Por muchos años se ha presentado a la suegra como una enemiga potencial de los matrimonios felices, tanto así que la relación entre suegra y nuera/yerno se ha caricaturizado y son muchas las rutinas de comedia que hablan sobre este tema.

Tan arraigada está esta creencia, que incluso hay realities en donde gana la persona que logre tener una buena relación con la mamá de su pareja. La gran pregunta es ¿esto es real?, ¿es imposible tener una buena relación con la suegra?

Según las expertas consultadas para este artículo, la respuesta es que no es imposible tener una buena relación con la madre del cónyuge; sin embargo, hay que aceptar que es una tarea en la que las dos partes deben aportar, en especial en el área de la paciencia.

Claudia Jaramillo, consejera de parejas, considera que estos roces se presentan principalmente por la cultura matriarcal, que lleva a que muchas madres construyan un sentido de pertenencia muy fuerte hacía sus hijos y no acepten completamente que estos al crecer y formar una familia tienen nuevos roles y nuevas prioridades.

“Es muy común que en nuestra sociedad no se críen los hijos para que se vayan de la casa, sino, por el contrario, aun cuando están en edad avanzada se les sigue viendo como niños, y suena muy tierno cuando una mujer dice: ‘mi niño/niña’ y resulta que el niño tiene 30 años, pero es importante analizar cuál es el rol que ahora tienen los hijos, y si la vida como mamá está girando alrededor de ellos”.

La suegra omnipresente, foto: Thinkstock

Una idea con la que concuerda la psicóloga clínica Paula Dávila, quien explica que “normalmente lo que genera roces entre la nuera/yerno y la suegra es la falta de claridad y el establecer límites con respecto a los roles de la madre y la pareja. Es muy común ver que los hombres descargan responsabilidades de cuidado sobre sus mamás, y cuando llega una pareja, esta suele tener actitudes maternales, y da una sensación de que se va a reemplazar a la madre”.

Hay otras razones para que se dé una mala relación con la suegra, que a veces son pasadas por alto, por ejemplo las diferencias socioculturales, generacionales y de educación, de estas depende que cada persona tenga cierta perspectiva frente a la vida. “Muchas veces no somos empáticos con las diferencias del otro. Eso presenta un conflicto muy grande, porque es colocar a la pareja en la mitad en una situación muy incómoda”, dice Frauky Jiménez, psicóloga clínica especialista en terapia de pareja, directora de la clínica Terapia de Pareja y los retiros de pareja Los Días para Quererse.

En los últimos años, se ha evidenciado un cambio en las relaciones, entre suegras y nueras que son amigas con momentos de complicidad, gracias al cambio generacional y a la relevancia que ha tomado la comunicación en los últimos años.

Jiménez explica que para facilitar esto se recomienda que desde el principio cada persona establezca los límites que le parezcan pertinentes y lógicos para cada hogar, “si estos límites no están claros, puede haber malos entendidos. Hay un dicho que me encanta y es: ‘en la casa de mi mamá manda mi mamá, en mi casa mandó yo’. Por supuesto se pueden tomar sugerencias, pero las decisiones se toman en pareja”.

Una idea que va en la misma línea de Paula Dávila, quien comenta que una relación saludable con la suegra no debe ser simplemente un deseo positivo, sino que es necesario para una relación, por respeto a la pareja, “porque ahora son familia, es fundamental que se construyan lazos de afecto”.

Claudia Jaramillo resalta que para hacerse amigo/a de la suegra hay conectar químicamente, en ocasiones, las personalidades de cada una de las partes puede que no encajen, “pero con límites y una buena comunicación, se podrán establecer relaciones sanas, que se desarrollen desde el respeto”.

Consejos para ser amigos de la suegra

Las expertas concuerdan en que, para tener una buena relación con la suegra, es necesario que las tres partes se esfuercen y que las relaciones partan desde el respeto.

1. Es fundamental tener una buena comunicación, entendiendo que cada una de las partes tiene ideas distintas.

3. Establecer límites claros desde el respeto y la madurez. Para esto es necesario que “la nuera/yerno acepte la importancia de la madre de la pareja, y acceda a visitarla cada determinado tiempo o tener acciones especiales por ellas”, explica la psicóloga clínica, especialista en terapia de pareja

Pero, también, que “la suegra pase por un proceso de desarraigo y acepte que su hijo ahora tendrá nuevas prioridades”, complementa Dávila.

4. Paula Dávila considera, además, que es fundamental respetar las relaciones “de las que no hago parte. Es decir, madre e hijo tienen una manera de relacionarse y la pareja debe de evitar (si no está siendo afectada) dañarla. Lo mismo de parte de la suegra, claro que puede dar un consejo, pero sin involucrarse en la manera como su hijo/hija lleva su relación de pareja”.