La buena actitud de una persona influye mucho a la hora de superar una situación adversa, como el ser diagnosticado con una enfermedad, como el cáncer o el covid-19.

“En la medida en que se tenga una actitud positiva, será más fácil desarrollar ciertas cualidades que permiten una mayor sanación como paciencia, perseverancia y coraje”, asegura Marcelo Bulk, director de Brahma Kumaris Colombia, quien hablará sobre ‘Cómo desarrollar la resiliencia’ en Exposer, de Coomeva, el 20 de noviembre a las 2:30 p.m.

“Pero si hay una actitud negativa, esta tiende a debilitar la fuerza de voluntad, la perseverancia y otras cualidades, haciendo que la persona no se cuide como es, y aumentando la posibilidad de empeorar su enfermedad”, agrega, no sin aclarar que “aunque la actitud puede influir en el tratamiento, el tema de la enfermedad debe ser manejado por profesionales. Sólo la actitud no puede curar a alguien”.

Considera Bulk que “al tener una actitud positiva es fácil que te despiertes temprano, hagas ejercicio físico, mantengas una dieta saludable y un estilo de vida sano, por el contrario, cuando la actitud es negativa, se afecta lo físico, porque la persona no tendrá fuerza para cuidar mejor de su cuerpo. Sobre las consecuencias anímicas y mentales de una actitud positiva, hay varios estudios, en una investigación del 2007, personas con mayor nivel de vitalidad emocional tenía menos posibilidades de enfermedades cardiovasculares en los 15 años consecutivos.

La espiritualidad es otro factor de mejora, de acuerdo con el director de Brahma Kumaris Colombia. “Hace unos años en otro estudio se llegó a la conclusión que las personas que trabajan en su espiritualidad a partir de su religión o cualquier tendencia espiritual, logran ser más felices y, consecuentemente, tienen más posibilidades de cuidarse positivamente”.

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Precisamente una de las muchas técnicas existentes para tener una buena actitud frente a la enfermedad es la meditación, “te abstrae de la realidad del momento y te hace viajar hacia dentro de tu propio ser y reconocer lo mejor de ti”. Pero además, él recomienda leer el libro ‘Inteligencia Emocional’, donde hay otras técnicas distintas a la meditación, que mejoran la actitud: Caminar en el campo o estar al menos en contacto con la naturaleza. Si el día no es apropiado para eso, escuchar una música que anima y da confort a la persona, funciona”.

Es muy importante además para quien afronta una enfermedad, rodearse de gente positiva y llena de energía. “Eso ayuda a que se anime a hacer los esfuerzos necesarios para mejorar. Una médica que conocí tenía cáncer, y sus familiares y amigos realizaron una especie de fiesta en su habitación. Pronto ya estaba en su casa, recuperada. Ayuda mucho ser positivo. Si no es posible, pues hay mucho sufrimiento en otros, conviene crear un entorno positivo con luz del sol, plantas, tarjetas de buenos deseos, ositos de peluche, etc. Si la persona enferma no está tan mal, conviene tener cuidado con los que la tratan como víctima. Es bueno recordar que ser un paciente no es ser una víctima, sino un héroe que está luchando para vencer”, agrega.

Pero la actitud, aclara Bulk, debe ir acompañada del tratamiento médico. “Hay que ser paciente, las medicinas tardan. Cuando me diagnosticaron presión alta, durante el primer año casi abandono el tratamiento, y quedé feliz de no haberlo hecho”.

“En nuestra cultura es natural que busquemos que nos alienten, que nos quejemos, y eso simplemente nos quita la energía necesaria para superar el reto”, explica Marcelo, quien da otras técnicas para ‘vacunarse’ con actitud y recuperarse sabiamente.

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Aplique:

“Todos los días al levantarse, medite, concéntrese y experimente la frase ‘Yo soy un ser de paz’, con música suave de fondo. Ejercítese, moviendo su cuerpo distinto a la rutina. Si está mucho tiempo en el computador, programe una alarma que le avise cada 45 minutos, para que se detenga y camine un poco. Camine por el campo, un parque o abra la ventana y aprecie la naturaleza.

La sensación social de que ser víctima es bueno, le quita poder al paciente. Rodéese de gente positiva, aléjese de personas y noticias negativas.

Si alguien tiene una ira mal manejada, es posible que coma demasiado o se estrese más fácilmente y estará más debilitado ante virus y gérmenes. Quien sabe manejar su ira, es más fácil que no se deje llevar por salidas sicológicas como comer mucho o consumir drogas y estará más fuerte frente a un virus.

La mejor solución para quien sufre depresión es involucrarlo en alguna tarea de voluntario. Tuve una experiencia –fuera de la pandemia– con una persona con tendencia al suicidio y al acercarse al voluntariado cambió radicalmente.

La ‘comfort food’ o “comida rica” suele ser llena de grasas o azúcares, y hace que un tiempo después el ánimo caiga. Lo mejor es una alimentación más natural. Una persona baja de ánimo mientras más consuma comida cruda y fresca, tome agua y evite alimentos procesados, mejor se sentirá. La comida cocida debería ser fresca y variada en colores y sabores”, dice Bulk.