Muchas parejas se encuentran retomando sus rutinas tras la época de fiestas y vacaciones de fin de año, pero un estudio alerta que este es el momento en que más riesgo corre un matrimonio.
Así lo revela ‘Ashley Madison’, mostrando la causa por la cual las parejas de casados tienden a pedir el divorcio después de las vacaciones y fiestas decembrinas.
Y es que, durante años dicho sitio de citas para matrimonios del mundo ha experimentado un repunte en el número de registros durante las fiestas, y las primeras semanas de enero suele registrar un aumento de nuevos miembros tras las dos últimas semanas de diciembre.
Según Christoph Kraemer, director ejecutivo para Latinoamérica de la reconocida plataforma, “solemos ver un aumento de nuevos miembros después de las fiestas y vacaciones. Mucha gente viene de pasar mucho tiempo con la familia, de gastar mucho, de correr mucho, y a veces esto revela algunas grietas en sus relaciones monógamas”.
Este periodo coincide con el mes del divorcio, enero, donde el 35 % de los miembros de esta plataforma cree que el fin de una relación se da porque ya no hay necesidad de fingir que se es feliz una vez que han pasado las vacaciones, y el 25 % considera que las vacaciones hacen que las personas se den cuenta de lo infelices que son realmente.
Los motivos pueden ser muchos: pasar 24 horas juntos se vuelve tedioso; decidir dónde comer, a dónde ir, o aspectos que antes eran irrelevantes, se transforman en un problema; y si hay hijos, ni hablar, pues estar juntos las 24 horas del día, los siete días de la semana, podría ser un caos.
En este contexto, no es de extrañar que, de acuerdo a las cifras más recientes de la Superintendencia de Notariado y Registro, los divorcios en Colombia hayan pasado de dos a cuatro por hora, principalmente entre los 30 y 45 años.
De hecho, “a septiembre 30 de 2023 se registraban en las notarías del país 4,1 divorcios por hora; 99 divorcios por día; 1990 por mes, para un total de 17.914 en el año”, según la Unión Colegiada del Notariado Colombiano, UCNC.
“Las vacaciones son un tiempo óptimo para reencontrarse, para recontratar, disolver resentimientos, armar diálogos afectivos y comprometidos; en síntesis, formar y sostener en este tiempo único en el año vínculos fuertes y duraderos. Pero hay parejas que no reaccionan favorablemente a ese tiempo de descanso; “por el contrario, el estar sometidas a compartir todo el tiempo, incrementan los roces, la violencia o el aburrimiento”, explicaba para un reconocido medio la licenciada en Psicología Adriana Guraieb, miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA).
No obstante, para la psicóloga y terapeuta de pareja Paula Dávila, estos estudios no deben generalizar, pues con frecuencia se basan en culturas que distan mucho de la realidad latinoamericana. Sin embargo, reconoce que puede suceder un divorcio después de las vacaciones, dadas las similitudes con la pandemia.
“Este tipo de estudios, casi siempre son hechos con extranjeros que tienen un patrón de conducta y una forma de ser pareja muy diferente a nuestro contexto. Sin embargo, sí podría suceder, pues las vacaciones finalmente son un momento en el que se comparte todo el tiempo. Esto hace que llegue la rutina, que fue un poco lo que pasó en pandemia. Salir de la rutina hace que uno se oxigene porque sale al trabajo, comparte con otras personas, vuelve a casa y puede lidiar un poco más fácil con lo que le molestó, con lo que no está tan sólido en la relación. Pero cuando esto no sucede, y todo sigue igual, incluso en vacaciones, puede haber un efecto de esa misma rutina”.
Y es que si algo dejó claro el aislamiento durante la pandemia, es que la convivencia intensiva puede exponer diferencias fundamentales o conflictos subyacentes.
Algo por lo que, explica la experta, es usual que al final del año los miembros de una pareja, por separado, hagan un balance de cómo está su vida, definiendo con qué aspectos se sienten felices, y qué quieren cambiar, en relación a ese vínculo amoroso.
“Muchas veces esos propósitos del Año Nuevo hacen que la persona se cuestione sobre qué tan feliz está siendo y qué tan a gusto está en su relación de pareja, un balance que puede llevarlo a pensar en la posibilidad de separarse y arrancar el año en un nuevo estado civil”.
Finalmente, y cuando muchos lo que menos quieren es tener una relación rota después de que se llega de pasar un tiempo juntos, como son las vacaciones, Dávila entrega las siguientes recomendaciones:
“Si nos tomáramos más en serio el hecho de ser pareja, o dedicáramos el tiempo apropiado para hacer el proceso de conocimiento, de acuerdo y de pactos a la hora de elegir una pareja, tendríamos más posibilidades de que la relación no llegara a un rompimiento. Así nos enfocaríamos más en comenzar a buscar que ese encuentro con el otro durante un período prolongado, en este caso, el de vacaciones, no represente desilusión o desencanto, sino todo lo contrario, que recargue el amor, reencontrándolo con ese otro y aumentando la admiración mutua”.
Evite la ruptura post-vacaciones
Aunque las vacaciones están destinadas a ser momentos de descanso, a veces pueden generar estrés adicional. La planificación, los cambios en la rutina y las expectativas pueden contribuir a la tensión, lo que, a su vez, puede afectar la relación.
No obstante, este tiempo compartido puede proporcionar un momento para la reflexión y la reevaluación de la relación, a fin de tomar mejores decisiones sobre el futuro en pareja.
“Si se acudiera a las medidas o ayudas con las que se cuenta hoy día, como terapia de pareja o individual, no habría que esperar a la crisis. Uno podría, en el camino, ir revisando qué es lo que está pasando con el vínculo afectivo y desde ese lugar plantearse soluciones para no llegar a un divorcio”, explica Paula Dávila, psicóloga clínica y terapeuta de pareja.