Alexandra Aristizábal tomó la decisión de viajar a España para continuar con sus estudios e iniciar una nueva etapa de su vida, y aunque el idioma no ha sido una barrera, la joven colombiana sí ha confesado en redes sociales que se ha encontrado con grandes diferencias culturales entre los europeos y los colombianos, en especial en temas de horas laborales y productividad.
En TikTok, Aristizábal subió varios videos con el título de ‘Cosas que alteraron la química de mi cerebro viviendo en España’, en los que cuenta detalles que la llevaron a reflexionar sobre cómo viven en otra parte del mundo.
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Una de las primeras anécdotas que contó la joven fue sobre el concepto de justicia y el interés por el bienestar social, ya que se ha encontrado con varias estudiantes de origen finlandés y alemán, quienes, en la clase de negocios, han demostrado que es mejor pensar en tratos o proyectos donde todos ganen, más que uno donde el empresario sea el mayor beneficiario.
En un ejercicio en clase debían realizar una oferta de negocios. Ella y un compañero también colombiano buscaron la manera de ganar más dinero, pero sus compañeras los sorprendieron al hacer un trato más justo.
“Esta fue una de las cosas que yo dije: ‘wow, o sea, definitivamente hay una diferencia cultural en cosas tan chiquitas como esas’. Nosotros siempre hemos sido criados para ganar, siempre el más vivo es el mejor, ellos piensan de una manera completamente diferente, para ellos el mejor escenario era en el que todos ganamos”, expresó Alexandra.
Otra de las diferencias que llamaron la atención de la joven colombiana fue la importancia que los españoles le dan a mantener un balance entre la vida laboral y personal. La joven empezó recordando que mientras trabajaba en su país natal, Colombia, llegó a sentir que la distancia entre su espacio de trabajo y su vida íntima era muy mínima.
“Tenia que trasnochar, trabajar los fines de semana. Me pedían cosas de un día para otro, las cuales implicaban que yo me tenía que amanecer haciendo presentaciones y yo decía: ‘hay algo en esto que no está bien‘, y aunque a mí me gustaba mi trabajo, no estaba bien”, dijo.
Pero al llegar al país ibérico, la joven se encontró con un estilo de vida totalmente distinto, en el que las personas respetaban los horarios de almuerzo, así como los tiempo de descanso. “Yo decía esta gente tan vaga, pero después de vivir 10 meses en los que por primera vez en mi vida no me comí las uñas por ansiedad y después de que pude aprender a valorar esa manera en la que ellos vivían dije: ‘espero y anhelo tener este equilibrio‘” .