Depredador
El todopoderoso de la industria cinematográfica Harvey Weinstein hoy es un “dios caído”, como bien lo describió la oscarizada actriz Meryl Streep. El fundador de la productora Miramax, el hombre detrás de exitosas producciones como Pulp Fiction, La Vida es Bella, El Paciente Inglés o El Discurso del Rey, está protagonizando su propia tragedia.
Tragedia gestada en su reprochable manera de proceder desde hace 30 años ante decenas de actrices de sus filmes; asistentes y ejecutivas de sus compañías; modelos, e incluso,
reporteras, quienes decidieron romper su silencio y señalarlo de haberlas manoseado, acosado, agredido sexualmente y amenazado con destruir sus carreras si le contaban a alguien.
El escándalo en el que se ha visto envuelto el productor favorito de Hollywood, de 65 años, fue destapado a comienzos de este mes por The New York Times y la Revista New Yorker, que, con testimonios de algunas de las afectadas que develaron la manera en que Weinstein las acosó o abusó de ellas.
Los sendos reportajes motivaron que actrices como Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow se solidarizaran y contaran la experiencia vivida por ellas con el magnate cuando tenían 21 y 22 años, respectivamente, y destellaban sus carreras.
Jolie y Paltrow narraron situaciones parecidas: que fueron citadas en hoteles a reuniones de trabajo cuando las acababan de contratar para protagonizar filmes y Harvey les hizo insinuaciones sexuales. Luego las amenazó con acabar sus carreras si lo delataban.
Paltrow, sin embargo, le contó el episodio a su novio de entonces, Brad Pitt, quien le reclamó con firmeza al productor. Esto sirvió para que el magnate no cumpliera las amenazas contra la estrella de ‘Emma’.
Víctimas en EE.UU. y Europa
A través de redes sociales y de medios de comunicación las víctimas de Harvey han dado la cara, pues ya no le temen a las represalias que el repudiado millonario pueda tomar contra ellas.
Una de estas ha sido Lauren Silva, reportera de una filial de Fox News, quien contó al Huffington Post cómo Weinstein la invitó a ella y a una amiga al Club Socialista, propiedad del actor iraní Armin Amiri. En un momento en que ellos estuvieron solos en un pasillo, él la arrinconó contra una pared para tratar de besarla; al no ser correspondido le dijo: “puedes quedarte allí parada y callarte”. Entonces, abrió su pantalón y empezó a masturbarse. Eyaculó en una maceta que estaba en el vestíbulo y luego regresó al salón.
Ante la información de la reportera, el actor dueño del ya inexistente club dijo que Weinstein lo llamó para que desmintiera lo dicho por la periodista. Y además, el iraní informó que el productor se masturbó fue en la cocina y eyaculó en un sartén. Pero que no había visto el rostro de la mujer que lo acompañaba. Que sí recordaba bien la hora del suceso, 1:30 a.m., y el chef fue a su oficina a decirle que un “gordo bastardo” se había metido a la cocina con una mujer y le dejó cien mil dólares para que los dejara solos.
Por eso, en Twitter, Silvan se sostuvo en su versión y expresó que por lo que contó Amiri, seguramente el depredador sexual, como hoy llaman a Weinstein en algunos medios de EE.UU, le había hecho en ese club a otras mujeres lo que le hizo a ella.
Tras las investigaciones de los periodistas y de las declaraciones de unas y otras víctimas, ha trascendido que el comportamiento abusivo y agresor del ‘Rey Midas de Hollywood’ ha sido desde hace tres décadas no solo en Estados Unidos sino en Europa. Que su accionar es más que todo en festivales de cine, en supuestas reuniones de negocio en hoteles y en rimbombantes galas de las luminarias del cine.
Que directivos de sus compañías lo secundaban; que algunos empleados fueron testigos de bochornosos episodios, pero que guardaron silencio porque le temían, y además, les favorecía a sus currículum el hecho de trabajar en sus exitosas empresas. Que incluso, actores como Matt Demon, Ben Affleck y Russell Crowe supieron de sus andanzas. Los dos primeros le salieron al paso a estas afirmaciones, lo negaron todo, e incluso, han criticado la conducta de su amigo millonario.
Se supo también que ocho mujeres lo denunciaron hace ya varios años ante las autoridades, pero que con su poder y dinero las desacreditaba, hablaba con sus amigos periodistas para que las desprestigiaran ante la sociedad y la Justicia o les pagaba por su silencio. Por eso siempre salía bien librado. De ahí que se creyera siempre intocable.
Ya en 1996, la actriz Rose Mc Gowan lo había demandado por atacarla sexualmente, pero él logró callarla dándole US$100.000.
En marzo de 2015 una joven italiana lo demandó. En el hall de un hotel ella empezó a mostrarle, a través de una tablet, su book de modelo y Harvey le tocó los senos para cerciorarse si eran o no operados, pues supuestamente, la lanzaría como maniquí de prendas íntimas. Ella lo empujó, pero él siguió y metió su mano en la falda de la hermosa mujer e intentó besarla.
Más tardó la italiana en demandarlo que él en armarse de un pool de abogados y publicistas que acabaron con su buena imagen.
Argumentaron que cuando era adolescente también demandó a un hombre de 70 años por ataque sexual y luego retiró el denuncio y que era de las que contrataba el expremier de Italia Silvio Berlusconi para hacer sus orgías.
Desacreditada ante la opinión pública y luego de que los fiscales de Manhattan desestimaran el caso por falta de pruebas, terminó por aceptar un acuerdo de confidencialidad.
Sin embargo, poco tiempo después, su historia fue la que motivó a que grandes medios como The New York Times y The New Yorker empezaran a investigar las conductas del magnate, que hoy podrían mandarlo a la cárcel.
A raíz de las ‘bombas periodísticas’ salieron a la luz pública casos como los de Asia Argento y Lucía Evans a quienes obligó a tener sexo oral; el de Cara Delevingne, a la que en una audición le exigió participar en un trío junto a una ejecutiva de su productora. O el de Zoe Brock a quien hizo pasar con mentiras a su cuarto de hotel y se le apareció desnudo pidiéndole un masaje. Ella se encerró en el baño y cuando salió lo encontró llorando porque seguro lo había rechazado debido a que era gordo.
Su comportamiento era un secreto a voces. En 2004, un reportaje sobre este escabroso asunto fue escrito por la reportera Sharon Waxman para Times, medio para el que trabajaba, pero por la presión de Harvey, que era gran anunciante de ese medio, no fue publicado.
En la Meca del Cine varios alertaban en serio o en broma sobre Harvey. Aunque no fue su víctima, la viuda de Kurt Cobain, Courney Love recordó, por ejemplo, que en 2005, durante una alfombra roja cuando una periodista le preguntó sobre qué consejo le daría a las artistas jóvenes ella le respondió: “Si Harvey Weinstein te invita a una fiesta privada, no vayas”.
Hoy, muchos artistas como Jane Fonda se lamentan de no haber hablado a tiempo. “Me enteré de lo de Harvey hace aproximadamente un año y siento vergüenza de no haber dicho nada”.
El Rey Midas
Pocos días después de estallar el escándalo, la debacle del
neoyorquino se vio venir: fue expulsado de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood; The Weinstein Company, la otra empresa de cine que fundó lo despidió; el presidente de Francia Emmanuel Macron anunció que le retiraría la medalla Legión de Honor que le fue otorgada por Sarkozy. Fue calificado por Time como “paria” y “depredador” en su portada; los ejecutivos de otras productoras, como Dreamworks, a los que contactó para que salieran en su defensa, le dieron la espalda; sus amigos se esfumaron; fue criticado por figuras como Hillary Clinton y Barack Obama, y su esposa Georgina Chapman no quiere saber de él.
De los pocos que han salido a expresar públicamente su tristeza por la situación que atraviesa Harvey están Woody Allen y Lindsay Lohan, lo que despertó la furia de centenares en redes sociales y provocó que les recordaran sus ‘pecados’, como el supuesto abuso sexual del afamado director a su hijastra.
Aunque “intimidante y desagradable” como lo ha descrito la protagonista de Titanic, Kate Winslet, para nadie es un secreto que es uno de los productores más exitosos de Hollywood: las películas financiadas por sus compañías suman más de 300 nominaciones a los premios Oscar y obtuvieron 80 de estas estatuillas doradas.
De acuerdo con el crítico de cine y docente de la Universidad de la Sabana Jerónimo Rivera, Harvey Weinstein junto a su hermano Bob construyeron un emporio de cine muy importante.
“Ellos fueron los fundadores, entre otras cosas, de la productora Miramax, que en los 80 hizo contrapeso a las grandes compañías cinematográficas de Hollywood apuntándole a otro tipo de películas que no fueran las típicas blockbuster. Fue tan exitosa que en algún momento Disney la compró y ellos perdieron los derechos del nombre Miramax, que era la suma de los nombres de sus padres judíos: Myriam y Max.
Pero luego, ellos constituyen otra productora, The Weinstein Company, que sigue siendo muy importante porque anualmente hace películas que todos los años están nominadas a los premios Oscar. Ellos tienen muchísimas nominaciones a estos galardones por películas que no son de efectos especiales, ni blockbuster, sino de corte poco convencional, independiente, que igualmente son bastante rentables”.
Tan rentables, que pronto se convirtió, como lo recordó el director Paul Feig (La Boda de mi Mejor Amiga) en el hombre que decidía qué proyectos se convertían en realidad, de qué actor o actriz se ponía la cara en la pantalla o “quien logra que ganes un Oscar”. Por eso, a ese corpulento hombre que mantenía un bate de béisbol en su oficina, pocos se atrevían a desafiarlo.
Una antigua asistente, quien solo se identificó como Karen y habló para ITV, lo describió como un ser multifacético. “Es increíblemente brillante e inteligente, y creo que muchas personas le tenían un temor reverencial”.
Fin de la relación
El mal comportamiento de su marido para la diseñadora de moda británica Georgina Chapman es “imperdonable”, por eso se alejó de él. A la revista People le reveló que su prioridad ahora es cuidar a los dos hijos que concibieron: India, de 7 años, y Dashiell, de 4.
Recién salieron a la luz sus primeras historias de abuso sexual, Weinstein manifestó, a través de New York Post, que su esposa estaba con él al ciento por ciento y que habían hablado mucho del tema y que lo estaba “ayudando a convertirse en un mejor ser humano y en pedir disculpas a la gente por mi mal comportamiento”.
Pero, una vez que se conoció la decisión de su mujer, de 41 años de edad, expresó para Page Six, a través de su portavoz, que comprendía su decisión, que él ya estaba en terapia (para la adicción al sexo) y que “quizá cuando esté mejor podemos reconstruir la relación”.
Padre de otros tres hijos: Ruth, de 14; Ema, de 19, y Lily, de 22, que tuvo con su primera esposa, Eve Chilton, con quien convivió por 17 años, el ‘Monstruo de Hollywood’ como lo han tildado medios estadounidenses, expresó a través de su vocera que en su familia había mucho sufrimiento, del que asumía toda la responsabilidad.
“Me senté con mi esposa Georgina, a quien quiero más que a nada, y hablamos de qué era lo mejor para nuestra familia. Discutimos la posibilidad de la separación y la animé a hacer lo que sentía su corazón”. Y agregó: “La entiendo, la quiero y quiero a nuestros hijos y con suerte, cuando esté mejor estaré en su vida de nuevo”.
Tal parece que así como ha resurgido de quiebras económicas, Harvey espera también ‘resucitar’ su matrimonio, lograr el perdón de sus hijos, de la sociedad americana y retomar su carrera luego de someterse a un tratamiento para adictos al sexo en Europa.
Pero la tiene difícil. Es tanta la cólera que ha desatado su conducta, que hay incluso una campaña para boicotear a ‘Marchessa’, la firma de moda de su mujer, pues también trascendió que él obligaba a actrices a lucir los diseños de su esposa en las alfombras rojas.
Entre sus víctimas
-Lucía Evans.
-Zoe Brock.
-Gwyneth Paltrow.
-Asia Argento.
-Ashley Judd.
-Ambra Battilana.
-Cara Delevingne.
-Rosanna Arquette.
-Judith Godreche.
-Louisette Geiss.