediatamente de que es español y estás al frente de un padre paisa totalmente raizal. La película habla acerca de las relaciones familiares, de un padre con sus hijos y es muy colombiana, y ver a este actor haciendo un personaje tan nuestro fue sorprendente. Quien vea la película y no sepa quién es Javier Cámara, va a estar convencido de que se trata de un actor paisa.
¿Por qué cree que esta historia tan colombiana podría llegar a internacionalizarse?
Porque habla de emociones universales: el amor filial y fraternal; la búsqueda de la justicia, la comprensión, la búsqueda del bien común y los sentimientos familiares. Es una película que se puede entender en cualquier contexto y en cualquier lugar y que nos habla de emociones que todos, de alguna u otra forma, hemos experimentado. En ese sentido se logra eso que tanto se persigue en el arte que es llegar a la universalidad desde la particularidad.
El Olvido que Seremos fue elegida por
la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar al país en la próxima edición de los Premios Goya 2021.
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