Este 23 de marzo hay fiesta en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura, para celebrar los primeros diez años del ‘Tecnocentro Cultural Somos Pacífico’, ubicado en el corazón de Potrero Grande, y el sueño cumplido de su fundadora, la hermana Alba Stella Barreto, y de todas las personas que le ayudaron para crear este espacio al servicio de la comunidad de más necesitada de Cali.
La Gran Noche Somos Pacífico será un evento privado, organizado en cooperación con más de 30 empresas donantes de la ciudad, que tendrá la participación de 160 artistas en formación, acompañados de la Escuela de Música Desepaz, la Orquesta Son 21, Junior Zamora y la participación de Goyo, la voz femenina del Chocó, fundadora de la agrupación ChocQuibTown.
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“Es muy significativo que Goyo nos acompañe, porque cuando estábamos buscando el nombre para el tecnocentro, ChocQuibTown permitió que usáramos el nombre de su canción ‘Somos Pacífico’, porque resumía todo lo que queríamos transmitir”, comenta María Eugenia Garcés, la presidenta del consejo directivo del Tecnocentro.
La hermana Alba Stella Barreto empezó a trabajar en Aguablanca desde la década de los 80’s, cuando llegó a Cali procedente de Bucaramanga. Desde allí trabajó por las mujeres víctimas de la violencia, por los desplazados por el conflicto armado, por los jóvenes que estaban en riesgo de caer en manos de las pandillas, por las menores de edad embarazadas que no tenían un hogar y tantos otros desde la Fundación Paz y Bien.
El Tecnocentro Cultural Somos Pacífico está ubicado en la Carrera 28B # 121B – 55, barrio Potrero Grande.
Pero su sueño siempre fue buscar más espacios que ofrecieran diferentes servicios a la comunidad. Así llegó hasta el barrio Potrero Grande, donde se estaba desarrollando un nuevo proyecto de vivienda. “La hermana creía que en una casa esquinera era suficiente, pero Armando Garrido, entonces gerente de Comfandi, le hizo ver que había que soñar en grande, buscar un lote para construir un centro independiente con su propia junta directiva y administración”, agrega María Eugenia, quien desde la Fundación Alvaralice —creada por ella y sus hermanos—, lideró la consecución de recursos para la construcción del Tecnocentro, la cual requirió tocar muchas puertas dentro y fuera de Colombia.
El Tecnocentro le apuesta a generar oportunidades de transformación en las condiciones de vida de la comunidad, contribuyendo a la generación de ingresos y a la construcción de paz y convivencia.
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Desde su creación en 2013, ha atendido a 4.736 beneficiarios directos y a 113.476 indirectos, a través de un modelo innovador de intervención social centrado en el arte, la cultura, la tecnología, la empleabilidad y el emprendimiento.
Además, en alianza con la Red de Bibliotecas Públicas, brindan un espacio de encuentro para la promoción de la lectura y escritura en la comunidad y un laboratorio de innovación digital, con computadores y acceso a internet.
Actualmente el reto es ampliar la oferta para que cada vez sean más los ciudadanos de Cali que encuentren la posibilidad de construir un futuro digno y estable.
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Hoy, el Tecnocentro obtiene resultados que auguran muchos años más de crecimiento, siendo un actor relevante en la construcción de paz, convivencia y bienestar para la ciudad y la región.
“La hermana Alba Stella fue nuestra guía y polo a tierra. Siempre nos hacía ver que hay mucha gente sin oportunidades. Así empezó la idea del centro comunitario, con el que contamos con la ayuda de muchas personas. Ahora, bajo la dirección del maestro Paul Durí, el centro está adquiriendo un nuevo enfoque y se vienen grandes cosas”, concluye la presidenta del consejo directivo del Tecnocentro, quien destaca además el papel que desde el principio cumplió en la dirección del centro, el señor Óscar Rojas.