Preocupado por el alto índice de casos de violencia de género, Junior Zamora compuso ‘Cero, dos’, pensando en que “cuando uno dice ‘cero y van dos, esto no va más’, es porque hay que ponerle límites al aguante en una relación de pareja tóxica y no aceptar el maltrato”.
“Porque me cansé de ti”, dice su voz en primer plano, acompañada de un ‘riff’ de guitarra, que mantiene una falsa calma y a su vez, se convierte en la columna vertebral de la canción.
Este es el primer sencillo de su álbum ‘Ego’, con el que espera conquistar al público de Colombia, Perú y México y que estará disponible a partir de hoy, en todas las plataformas digitales junto a su videoclip.
Junior Zamora es un artista caleño, de 25 años, que ha vivido desde siempre en el oriente de Cali, en el Distrito de Aguablanca. De padres del Pacífico, mamá charqueña y padre bonaverense que llegan a la ciudad por la misma razón que se dan las migraciones de la mayoría de las personas del Pacífico, en busca de nuevas oportunidades.
Al igual que los integrantes de Canalón de Timbiquí, Bahía, Chocquibtown, Herencia de Timbiquí y Alexis Play, Junior transpira música desde niño. Aún se visualiza sentado al lado del baterista de la iglesia, cuando aún no podía ni sostenerse en pie solo, mientras su papá y su mamá cantaban en el coro gospel del que hacían parte, cada domingo y cada miércoles.
A los 6 años ya era el baterista. A los 12 pasó por una academia musical y al terminar el bachillerato estudió licenciatura de música en el Instituto Popular de Cultura y dos años después continuó en Bellas Artes con una licenciatura en músicas populares y tradicionales con énfasis en orquestación.
Para él, su arte partió de un don divino, de un aprendizaje de los músicos mayores, que pulió y fundamentó en la academia. “Siempre estuve permeado por la música negra, del gospel”, cuenta él quien quedó fascinado con un cantante negro que vio en un concurso de televisión, cuando estaba en noveno grado.
“En uno de los actos culturales del colegio pedí que me dejaran cantar una canción que él interpretó en la final. Fue la primera vez que canté en público y de ahí en adelante me reconocieron como el chico baterista que además cantaba”.
Desde sus 13 años Junior Zamora empezó a unir palabras inspiradas de la realidad y a hacerles música. Amplió sus influencias en la academia, donde escuchó funk, blues, jazz, hip hop, R&B, música clásica, a Beethoven, Mozart, Chopin. Y luego James Brown, Funkadelic, Aretha Franklin, Nina Simone, artistas afroamericanos y musicalidad latina.
Enfatizó en las percusiones del Pacífico, en “todo el combo de la zona costera del norte y de la zona sur de Chocó. La academia me trajo ese contexto, me lo hizo cercano”.
‘Cero, dos’, dice Zamora, “es la historia de amigos cercanos hechas canción. Son conversaciones alrededor del amor, del odio, de lo afectivo, de donde salen historias imposibles de ignorar.
Tiene la intención de dejar una voz muy diciente alrededor de lo que atraviesan las relaciones complejas, dependientes, de boomerang afectivo, muchas terminan en asesinatos, feminicidios, que penosamente se convierten en aprendizajes”.
Artista integral
En Junior Zamora nada es casual. Cada aspecto: sample, línea vocal, flow y elementos visuales, hacen parte de un engranaje perfecto que contribuye a la construcción de diferentes personajes.
Moda, arquitectura, video, fotografía y styling, son resultado de un arduo trabajo por construir una propuesta musical integral, con raíces afroamericanas.