Contra el encierro y la monotonía, el director de cine caleño Óscar Ruiz Navia decidió dejar de esperar por la reapertura de los cines y aventurar su arte, por primera vez en su historia, a un lanzamiento digital.

Es por eso que, luego de seis años viajando en compañía de un grupo circense proveniente de Montreal, Canadá, presenta para el público nacional e internacional ‘Fait vivir’, para que “la gente reflexione sobre su propia visión de la vida y sobre las nuevas formas que hay de asumir la familia, la amistad, la lealtad o el trabajo en equipo”, dijo el director.

Lea además: Teatro caleño le apuesta a obras virtuales

¿Por qué un documental?

Para mí todas las películas sean de documental o no, son películas y todas de alguna manera son ficciones. Yo soy de los que piensa que el documental está al mismo nivel que las películas de ficción.
Por eso en este proyecto específicamente, sentí la necesidad de enfrentarlo de esa manera. Por eso tiene momentos de absoluta realidad, como de un cine más de observación hacia esta agrupación, pero también tiene ciertos toques y salidas hacia lo ficcional y también hacia la ensoñación.

¿Por qué decidió hacer la película sobre este grupo circense?

Yo conocí a esta agrupación en el año 2012, cuando estaba en Montreal y tuve la oportunidad de ir a una práctica de ellos y me impresionó su talento. Eran músicos formados en conservatorio, gente muy dura a nivel musical, con violines, trompetas. También había bailarines, actores de teatro y me impresionó mucho la propuesta multifacética; no era simplemente un grupo de música, sino que tocaba muchas más artes. Eso me llamó mucho la atención y empecé a grabarlos.
Luego, ellos como agrupación decidieron hacer una gira por Colombia, a finales de 2013 y principios de 2014, y yo, sin ser muy consciente de que iba a hacer una película como la que terminó siendo, me embarqué con ellos en ese viaje para registrar todas esas imágenes y sonidos.
Después de hacer esas primeras grabaciones empecé a organizar el material y apliqué a fondos para la realización del film. Unos años después entró Telepacífico como productor, nos ganamos el fondo de Proimágenes y eso lo volvió un proyecto cinematográfico.
Al final la película terminó siendo un retrato del grupo a lo largo de seis años. En algún momento del proceso fue duro, pero terminado el proyecto uno agradece ese tiempo que pudo pasar con la gente y ver sus cambios.

¿A qué se refiere con que fue duro?

En algún momento tuve una duda como artista y como creador, y no estuve seguro si lo que estaba haciendo sería una película. El dilema era que yo no quería hacer simplemente un detrás de cámaras de una gira, yo quería encontrar la forma de hacer un film que tuviera una dimensión adicional y no se quedara simplemente en el seguimiento. Por eso después de las primeras semanas de grabación de la gira, yo sentí que hacía falta hacer nuevos materiales.
Por ese motivo decidimos volver y filmar todo el espectáculo, que en el momento de la gira ellos apenas estaban construyendo y ahora es súper sólido. El show se llama ‘Macondo’, y en la película es como un mito que se cuenta y que parece ser parte de la imaginación del niño Manuk, que es el narrador la película.

¿Por qué decidió que el niño fuera el narrador de la película?

Decidí narrar la película a través de este niño, porque nos permitía hacer una película que tuviera más dimensiones, que no se limitara a un registro más de tipo reportaje.
Pero, en un principio la película no tenía la intención de narrar la historia desde los ojos del niño.
Lo que pasó es que cuando empecé a grabar a la agrupación, el niño siempre estaba presente y a mí me llamaba mucho la atención lo que pasaba con él y como lo iban educando en medio de estos adultos artistas. Me impactaba mucho.
Precisamente como a los tres años de proceso, un día se me ocurrió que el niño fuera el narrador, precisamente porque en el material yo veía que, de pronto de una manera instintiva, yo grababa mucho al niño y tenía mucho material con él.
Esa idea también implicó un proceso investigativo complejo, porque debíamos determinar qué tanto podía decir el niño, cuál era la medida de sus posibilidades lingüísticas, pero una vez determinado eso, nos fuimos por ahí.

La Premiere mundial de la película ‘Fait vivir’ se realizará el próximo 14 de agosto a las 8:00 p.m. en la plataforma de la Cinemateca digital, para el público nacional, y en la página Mowies, para la comunidad internacional.

¿Para usted las películas deben tener una enseñanza?

Para mí las películas no deben, necesariamente, tener una moraleja o una enseñanza. Yo creo que las películas y en general el cine y el arte deben ser testigos de los fenómenos sociales o humanos de la época que nos toca vivir. Pero yo sí creo que las películas pueden generar preguntas en el espectador, ponerlo a reflexionar, más no determinar las respuestas.

De las películas que ha visto ¿cuál le gustaría haber dirigido usted?

Hay tantas, pero de las que me han marcado están ‘Andrei Rubliev’ del director Andrei Tarkovski, un clásico del cine ruso de los años ‘70. Esa película me cambió toda la visión de lo que yo quería hacer con mi cine. La otra sería ‘Los 400 Golpes’ del director Francois Truffaut que también me impactó.

¿Tiene algún talismán de la suerte al grabar?

No al grabar, pero sí cuando salgo de viaje y si he salido de viaje para grabar lo llevo conmigo. Se trata de una toalla pequeña que me bordó mi abuela antes de fallecer. Siempre ando con eso. Llevo diez años viajando con esa toalla en una bolsa.

¿Cuál es su sitio ideal para encender la imaginación?

La montaña, el campo o la playa. Soy amante del campo y de la playa.