Fernando López, director de la miniserie ‘La mirada de los condenados’, estrenada ayer en Telepacífico, tenía 17 años cuando la mañana del 4 de diciembre de 1984 escuchó en las noticias radiales sobre la masacre del Diners Club, ubicado en el edificio Otero, en el centro de la capital vallecaucana.
“Me impactó mucho porque fue un hecho muy violento, en un edificio que yo conocía. Es de esas historias que quedaron dando vueltas en la cabeza”, cuenta el director.
Sin embargo, para él la historia es poco conocida en Cali, en especial entre las nuevas generaciones. Los que lo han escuchado tienen poca claridad sobre lo ocurrido, y esto lo impulsó a contar los hechos y “ponerlos sobre la mesa”.
El proyecto inició como un guión para largometraje, pero no pudieron conseguir el presupuesto. A final del año pasado empezaron los diálogos con Telepacífico para la creación de una miniserie y así nació ‘La mirada de los condenados’, la cual está basada en un libro homónimo de Óscar Osorio y Jaime Valderrama, quienes hicieron una pertinente investigación de lo ocurrido esa noche, con documentos y testimonios de los cinco sobrevivientes de la masacre y los dos condenados, Jaime Serrano y James Rodríguez.
“Yo diría que hay un 80% u 85% de fidelidad, con lo que contaron los sobrevivientes sobre lo ocurrido esa noche. De hecho, algunos de los diálogos son verídicos”, comenta el director.
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No obstante, aclara que aunque hay hechos fidedignos, es una historia ficcionada y habrá sucesos no ocurrieron, pero que ayudan en la construcción del suspenso.
A través de la trama López quiso solventar una de las grandes incógnitas que existe alrededor del caso: ¿Por qué siendo 14 secuestrados contra tres atacantes no pudieron escapar esa noche?
También buscó dejar una lección de vida. “Hay situaciones incontrolables, que pueden desencadenar situaciones de violencia extrema. En este caso eran tres asaltantes, dos de ellos sin antecedentes penales, que vieron fácil el robo porque uno de ellos había sido vigilante allí. Pero por una sumatoria de errores, de presión, de miedos y la presencia de un tercer asaltante, Frank, que era un maniático, convirtió todo en un acto sangriento contra personas inocentes que no debieron de estar allí esa noche”, dice López.
Además pretendieron hacer un análisis sobre el feminicidio, porque el caso habría sido tildado como tal si hubiera ocurrido en la época actual.
“Uno de los asaltantes se aprovechó de las mujeres que conocía, ya que anteriormente había trabajado en ese espacio, y las manipuló, aprovechándose de su confianza y de la inmunidad de ellas, para llevarlas al extremo”, comenta López.
En el lugar de los hechos
Una de las características más impactantes de la grabación es que todas las escenas del baño fueron hechas en el mismo espacio donde estuvieron secuestradas las víctimas del Diners Club.
“El baño mantiene una energía muy densa, eso está comprobado y de todas formas ahí entraban las actrices y sentían esa energía rara. Hay una escena, entre los capítulos finales, el cuatro o el cinco, dónde estamos recreando la muerte de Rocina, que fue una de las víctimas de la vida real. Fue una situación extraña, porque cuando estábamos rodando las actrices realmente se pusieron a llorar, entraron en un shock emocional y al terminar la escena todas salieron despavoridas del baño, porque se sentían muy mal”, relata el director.
López dice que se siente muy orgulloso del trabajo del elenco y de la entrega. Recuerda que las actrices seleccionadas les entregó la investigación del caso y les pidió a cada una que lo leyera y tratara de pensar en la persona que iban a interpretar.
“Esas escenas en el baño a mí particularmente me parecen un logro, porque las actrices hicieron un trabajo sensacional y se sometieron a todo lo que vivieron esas mujeres en la vida real. El estar encerradas en ese espacio tan reducido, soportando calor, tantas horas de reclusión, saliendo empapadas de sudor, estresadas. Todo eso es lo que le da sensación de realidad a esta parte de la historia”, reconoce López.
Habla el elenco
Laura Lara
“Fue muy escalofriante dar vida a este personaje, víctima de un hecho real, que fue la última en ser herida y por lo tanto escuchó cómo iban matando a los otros. Además de grabar en el lugar donde ocurrió todo”, dice Laura Lara, actriz que interpretó a Amparo Navia, sobreviviente de la masacre del Dinners Club que aún está viva, bajo el nombre de Sharon.
Cristian Cuadrado
“Fue una experiencia bastante fuerte por la actitud y la presencia que maneja mi personaje Jairo Solano, que representa a Jaime Serrano”, dice el actor Cristian Cuadraro, que duró un mes y medio creando el personaje.
“La energía en el edificio Otero es pesada, pasaron cosas raras y la producción acudió a un sacerdote para que armonizara el lugar. Fue una experiencia fuerte, pero tuvo un gran resultado”, dice.
¿Qué pasó esa noche de 1984?
La noche del 3 de diciembre de 1984, lo que se había pensado como un simple robo en el Diners Club del edificio Otero, del centro de Cali, terminó en el secuestro de catorce personas, que fueron encerradas en un baño durante cinco horas y luego asesinadas una a una. Solo seis secuestrados sobrevivieron a la masacre y ninguno de los fallecidos era mayor de 30 años.
Jaime Serrano, exvigilante del edificio, y su amigo James Rodríguez fueron detenidos y condenados por los hechos. En 2002 quedaron en libertad. Francisco ‘Frank’ Ruiz, nunca fue capturado.
El edificio Otero sigue en funcionamiento pero el primer piso, dónde estaba la oficina, está clausurado.