Durante muchos años, Ingrid Karina fue una de las modelos más cotizadas del país, sin embargo, cayó en las drogas y deambuló por las calles del Bronx en la ciudad de Medellín. Reciente, reveló cuál era el oficio que desempeñaba en este lugar.
En este caso, la mujer aseguró que sobrevivir en un ambiente tan peligroso era una completa odisea. No obstante, habría encontrado una manera para trabajar y obtener dinero en medio de la situación. Eso sí, dejó en claro que era de algo, por lo cual sentía mucha vergüenza y no estaba orgullosa.
Ingrid Karina, según contó en sus redes sociales, se dedicaba a la realización de entregas a domicilio para todas aquellas personas que le solicitaban comprar algún tipo de droga y que no se atrevían a entrar a los expendios de la capital antioqueña.
“Hago domicilios y no vuelvo. Sé que a algunos les va a dar tristeza, a otros les va a dar risa, rabia e incluso me van a juzgar”, aseguró la exmodelo de la agencia Stock.
Relató que algunos clientes le preguntaban cuánto era el precio del domicilio, a lo que ella respondía “lo que me quieran dar”. Sin embargo, al momento de entregarle el dinero se desaparecía y no regresaba.
Un episodio que la marcó de por vida
Indicó que el dinero recolectado de esta práctica estaba destinado a cumplir con tres propósitos, el primero de ellos, relacionado con el pago de una habitación para resguardarse durante las horas de la noche, luego estaba garantizando su alimentación y por último destinaba un rubro para la compra de alucinógenos.
“Ellos me decían lo que necesitaban, yo les daba el precio que eran 40.000, pero me decían ‘tome 50 y lo que le sobre es para usted’ … Me entregaban el dinero y yo no volvía. Con ese dinero pagaba la pieza, pagaba la noche, compraba vicio y compraba comida”, mencionó en un video publicado en sus redes sociales.
La exmodelo resaltó que en ese momento estaba sumida en un estado de adicción y no tenía control alguno sobre sí misma. Por tal motivo, hizo énfasis en que jamás se le pasó por la cabeza hacer una medición de las consecuencias de sus actos, y en especial de las personas que pudo haber afectado.
Dicha reflexión estuvo acompañada por un pedido de disculpas, al tiempo, que hizo énfasis en la vergüenza de recordar ese capítulo de su vida.