Uno de los platos más tradicionales y deliciosos de la gastronomía del país es el caldo de costilla. Esta preparación logra cautivar a propios y extraños al consumir la carne acompañada de papa, yuca y mazorca.
Para preparar este caldo se cocinan las costillas en agua con diferentes vegetales y condimentos. Y aunque el resultado es un caldo lleno de mucho sabor, el cual se puede consumir de noche o de día, y que es utilizado principalmente para el desenguayabe o para subir las energías, hay algo que sí lo afecta.
A pesar que al cocinarlo, quienes están a cargo de su preparación tienen el máximo de cuidado, algo que sí puede afectarlo son las capas de grasa que se generan en la superficie del caldo. Para remover esta capa de grasa y consumirla de una manera más saludable, puede hacer uso de un buen pedazo de hielo.
Una manera sencilla de quitar la grasa
Con la ayuda de un bloque de hielo de buen tamaño podrá quitarle toda la grasa al caldo de costilla. El hielo debe agarrarlo con unas pinzas de cocina y ponerlo sobre el caldo de costilla. Cuando este toque la superficie, las capas de grasa se van adherir de inmediato al bloque. Solo debe retirar el hielo, quitar con un ligero movimiento la capa de grasa y continuar realizando la misma operación, hasta que el caldo este libre de ella.
El hielo se encargará de solidificar la grasa, logrando quitarla de una manera más fácil. Como el frío es el mejor aliado para solucionar este problema, esta será una manera rápida de quitar también la grasa que se encuentre en los guisos o en aquellas sopas a las que se le incorpore carne. Dependiendo de la preparación, podrá utilizar un cucharón y un cubo de hielo más pequeños hasta conseguir solidificar toda la grasa.
Otros trucos
Cuchara de metal
Si no cuenta con un cubo de hielo a la mano, otra solución consiste en enfriar una cuchara de metal para ejercer un efecto similar. Cuando el caldo ya esté preparado, debe introducir el cubierto en agua helada durante unos minutos.
En el momento en que ya haya conseguido una temperatura lo suficientemente baja, podrá pasar la superficie por la parte cóncava. de inmediato la grasa se pegará a la cuchara para poder quitarla con facilidad. Solo tenga cuidado de retirar la menor cantidad de caldo que le sea posible.
Enfriar en la nevera
Otro de los trucos más populares que existen, pero que en este caso le llevará más tiempo, es introducir el recipiente con una tapa en la nevera, una vez este ya cocinado. Lo primero que debe hacer es dejarlo reposar hasta que llegue a una temperatura ambiente y entonces podrá meterlo en el refrigerador, sin temor a dañar el electrodoméstico.
Luego de varias horas, que deben ser entre seis y ocho horas, la grasa se habrá solidificado prácticamente en su totalidad. Esta quedará en la superficie, por lo que será posible retirarla con la ayuda de un cucharón o espátula de una manera más fácil. Debe tener cuidado al retirar la capa de grasa, para que esta no se rompa y vuelva a caer en el guiso o en la sopa.
Sin frío
Otra opción para acabar con este exceso sin utilizar el frio, es que mientras el guiso o sopa se encuentre en ebullición, debe ir removiendo con una espátula el caldo y poco a poco ir retirando la grasa que se va pegando a los lados del recipiente. También puede extender papel de cocina o una servilleta sobre el guiso para que absorba el exceso. En este caso lo que debe tener es mucha paciencia.