Lisseth Johana Pereira Ordóñez, más conocida como Liss Pereira, integrante del equipo de youtubers ‘5 minutitos más’, un “sketch comedy group” disponible en Youtube, es una de las comediantes más importantes de Colombia.
Desde que se dio a conocer en el programa de televisión ‘Los comediantes de la noche’, ha sido imparable, al punto de enamorar a más de 600.000 colombianos que la siguen en redes sociales, pero especialmente a uno, su colega Ricardo Quevedo, conocido como ‘Cejas pobladas’, su esposo y padre de su hijo Ignacio.
Esta santandereana, que quería ser patinadora profesional y estudió comunicación social en la Universidad de Pamplona, Norte de Santander, arrancó en la radio comunitaria cuando tenía 13 años. Se consolidó como locutora en Cúcuta y en 2009 llegó a Bogotá, ciudad que le permitió participar en programas como ‘El Gallo de Radioacktiva’, emisoras como La Mega, Coca-Cola FM y Los 40 Principales. En el 2017 se retiró, tras 12 años de trabajo en ese medio, para dedicarse de lleno a su nuevo sueño: la comedia.
¿Qué temáticas trata en su show ‘Proyéctate aunque sea mentira’?
Hablo del reto de ser adulto, de la inmadurez que conlleva crecer en estos tiempos. Los de mi generación más que ponernos serios, nos ponemos inmaduros. Y trato sobre las relaciones de pareja, pero desde otra perspectiva, ya que un hijo cambia mucho la forma en la que miras las cosas.
¿Cómo la ha cambiado su hijo Ignacio?
Mi hijo me ha cambiado en el sentido de que ahora me preocupo más por mi propia vida y mi salud, quiero vivir, estar bien. El corazón se me achicharra cada vez que veo a un niño en la calle, pero ahora más que antes soy consciente de lo frágiles que son los niños y de la responsabilidad tan grande que significa tener un bebé. Incluso hasta ha hecho que me calle, ya no hablo tanto para escucharlo más a él.
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¿Cómo es que dejó los reinados por los micrófonos?
Esa es una historia real que está metida en este show nuevo. Yo estudié con monjas y gané, a los 10 años, el Reinado del Folclor y del Conocimiento. Lo traigo a mi stand up para referirme a la aceptación de la normalidad, porque siento que estamos en una época en que todo el mundo pareciera llamado a ser extraordinario y diferente, ¿pero qué pasa con la gente normal o promedio? Hablo de mí, que llevo una vida bastante normal comparada con la que llevaba antes, cuando era famosa en Sardinata, pueblo de Norte de Santander en el que crecí.
Empezó a los 14 años en la radio, ¿cómo fueron sus inicios en el medio en el que estuvo 12 años antes de incursionar en el stand up comedy?
La radio fue la primera instancia que me permitió expresarme, ser creativa, yo ignoraba lo que sabía hacer y lo descubrí a través de esta. Empezó con una tarea de un grupo de teatro de Sardinata, allá el profesor de teatro me invitó a la radio comunitaria, luego seguí en la cultural, después en la comercial y luego en noticias. El profesor del colegio nos pidió crear la voz de un personaje. Gustó tanto que seguí haciéndolo por años, hasta que me gradué.
¿Por qué le dice a la gente en uno de sus shows ‘Perdone lo poquito’? ¿Qué hay que perdonarle?
A mí el stand up me sirvió para hacer catarsis en un proceso hormonal en el que había subido 14 kilos, siempre me pordebajeaba, pero empecé a reírme de mí misma y a cuidarme más. El tema de la autoestima siempre está en mi show, porque considero que desde el colegio debe hablárseles a las niñas sobre la importancia de autovalorarnos.
Antes de su hijo Ignacio tuvo otro bebé, Miguelito. ¿Cómo nació este?
Sí, Miguelito es un personaje que quiero mucho. Lo hice durante diez años. Se inspiró en mi hermana menor, Marcela, que era un poco grosera. Era un niño que no tenía papás, lo había adoptado Julio César Londoño y era aficionado al fútbol por la labor de este. Tuvimos hasta serie animada con Miguelito, estuvo en radio, estuvo cinco años en El Cartel Deportivo, es un personaje que amo pero que hace mucho rato no hago.
Estuvo en la película ‘Usted no sabe quién soy yo’. ¿Le ha tocado decir eso o la gente la reconoce?
Yo tengo cara de nada. De eso también hablo en el show, de que hay gente inolvidable, yo soy olvidable. Les recuerdo a una prima, a una vecina, a una novia, pero nunca me recuerdan a mí. Estuve en ‘Usted no sabe quién soy yo 2’ y en ‘Si sabe cómo me pongo pa’ qué me invitan’ y en una película que acaba de entrar a Netflix, ‘El que se enamora pierde’, creencia que en realidad es un mito.
¿La fama de bravas de las santandereanas también es un mito, es más por su forma de hablar?
Es que tenemos un acento difícil de procesar, yo siempre digo que somos la versión sin sabor del caleño, porque ustedes hablan igual a nosotros pero con tumbao. Nosotros también decimos ‘Lajocho’, ‘Lajonce’, pero no nos suena tan rico como a ustedes.
¿Qué tan divertido es convivir con un humorista?
Nuestra relación es bastante normal, pero en toda pareja es importante saber hacer reír al otro. Fuimos amigos primero y compañeros de trabajo, luego vino el amor. Cada quien tiene una carrera que venía construyendo y la manejamos de manera individual, a pesar de que nos apoyamos muchísimo. Ricardo para mí ha sido un gran maestro, tiene mucha más experiencia que yo en algunas cosas y yo en otras. Él me da muy buenos consejos, es mi mejor amigo.
¿Las mujeres están exagerando con el tema de ‘mejor estar solas que mal acompañadas’?
Siento que muchas consideran que para ser exitosas y felices deben estar solas, pero no es así.
¿Qué piensa de los millennials?
Las nuevas generaciones tienen muchas opciones y mucha información y eso confunde.