*Esta entrevista se publicó originalmente el 24 de octubre de 2010, tres días antes del último concierto de José José en Cali. Se publica nuevamente este sábado, 28 de septiembre de 2019, luego de que se conociera la noticia de su fallecimiento.

Su voz, a través de la línea telefónica suena ronca, algo cansada.

Las palabras las pronuncia lentamente. Sin embargo, esa primera impresión pasa a un segundo plano cuando se nota su emoción y amabilidad al aceptar dirigirse al público caleño que lo espera para su presentación el miércoles 27 de octubre (de 2010) en el Teatro Jorge Isaacs.

Desde su habitación en un hotel de Medellín, ciudad donde se encontraba promocionando su show, 'El Príncipe de la Canción' habló para El País.

¿Qué ritual cumple antes de subirse a un escenario?

Ahora realizo algo básico: un tratamiento de ventilación de desinflamación para mis pulmones y mi garganta y luego una oración que me enseñó mi madre: ‘José Sosa eres el instrumento por medio del cual Dios va a demostrar su grandeza porque va a cantar a través de ti y de tu garganta’.

¿Conocer la fama a tan temprana edad qué mieles y qué sinsabores le dejó?

El problema es que todo el mundo se aprovecha de uno, uno no sabe nada de la carrera, de la vida. A los 22 años uno apenas está aprendiendo a bañarse, ¡Dios mío! Tuve la desgracia de caer en manos de oportunistas, de gente falsa que con los años me dejó absolutamente sin nada, incluyendo a la familia, pues me refugié en la familia y salió peor.

¿Cómo está hoy la relación con su familia, con sus hijos?

Muy bien, estamos trabajando con mis hijos Pepe, Marisol y Sarita un show: ‘José José en Familia’, que tiene como base cantar canciones de mi repertorio y luego que ellos canten sus propias canciones porque todos son compositores.

¿Y a usted cómo le ha ido como compositor?

Yo he compuesto, sí, pero no son canciones a la altura de las muchas que yo he grabado.

¿Por qué no tiene ganas de medírsele a escribir un segundo libro?

Yo escribí mi autobiografía con todo lo que me ha pasado en la vida. Pero salí decepcionado, porque el libro no lo promovieron. Y tengo el compromiso de hacer un segundo libro, de autoayuda, para colaborar en salir adelante del problema del alcoholismo, pero a mí no me quedaron ganas. ¿Para qué voy a escribir un segundo libro si no lo van a promover? ¿Qué ganas tengo yo de volverme a sentar a escribir nada?

A pesar de los altibajos de su carrera musical la gente lo sigue apoyando...

Permítame que le corrija algo, los altibajos son en mi vida personal, no en mi vida musical, porque gracias a Dios mi vida musical tiene un sitio de privilegio. La radio de todo el continente sigue tocando mis canciones y he tenido un promedio de 120 canciones que han entrado al hit parade en 47 años de carrera.

¿Qué sería de usted sin su esposa Sarita?

Mi esposa ha sido un factor determinante en mi carrera. Porque mi carrera entró en otra dimensión cuando ella la empezó a manejar: calificamos para recibir la Estrella de la Fama en Hollywood que eso fue bellísimo, gracias a Dios.

Si Sarita no hubiera estado en mi vida yo nunca hubiera salido adelante de la enfermedad del alcoholismo. Ella fue la que más me apoyó cuando salí de la Universidad de las Adicciones en Minnesota y me llevó a vivir a su casa.

¿Y hace cuánto fue eso?

En el año 1993. Gracias a ella yo me pude recuperar y empecé a trabajar otra vez. Luego me enamoré de ella y nos casamos y nació la pequeñita, Sarita, en 1995, que acaba de cumplir 15 años.

¿Cuando supo de la casi pérdida de su voz creyó que hasta ahí llegaba su carrera musical?

Eso fue producto también del problema de la parálisis por un virus que me entró por el oído izquierdo y me afectó toda mi musculatura, no sólo de la cara sino de la garganta, la laringe y la faringe y apenas me estoy recuperando, pero con la ayuda de Dios y echándole ganas se puede salir adelante en todo.

Se rumora que usted tiene un hijo colombiano, artista, del que dicen se parece físicamente a usted, que tiene su mismo tono de voz, que es su émulo y que él se presenta como su hijo. ¿Usted qué sabe al respecto?

Hace muchos años empezó a llegar información a la computadora. Mi esposa me informó de ello porque querían apoyo, ¿me explico? Porque él cantaba la música de nosotros. Pero si yo no he podido ayudar a mis hijos, a Pepe y a Marisol a seguir adelante, imagínese si voy a poder ayudar a otra persona. Esos fueron los primeros contactos que tuvimos con esta persona. Luego ya empezaron a surgir informaciones de que él decía que era mi hijo. No tengo noticias absolutamente de una situación así, porque yo no he tenido hijos en ningún otro lado que no sea con mi anterior mujer y con Sarita.

Le hice esta pregunta para que usted mismo fuera quien aclarara estos rumores...

Pues imagínese usted, cualquiera puede fabricar lo que quiera, ¿me explico? Inclusive en los medios de comunicación no han tomado con seriedad estas cosas porque saben quién soy, con quién vivo, saben cómo me manejo. Ninguna de las informaciones de las que ellos han tratado de infiltrar coinciden en nada para que yo resultara ser el padre de otro muchacho.

¿Cuántos hijos tiene usted?

Tres: Pepe, que tiene 34 años; Marisol que tiene 27 y Sarita que tiene 15.

¿Y todos han sacado la vena musical de su padre?

Sí, gracias a Dios han heredado las facultades de mis abuelos y de mis padres.

Lea además: José José, el 'Príncipe' que vivió en medio de alegrías y tristezas

Según el artista, el título de 'El Príncipe de la Canción' le fue puesto por el locutor José Luis Moreno, la propósito del tema 'El Príncipe', de Manolo Marroquín.

Una voz especial

Comenzó su carrera musical a los 15 años. Contradiciendo el deseo de su padre que no quería que ninguno de sus dos hijos optara por la música, José Rómulo Sosa Ortiz se dedicó a ofrecer serenatas y a tocar con un grupo de rock and roll los sábados. Para ese entonces su padre, un cantante de ópera, los había abandonado para formar otra familia. Fue así cómo el imberbe en el afán de ayudar económicamente a su madre a sostener el hogar decide lanzarse al mundo musical.

Tres años como serenatero le dieron cancha para presentarse con gran receptividad en bares mexicanos donde “cantaba música de Frank Sinatra, bossa nova, bolero romántico, de todo”. Fue una época bellísima, como él lo recuerda.

En 1969 Armando Manzanero, admirador de su portentosa voz y su gran talento, lo ayuda a ingresar a la RCA Víctor donde graba su primer LP y se lanza como artista con el nombre de José José (el primer José por su nombre de pila y el segundo como homenaje a su padre, de quien heredó esa voz de tenor y quien había muerto el año anterior).

La Nave del Olvido fue su primer gran éxito. A los tres meses de este éxito ya se escuchaba con insistencia ‘El Triste’, que como el artista le comentó a El País, “fue mi confirmación como baladista”.

Qué triste fue decirnos adiós, cuando nos adorábamos más.... Con El Triste, canción con la que demostró su virtuosismo para los tonos altos y bajos, participó representando a su natal México en el Festival de la Canción Latina, en 1970. El concurso se desarrolló en su país y en éste dejó una grata impresión que aún sus fieles fanáticos comentan.

Uno de ellos es el vallecaucano John Harold Hernández, coleccionista de baladas y presentador del programa de Tv. Lluvia de Estrellas Internacional, quien sabe mucho sobre su vida y su música.

“Cuando él terminó El Triste lo aplaudieron a rabiar, le tiraron flores, lo abrazaron, el público lo eligió ganador. Pero el jurado lo dejó en tercer lugar (fue desplazado por los representantes de Brasil y Venezuela, que ocuparon el primer y segundo lugar, respectivamente). Se dijo que el jurado ya estaba comprado. Así que la gente no se aguantó y destrozó el lugar”.

Llegaron entonces más éxitos en los 70 y las décadas venideras por infinidad de temas: Gavilán o Paloma, Desesperado, Anda y Ve, Si me Dejas Ahora, A Esa, Y Qué, Payaso, Volcán, 40 y 20...

‘El príncipe de la Canción’ se convirtió “en uno de los cantantes más representativos de la balada en América Latina por su prodigiosa voz y su capacidad interpretativa”, como lo indica el presentador de televisión y locutor Jaime Echeverry Loaiza.

El reconocido comunicador recuerda que José José fue invitado internacional de Festibuga en 1992 y se mostró como un hombre muy noble, cálido, que sufre mucho por lo que le pasa a la gente que no tiene nada en el mundo. “Charlamos mucho tras bambalinas y en las oficinas del Festival. Incluso, le dimos una bebida a base de Flor de Cartagena o Siempreviva, una florecita moradita, para que hiciera gárgaras porque esa bebida levanta cantantes, ya que él había llegado disfónico”.

A pesar de todo, siempre vigente En 47 años de carrera artística, este apasionado por los textos de metafísica, ha logrado mantenerse siempre vigente, a pesar de sus crisis personales por sus adicciones al alcohol y a las drogas; los problemas de salud como sus complicaciones pulmonares y más recientemente, una parálisis facial que lo alejó de los escenarios por tres años.

Ni siquiera en ese tiempo de receso se dejó de escuchar en su país y en otros de América Latina, ya que mientras se recuperaba editó varios discos con base en álbumes pasados que tuvieron gran aceptación: El Príncipe y el Bolero, 2008; Lo Esencial de José José, 2009, y José José Ranchero, 2010.

Uno de sus álbumes más exitosos dentro de los 30 originales que ha editado, fue Secretos, producido por Manuel Alejandro (Lo Dudo, El Amor Acaba, Voy a Llenarte Toda, Cuando Vayas Conmigo, Entre Ella y Tú, Lágrimas, He renunciado a Ti, Quiero Perderme Contigo, Esta Noche te voy a Estrenar, A Esa). Las diez canciones de este trabajo musical pegaron todas. Además, por 40 semanas estuvieron en los primeros lugares de sintonía (1984), éxito que también fue registrado en la lista de la Revista Billboard. “Este disco ha vendido siete millones de copias, bendito sea Dios”, comenta con gran humildad el artista.

La humildad, precisamente, es una de las cualidades del artista que más le resaltan quienes lo han tratado. El empresario antioqueño Juan Acosta, quien lo trae de gira a Colombia lo evidencia. “Es muy sencillo, accesible con todo el mundo, con la prensa, con el conductor, con los botones del hotel. Como decimos aquí, es un hombre súper bacano”.

Similar apreciación tiene el coleccionista y comunicador John Hernández, más conocido como ‘Superamoroso’. Él evoca la ocasión en que en 1992 quiso abordarlo cuando el artista iba a actuar en la tarima del Show de Jorge Barón, que en esa oportunidad se grababa en Cali.

Él ya había tenido el privilegio de charlar con el cantante en horas de la mañana en la cabina de RCN radio, pues lo habían invitado por ser coleccionista de baladas. En la noche, cuando el cantautor ya se dirigía del camerino a la tarima, le pidió, grabadora en mano, que mandara un saludito a los fanáticos. “Él me ignoró y me dejó con la palabra en la boca. Eso no me sorpendió porque los artistas no siempre están para lo que uno quiere”.

Lo que sí lo sorprendió fue que después de actuar, José José lo buscara entre el enjambre de periodistas que lo querían entrevistar y le hiciera señas para que se acercara al grupo: “Hermano, perdóname por no haberte atendido ahora, me dijo y luego exclamó: ‘bien, ¿Y qué hacemos ahora?’. ¡Yo me quedé petrificado!”.

El artista hizo duetos con Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Juan Gabriel, Lani Hall y con sus hijos José Joel y Sarita, entre otros.

El amor reverdece

Sara Salazar, la tercera esposa de José Rómulo Sosa se ha convertido en su bastión y artífice de su carrera desde que se conocieron en 1993, en Miami.Esa noche, el mánager español del artista lo dejó en la residencia de Sara, prometiéndole a José José que ya regresaba por él y advirtiéndole a ella (que era amiga del ejecutivo) que no lo dejara salir porque luego tardarían mucho en encontrarlo.

Para esa época el artista estaba perdido en el alcohol, parecía, como él mismo recuerda, un cadáver ambulante: pesaba 4o kilos. Sara, una cubana criada en EE.UU. desde los 4 años no tenía ni idea quién era él. Suponía que era un cantante de salsa.

Durante la velada, en la que en casa de Sara se celebraba un cumpleaños, el cantautor, mientras bebía y lloraba con insistencia, le contó sus penas. ‘El Triste’ le manifestó que no vivía con sus hijos, que se acababa de divorciar y “que mi ex mujer y su hermano me habían dejado sin un centavo de lo que yo me había ganado en 25 años”.

Esa noche el mánager no volvió por el ‘Príncipe de la Canción’, quien estaba en Miami para arreglar la venta de los apartamentos que tenía en esa ciudad porque debía repartirlos con su ex mujer, la actriz Ana Elena Noreña, conocida como ‘Anel’.

Al día siguiente le dijo a Sara que se marchaba a México y ella le dio el número de su teléfono por si algo se le ofrecía.

Estando en su país volvió a sus andanzas: vivir en un taxi junto a otros borrachitos, los mismos con los que a veces pernoctaba, cuando había cupo, en un sitio llamado ‘El Escuadrón de la Muerte’.

A los tres días de su llegada, Darío León, empresario de espectáculos en México y Ricardo Rocha, un reconocido periodista de ese país lo convencieron “de ir a estudiar mi enfermedad a la Universidad de Adicciones, en Minnesota”. Cuando estuvo sobrio lo primero que hizo fue a llamar a Sara, quien le dijo que ya sabía quién era: “Eres un cantante mexicano muy querido en tu país y en todo el continente”. Eso se lo había informado una tía. Además, Sara le comentó que en la radio acababan de avisar que él había muerto de sida.

Por eso, ella removió cielo y tierra para que en la universidad estadounidense le dejaran entrar un periodista y un fotógrafo de una revista, con el fin de que dieran fe al público de que él no estaba muerto sino en recuperación.

Una vez el artista salió de la universidad, Sara, quien lo visitó cada semana, lo convenció de que se quedara en su casa, porque si se iba para México recaía. Compartir con “Sarita” durante todo ese tiempo en el que se aferró a Dios y a los consejos de ella, hizo que el amor reverdeciera otra vez en su corazón.

Esa mujer, propietaria de una empresa que rentaba vestuario para el cine americano y facilitaba actores para doblajes de escenas peligrosas, se convirtió en su esposa y en la madre de su hija más pequeña, Sarita.

Gracias al empuje de Sara, quien maneja hoy su carrera, ‘Chepe’ empezó a trabajar nuevamente en todo el continente; logró alcanzar una Estrella en el Hall de la Fama, en EE.UU. y recibir numerosos galardones, entre ellos su tercer Grammy. Fue objeto de varios homenajes en su país y otros lugares del mundo.

Entre los tributos que más le han gustado está uno que produjo su esposa en 2009, en la ceremonia del Grammy, donde participaron artistas como Marco Antonio Solís, Luis Fonsi y Gilberto Santa Rosa.

Gustavo Pérez, periodista colombiano que trabaja en el diario ‘Juárez hoy’ corrobora cómo José José sigue siendo uno de los artistas más admirados en la tierra que lo vio nacer el 17 de febrero de 1948.

“Es un cantante muy querido aquí en México, es todo un ídolo, lo respetan donde quiera que se presenta. Por esa razón fue que la productora Rosy Ocampo lo incluyó en el elenco de la exitosa telenovela ‘La Fea más bella’ (versión mexicana de ‘Yo soy Betty, la fea’) en 2006-2007, haciendo el personaje del papá de Leti, la protagonista”.

Pero no todo han sido mieles luego de enderezar su carrera musical. Después de participar en la telenovela, José José sufrió una parálisis facial que lo tuvo alejado de los escenarios por tres años.

Con mucha terapia y ejercicios ha podido mejorar la movilidad de la cara. “Apenas me estoy recuperando y gracias a Dios ya puedo cantar”, dice emocionado.

Como si esto fuera poco, este hombre de 62 años sufrió de ansiedad y de depresión luego de que su esposa sufriera un derrame cerebral en noviembre de 2008 que la tuvo en una clínica de Ciudad de México inconsciente por tres meses.

A pesar de su precaria situación económica en ese entonces, cuando ella salió de la clínica a él se le vio tranquilo, prodigándole tiernas caricias y respondiendo a los periodistas: “Lo más importante ahora es que mi esposa está bien”.

Hoy Sara está completamente recuperada y al tanto, así sea telefónicamente, de todo lo que José José hace. Que es mucho, por cierto, ya que se mantiene ahora subido en un escenario o haciendo la promoción de sus álbumes.

Cuando tiene un respiro en su trabajo, este hombre que se describe como muy hogareño, juega con su hija o le enseña armonía, porque ya su “pequeña”, como le dice, toca piano, guitarra, bajo, batería y violín. O sino, prefieren ver televisión, ir al cine o salen a algún restaurante, ya que a él le gusta “comer muy bien y de todo”.

Lea además: José José, el 'Príncipe' que vivió en medio de alegrías y tristezas