La naturaleza es sabia en su evolución y cada uno de sus elementos le funcionan a todos los seres del planeta para que puedan vivir con la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, con la intromisión y el desarrollo industrial y tecnológico del ser humano, esto se ha visto vulnerado y por esto cada vez más son los científicos que buscan en la madre tierra alternativas para subsistir, tratando de frenar un poco las creaciones artificiales para poder subsistir.
Por eso se han dado cuenta que las plantas son de gran ayuda a la hora de mejorar la salud del organismo, cada una teniendo beneficios específicos para dolencias específicas y por eso ahora se resaltan las bondades de una en particular. El diente de león es una de las plantas y flores más cotidianas y conocidas por la humanidad, dado que se da en muchos territorios y es de fácil acceso.
Esta es una de las pocas plantas que incluso se puede consumir de forma natural y cruda, sin necesidad de realizar procesos elaborados ya sean culinarios o farmacéuticos. Eso sí, cabe destacar que siempre hay que tener una buena higiene con lo que se va a ingerir, puesto que las plantas también son elementos y espacios de tránsito de infinidad de organismos que existen en la naturaleza.
Algunas de las propiedades que tiene el diente de león es que contiene elementos como vitaminas A, C, E, K, y ácido fólico. Además, también tiene algunas vitaminas que están dentro del amplio grupo B y adicionalmente aporta insulina al cuerpo, que es necesaria para el proceso de digestión y ayuda a mantener una microbiota intestinal sana en el organismo.
Según el portal mexicano Cocina Vital, estas son algunas de las bondades que genera consumir el diente de león:
1. Regenera el hígado. Las propiedades atribuidas al diente de león, subrayan su capacidad de regenerar el hígado y de protegerlo del exceso de grasa y algunas sustancias tóxicas.
2. Mejora la digestión. Gracias a sus propiedades es ideal para tratar el estreñimiento y otros síntomas de mala digestión.
3. Regula los niveles de azúcar. La combinación de nutrientes y compuestos bioactivos del diente de león, ayudan a controlar los niveles de azúcar, estimula la secreción de insulina, reduce la absorción de las grasas y favorece el control del colesterol.
4. Mejora el estado de la piel. Los extractos de hojas y flores de dientes de león protegen a la piel del daño causado por las radiaciones solares, el acné y el envejecimiento.
5. Previene infecciones. Gracias a sus propiedades antivirales y antimicrobianas, ayuda a reducir significativamente la capacidad de replicación de bacterias y virus dañinos.
Ahora, ¿cómo consumir esta planta de la mejor manera para aprovechar al máximo sus beneficios? La respuesta es sencilla y de fácil puesta en acción. Primero hay que dejar claro que se pueden utilizar todas las partes de esta planta como su tallo, sus pétalos, su flor completa, sus hojas y hasta su raíz. La mejor manera para aprovecharlos es a través de una infusión o un té de diente de león.
Su preparación es tan simple como la de cualquier té, solo se necesita la planta debidamente limpia, se puede dejar en su forma natural o se puede triturar o macerar; y finalmente con ayuda de diferentes filtros que ofrece el mercado se puede hacer la infusión usando agua caliente. Ahora, también se puede realizar con agua fría, pero el tiempo para que las propiedades queden en la bebida será mucho más extenso.
Se puede tomar en ayunas al final de la mañana o como diurético después del almuerzo. Además, por su efecto desintoxicante también es bueno para consumir en las noches y darle al cuerpo una ayuda para terminar de procesar toda la comida del día.