Sofía, hija de Jacky Cepeda y de Víctor El Khoury, duró en coma ocho días, en los que su hermana, la presentadora caleña Carolina Soto, tenía fe en que se iba a despertar. Pero no fue así. La niña, de 10 años, que el 18 de julio de 2015 fue succionada por el ducto de una piscina de niños, al enredarse parte de su cabello en la rejilla —en un hotel de vacaciones en Turquía—, fue diagnosticada con muerte cerebral y una semana después, falleció.
Seis años después su familia publica Historia de un Duelo, de Penguim Random House, bajo el sello Grijalbo, conmovedor y desgarrador relato en el que los padres y la hermana de ‘Sofi’ cuentan el antes, el ahora y el después de un acontecimiento que cambió su forma de ver la vida y cómo este ángel les dio la fuerza y valor para seguir adelante.
¿Qué significó para ustedes, como familia, publicar Historia de un Duelo? ¿Fue sanador escribirlo?
Fue muy importante, aunque no fue fácil decidirnos cuando nos lo propusieron porque era volver a recordar esta tragedia que tuvimos que vivir. No hay un día en que no recordemos a ‘Sofi’, pero escribir el libro era revivir esa montaña rusa de sentimientos y emociones. Fue difícil aceptarlo, pero después pensamos que quizás hacía parte de la misión de ‘Sofi’, que todos conocieran esta historia y fuera un bálsamo para quienes pasan por un duelo. Contar cómo ha sido el de mi mamá, el de Víctor y el mío, compartir las herramientas que cada uno ha utilizado, ha sido sanador como familia, escribir y contar lo sucedido, fue una catarsis.
¿Qué aportó cada uno en el libro?
Mi mamá; Víctor, esposo de mi mamá y papá de Sofía; y yo, cada uno hizo un capítulo y contó desde su perspectiva lo que vivió desde esta tragedia, cómo ha sido el proceso de este duelo y cómo lo ha asumido y en qué va.
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Sofía resistió ocho días en coma. Murió el 26 de julio de 2015. Sus órganos fueron donados a cuatro niños de Israel.
¿Hubo culpas, reproches?
Todos asumimos el duelo de manera diferente. Es una situación muy dura, muy difícil, que todos en algún momento de la vida vamos a tener que afrontar. Siempre existe la pregunta de “¿por qué a nosotros?”, “¿Por qué Sofía?”, “¿Por qué a nuestra familia?”. Los primeros años son de oscuridad, de tristeza, de reproche, de preguntarnos y preguntarnos.
¿Culpó a Dios? ¿Perdió la fe? ¿Cómo la recuperó?
Yo sí pasé por el tema de culpar a Dios, estuve de pelea con Dios, me alejé de Él. No entendía por qué nos había hecho esto como familia. Por varios meses estuve alejada de Dios. Pero gracias a las ayudas que tuve, volví a acercarme mucho más a Dios, le pedí perdón y esa fue la clave para salir avante.
¿Qué aprendió de esta prueba?
Quedaron muchas enseñanzas. Todo se va transformando y empezamos a ver más la luz, entendemos que Dios no nos envía esto como un castigo. Dejamos de preguntarnos “por qué”, lo cambiamos por “para qué nos pasó”, qué debemos haber aprendido y cómo podemos transformar el dolor en amor y en algo positivo.
¿Fue diferente como asumió la muerte de su padre a la de Sofía?
A mis 8 años mi padre murió. Pero no puedo comparar lo que sentí con lo de mi hermanita. Yo con mi papá no vivía, no teníamos una relación tan estrecha ni cercana, no lo pude disfrutar tanto y no tuvimos una conexión tan especial. En cambio con mi hermana siempre tuvimos una gran conexión, era la niña que había llegado a mi vida después de ser yo hija única durante 20 años. A mi hermana la pienso todos los días de mi vida.
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¿Contaron usted y su familia con ayuda psicológica o espiritual para superar la pérdida?
Al igual que mi familia estuve con muchos psicólogos, Gonzalo Gallo fue nuestro guía espiritual y nos ayudó muchísimo, él escribió el prólogo del libro; leímos, seguimos en el proceso y esto ayuda muchísimo a encontrar esas sensaciones para lograr sentirse un poco mejor en este momento de la vida cuando ya han pasado seis años. Pero creo que es algo insuperable.
Sanando con tu Luz
Su mamá creó un blog llamado ‘Sanando con tu Luz’, ¿Contar a los demás lo vivido, ayuda?
Ha ayudado muchísimo no solo a la gente, también a ella, cuando uno comparte sus experiencias y cuenta lo que siente, ayuda muchísimo a sanar. Mi mamá le ha ayudado a muchas familias que están viviendo un duelo, que se hacen tantas preguntas y necesitan tener a alguien de su lado que haya vivido lo mismo. Mi mamá se ha convertido en esa compañera y en esa consejera para muchas familias.
¿Cree en la existencia de la vida después de la muerte?
Creo que todos pasamos a otro plano, pero también siento que esos seres queridos siguen pendientes de nuestro mundo y no se van del todo, siguen con una conexión diferente aquí. Mi hermanita nos dejó muchas enseñanzas, como familia nos unió muchísimo y cada vez más, por eso hemos logrado continuar con nuestras vidas. A mi hermanita le encantaban los niños y los animales, para honrarla seguimos ayudando a fundaciones que trabajan por esas causas. El 100 % de las regalías de los autores por las ventas del libro serán para una de estas.
¿Soñó y sueña con Sofía?
He soñado con Sofía muchas veces, son sueños muy reales, me hacen muy feliz, al otro día me levanto dichosa, le agradezco, hablo con ella. Siempre que estoy sola, en casa, en el carro, le hablo en voz alta, le cuento mis cosas, le doy gracias, le pido, me encanta decirle que se manifieste en sueños y esa es la conexión que sigo teniendo con mi hermanita y así va a ser para toda la vida.
Historia de un Duelo
El libro es un devenir de emociones y deja en los lectores una sensación de ilusión, de alivio y de fe, a pesar de la desolación y la tristeza que produce la partida de un ser querido. Es un homenaje póstumo a ‘Sofi’, a la huella imborrable que dejó tras su alegre paso por este mundo terrenal y un testimonio necesario para quienes luego de enfrentar un duelo pueden encontrar una oportunidad y llenarse de razones para vivir.