Elton John se ha mantenido como uno de los músicos más amados de la historia, con sus shows inolvidables, histriónicos y coloridos que, por lo general, cuentan con la presencia de su eterno compañero, el piano; ha tenido muchos y los bautiza con nombres de artistas a quienes admira: Aretha Franklin, Nina Simone, Blossom Dearie o Diana Krall. Hace 47 años, el británico dio una legendaria actuación en el Dodger Stadium, que lo lanzó al estrellato mundial. Como es de esperarse, el intérprete de ‘Sacrifice’ cerrará el ciclo por lo alto, pues el próximo 20 de noviembre regresará al mismo lugar, con su gira de despedida ‘Goodbye Yellow Brick Road’, que empezó en septiembre de 2018 y terminará en 2023, después de más de 350 conciertos en los cinco continentes. La decisión de retirarse de las giras la tomó después de una crisis de salud, en 2017, debido a un cáncer de próstata, que descubrió durante un rutinario chequeo. La estrella británica cuenta en su libro autobiográfico ‘Yo: Elton John’, que su situación era realmente grave, “los médicos le dijeron a David que me quedaban 24 horas de vida. Si la gira por Sudamérica hubiera durado un día más, estaría fuera de este mundo”. Cuenta que fue un instante en el que replanteó su vida. De ahí tomó la decisión de dedicarse por completo a su marido David Furnish, y a sus dos hijos, Zachary, de nueve años, y Elijah de seis. Para el llamado ‘Niño prodigio del piano’, la familia es el gran tesoro. Aunque hace 12 años no soñaba con la paternidad, después de una relación estable con el cineasta Furnish, y una visita a un orfanato en Ucrania, la pareja decidió alquilar un vientre para tener a los dos pequeños. Para celebrar su cumpleaños, en marzo de este año le dedicó una emotiva carta a sus hijos, que fue publicada en The Times, en la que habla del “viaje” que comenzó hace 12 años con su esposo cuando decidieron formar una familia: “Han llenado mi corazón con amor, y han dado un propósito a mi vida. Son los logros de los que estoy más orgulloso”.

Los ‘Elton-lovers’ podrán disfrutar del concierto, de manera gratuita, a través de la plataforma de streaming Disney Branded Television, la cual anunció que el especial musical: ‘Elton John Live: El show de despedida’, es el preludio al documental sobre el cantante (del que no se ha revelado fecha de emisión). “Sentir la energía de los mejores fans —no solo en el Dodger Stadium sino esta vez desde todo el mundo—, de los que lo estén viendo en vivo desde sus casas, para mí será algo realmente muy especial”, dijo el intérprete de ‘I'm still standing’. En el esperado documental, la audiencia disfrutará de entrevistas inéditas a personas cercanas al cantante, además, verán su trabajo con la Fundación Elton contra el Sida y detalles de los últimos meses de su gira. Se hará también una mirada a su carrera, de 1970 a 1975, cuando lanzó 10 álbumes icónicos —de estos, siete se ubicaron en el puesto número uno de Billboard—. La estrella nacida el 25 de marzo, en l Pinner, una población de Londres, tiene incontables reconocimientos a nivel mundial, como el Premio Brit al mejor artista británico, y 70 figuraciones en la Billboard Hot 100. En 1996 fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico por la Reina Isabel II, por su servicio a la música y campañas de caridad. Y es una importante voz de la industria que hace presión al gobierno para que los jóvenes artistas puedan viajar por Europa sin necesidad de sacar visa después del Brexit. Y jamás pierde vigencia, ejemplo de ello es que su lanzamiento más reciente, ‘Hold me closer’, junto a Britney Spears, debutó este año en el primer puesto de la lista Billboard Hot Dance/Electronic Songs.

'Yo: Elton John'

El icónico cantante es conocido como un prodigio del piano, a los 11 años fue becado por la Real Academia de Música de Londres, donde estudió de 1959 a 1963. A los 16 años decidió retirarse de los estudios para dedicarse a su banda de rock. Inició tocando en un pequeño hotel. Su nombre artístico nació de la pasión y admiración por otros músicos. Lo creó mezclando los de sus colegas Long John Baldry y Elton Jean, con quienes, casualmente, coincidió en la banda Bluesology en 1961. Su vida se ha visto rodeada de excesos y adicciones, y las críticas no han faltado, especialmente desde la prensa, que en los años 70 fue inclemente con esta celebridad, a la que no le perdonaron sus excentricidades, ni su sombría vida familiar, cargada de indiferencia paternal, como lo confiesa el músico en su libro ‘Yo: Elton John’, en el que asegura que su madre siempre fue áspera con él. “Pasar tiempo con ella era como invitar a almorzar o de vacaciones a una bomba sin detonar: siempre estaba histérica. Si hacía un nuevo álbum, ella le decía que era una basura; si compraba un cuadro, que era muy feo; si tocaba en un concierto solidario, que era la actuación más aburrida a la que había asistido y que solo la había salvado la participación de otro artista”. Para Reginald Kenneth Dwight, (nombre de pila del cantante), fueron dos ocasiones las que marcaron el distanciamiento total con su progenitora, la primera vez fue cuando dejó de trabajar con Bob Halley, su asistente personal, quien llevaba un lujoso estilo de vida. “Se fue avisándome que mi carrera sin él terminaría. El único cambio después de que Bob renunciara, fue que los gastos de la gira se redujeron notablemente”. La segunda fue cuando contrajo matrimonio con su pareja actual y padre de sus dos hijos, David Furnish, en 2014. “En medio de una discusión me gritó ‘Te importa más esa maldita cosa con la que te casaste que tu propia madre’. No volvimos a hablar durante los siguientes siete años”. Antes de aceptar su identidad sexual, Elton John contrajo matrimonio en 1984 con Renate Blauel, una ingeniera de sonido alemana, con quien llevaba trabajando alrededor de un año y medio. Su hogar duró cuatro años, y aunque la expareja tiene un acuerdo de confidencialidad, en el cual no deberán hablar de lo que sucedió en su hogar; en su libro, Elton confiesa que “ella tuvo que aguantar un homosexual drogadicto, que se encontraba confundido”. Renate había tenido una vida privada desde su separación, pero en 2019, con la publicación de la biografía y del biopic ‘Rocketman’, la mujer interpuso una demanda contra Elton, pues según ella, él rompió dicho pacto y la expuso ante los medios, afectándola sicológicamente.

Elton y el Watford

En 1994 le ofrecieron a Elton John lo que parecía el peor negocio de su vida, adquirir una participación y convertirse en el vicepresidente del Watford Football Club, un equipo de fútbol desconocido para muchos y que se la pasaba de último en la lista de clasificación. Una idea que no era descabellada para el ganador del Premio Óscar, pues su amor por este equipo va más allá de los resultados. “Si yo hubiera tenido algún criterio, le habría echado un vistazo antes a otro equipo, tal vez hubiese optado por defender a un club que jugara de verdad. Pero, el fútbol no funciona así. O, al menos, no debería. Lo llevas en la sangre; el Watford era el equipo de mi padre y, por tanto, el mío”, cuenta en su autobiografía. Su padre Stanley Dwight, era hincha del Watford. En 1953 lo llevó a ver su primer partido, en el cual Elton se enamoró por completo de este club y verlos en acción, según el artista, fue “como tomar una droga a la que al instante te volvías adicto”. Con una gran similitud a la historia con su madre, lo único que unía a Elton y su padre era la admiración por este equipo. Su relación era tensa, pues Stanley era el típico hombre que consideraba que las manifestaciones emocionales eran una prueba de debilidad de carácter. Por ello, no apoyó la carrera de su hijo, jamás fue a verlo en un concierto mientras vivió. “Mi padre nunca cambió de parecer con respecto a mi carrera. Nunca me felicitó. Sin embargo, el hecho de que nunca lo hiciera me infundió el deseo de demostrarle que había tomado la decisión correcta. A veces me parece que intento demostrarle a mi padre de qué pasta estoy hecho, aunque lleva muerto desde 1991”, contó Sir Elton. Valga decir que su relación con el Watford pasó de ser una pasión heredada, a ser un refugio, lejos de la “hipocresía del espectáculo”. Este es un espacio en el que el cantante se siente libre; las barras del equipo contrario, que se mofan de su homosexualidad, no le molestan, por el contrario, se le antojan jocosas y francas. Admite el astro del pop que iniciar esta aventura futbolística fue una “inyección de humanidad”, que le sirvió de cura para el alma, pues su colección de adicciones y su escandalosa vida personal no hacían eco en el mundo del fútbol, “allí no había falsedad. Es un campo de resultados, donde hay que buscar buenos técnicos, y dar lo mejor de sí. Cuando alcanzabas cierto nivel de éxito en el negocio de la música, la gente a tu alrededor empezaba a decirte lo que creía que querías escuchar. Pero en el Watford la cosa no era así. El personal y los jugadores eran amables y respetuosos, pero no tenían ningún interés en masajearme el ego. Me decían sin problemas si mi último disco les había dado igual o si les parecía que mi abrigo era ridículo”, escribió.