En 1959, cinco años después de que la televisión llegara a Colombia, Consuelo Luzardo González, una jovencita bogotana de 14 años, decidió ser una actriz.

Hoy, casi 60 años después, es una de las mejores actrices del país y afirma que “el mayor patrimonio que yo puedo tener es el cariño de la gente. Las personas de distintas generaciones me paran en la calle y me dicen gracias por hacerlas olvidar de tantos problemas, así fuera por media hora. Eso es un privilegio enorme”.

Consuelo, quien le ha dado vida a personajes como Lucrecia Gómez en la novela ‘Don Chinche’, a Adelia en ‘Quieta Margarita’, o a Josefina Pineda en ‘Aquí no hay quién viva’, es la presidenta de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas, entidad que organiza los Premios Macondo, evento que tendrá lugar el próximo sábado 17 de noviembre en Bogotá.

En entrevista con El País, Consuelo habló sobre la importancia de estos premios que reconocen lo mejor del cine colombiano, explicó cómo ve la televisión que se hace hoy en día y les da un consejo a las nuevas generaciones de actores.

¿Por qué son tan importantes los Premios Macondo?

Porque son los únicos premios del cine colombiano creados por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Estos premios siguen el ejemplo de las academias de otros países porque ellos los crean con el objetivo de ayudar a la cinematografía nacional.

Los Macondo logran visibilizar la producción nacional. Para nosotros es importante, como una industria joven, darnos a conocer un poco más, pues necesitamos hacer calmar a un público que cree que por ver solo una película que no les gustó, siente que el cine colombiano es malo.

¿Con qué películas nos encontraremos en esta séptima edición?

Este año son 16 categorías. La cinta ‘Matar a Jesús’ tiene 11 nominaciones, ‘La defensa del dragón’ tiene 8 y ‘Sal’ tiene 7. Estas cintas, y todas las nominadas en las 18 categorías, tienen méritos artísticos o técnicos para ser premiadas. De hecho, algunas de ellas han obtenido galardones en eventos internacionales, es decir, que estos premios no son puro patriotismo para premiar nuestro cine.

¿Cómo califica el cine colombiano que se está haciendo hoy?

Vamos por el camino de hacer mejores películas, es decir, contar de mejor manera las historias que queremos contar. Los problemas técnicos hace rato los superamos y cada día tenemos mejor calidad técnica en nuestras producciones. Ahora las historias están siendo mejor contadas.

Somos una cinematografía joven pero nos estamos esmerando por hacerlo mejor y eso se ve en la participación que tenemos actualmente en certámenes internacionales.

¿Qué proyectos tiene actualmente?

Acabo de estrenar una obra de teatro que se llama ‘Las mujeres de Lorca’, y ahora estamos ensayando otro proyecto en formato de radio teatro para ser presentado en el Teatro Colón de Bogotá el 1 de diciembre.

Usted aprendió hace varios años a hacer teatro en Nueva York, ¿cómo ha cambiado la manera de hacer este arte hoy en día?

Nosotros aquí teníamos un teatro que hasta los años 60 solo montaba cosas de la dramaturgia universal y nos faltaba dramaturgia a nosotros, es decir, que tocaba echar mano de lo que escribían en otras partes. Esto hoy ha cambiado radicalmente y nuestro teatro ha crecido exponencialmente en los últimos 30 años.

Usted decía que un actor debe ser tolerante al rechazo…

Al rechazo y a otras cosas. Algo que la gente no se imagina es que una de las profesiones en la que a uno más lo rechazan es la de actor. A todos nos han dicho en la cara que no servimos para hacer ese papel, o nos dicen ‘nosotros lo llamamos’, hasta que vemos que sale al aire la novela para la que hicimos casting y nunca nos llamaron.

¿Un consejo a las nuevas generaciones que quieren ser actores y se desaniman porque les dan papeles pequeños?

Lo que ocurre es que existe una imagen del oficio de la actuación que es muy glamuroso y que no corresponde a la realidad. Un actor tiene que sacrificarse y mucho. La actuación te absorbe tanto que te quita tiempo familiar.

Para ser un buen actor hay que ser muy insistente y humilde, porque algunas veces uno le lleva una propuesta al director y él le dice a uno que nada de eso le sirve. Esta es una carrera dura, lo que pasa es que quienes somos actores amamos esto y compramos todo el paquete, es decir, la dicha de estar actuando pero aguantando rechazos.

Este es un oficio donde usted tiene trabajo 6 meses al año y los otros 6 no, pero la gente solo ve el glamour, las fotos, los autógrafos y creen que nos pagan sueldos maravillosos. Los papeles pequeños no existen, existen los actores pequeños. Si usted le pone creatividad y pasión a ese papel pequeño, se puede destacar, pero si lo hace con pereza no pasa nada y no se destaca.

¿Qué siente al recordar lo que ha hecho durante su carrera?

No hay un solo año en que yo no haya trabajado en la actuación. Durante 20 años financié mi carrera de actriz haciendo publicidad hasta que en un momento decidí que no podía seguir trabajando 20 horas al día.

Me siento muy agradecida porque la actuación me ha permitido ser muy feliz, pues este oficio es algo que puede tener muchos problemas, pero cuando uno lo está ejerciendo es una sensación muy especial, es un gozo profundo.

¿Cómo califica las producciones de televisión que se hacen hoy?

No veo televisión desde hace algún tiempo. Ahora hay muy pocas producciones que son originales y diferentes, pues se recurre mucho a las fórmulas, es decir, se hace una novela sobre algún cantante, le va bien y las siguen haciendo por ese estilo.

No puedo juzgar a profundidad porque veo poca televisión, pero uno siente que es lo mismo. Ahora parece ser que las novelas de los músicos son un atractivo grande.

¿Es verdad que le dan nervios los castings?

No me dan nervios, me aterran. Nervios me da actuar y eso es importante porque es el mayor motor de uno. Pero un casting me aterra porque los actores de mi generación no hicimos una carrera con casting, eso se lo inventaron hace 20 o 15 años.

Algunos nominados

Por categoría

MEJOR GUION: El Libro de Lila, Marcela Rincón González; La defensa del dragón, Natalia Santa; Matar a Jesús , Laura Mora y Alonso Torres; y Virus tropical, Enrique Lozano.

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Amalia la secretaria, Patricia Tamayo; Matar a Jesús, Carmenza Cossio; Virginia Casta, Marcela Carvajal; Virginia Casta, Cristina Umaña.

MEJOR ACTOR DE REPARTO: Amalia la secretaria, Fabio Rubiano; Matar a Jesús, Camilo Escobar; Nadie sabe para quién trabaja, Francisco Bolívar; y Virginia casta, Aldemar Correa.

MEJOR VESTUARIO: El día de la cabra, Helena Del Mar; La defensa del dragón, Julián Grijalba; Matar a Jesús, Ana María Acosta; Sal, Ana María Acosta.

MEJOR MAQUILLAJE: Amalia la secretaria, Jinnirey Barrios; El juego del ahorcado, Julián Vargas; La defensa del dragón, Marcela Bernal; Matar a Jesús, Laura Copó; Siete cabezas, Liliana Cabrejo.

MEJOR MÚSICA ORIGINAL: Amazona, Camilo Sanabria; El Libro de Lila, Juan Andrés Otálora; La sargento Matacho, Alejandro Ramírez Rojas; Virus tropical, Adriana García Galán.

MEJOR CANCIÓN ORIGINAL: El día de la cabra, Diego Gómez Y Elkin Robinson (Lazy Driving – Bad Lucky Goat – Duppy Babylon); La defensa del dragón, Gonzalo De Sagarminaga (Solo Quedas Tú); Sal, Holman Álvarez (Cumbia y Sal); Virus tropical – Adriana García Galán (Virus
tropical).

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