La fe y las creencias en muchas ocasiones son claves para las personas que les gustan las apuestas y la lotería. Evidentemente, dentro de los objetivos de los jugadores o apostadores está el de atraer la abundancia y prosperidad económica, por lo que las súplicas, oraciones y algunos pasajes de la Biblia, como lo son los Salmos, se convierten en un papel fundamental para lograrlo.
Dentro de los más conocidos se destaca el Salmo 146, junto con el Salmo 57, pues muchos creyentes aseguran que este es el ideal para clamar por la confianza en Dios. Lo importante es hacerlo con fe y convicción, pues ambas son claves para lograr ese deseo y la bendición divina.
Oración para atraer la “suerte”
Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva. No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.
Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna.
Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.
Oración para ganarse la lotería
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece.
Él enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; Selah Dios enviará su misericordia y su verdad. Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda.
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria. Red han armado a mis pasos; se ha abatido mi alma; hoyo han cavado delante de mí; en medio de él han caído ellos mismos. Selah pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y trovaré salmos.
Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana. Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré de ti entre las naciones. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria.
Comenzar a orar puede no ser fácil, pero con el paso del tiempo llega a convertirse en una experiencia gratificante y llena de paz. Si aún no sabe cómo empezar a hacerlo, aquí hay unos sencillos consejos para ayudarle:
- Encuentre un lugar tranquilo: para orar, lo ideal es hacerlo en silencio y sin interrupciones. Puede hacerlo en espacios de su casa como un jardín o una habitación alejada de las zonas sociales, o tal vez, podría preferir una iglesia.
- Establezca un tiempo: busque el mejor espacio del día para orar. Esto dependerá de sus preferencias y agenda. Por ejemplo, hay aquellos que gustan de hacerlo en la mañana, pues es una buena manera de empezar en el día. En cambio, hay otros que lo hacen en la noche, pues quieren dar gracias o reflexionar sobre lo que pasó durante la jornada.
- Exprese gratitud: lo mejor que se puede hacer al comenzar la oración, es dar gracias por todo lo bueno que se tiene.
- Hable desde el corazón y escuche: cuando ore, sea sincero y muestre todo lo que siente, tanto sus alegrías como frustraciones. Luego de eso, tómese el tiempo de escuchar sus pensamientos. A veces, la respuesta puede venir en forma de intuición, inspiración o simplemente un sentimiento de paz.
- Sea constante: la oración es una práctica que puede fortalecerse con la constancia. Establezca un horario y mantenga esa rutina.