Por Sergio Villamizar D. y L. C. Bermeo Gamboa, reporteros de Colprensa y El País
En los años 60, los avances en tecnología para grabación musical, en particular las cintas multipista y las consolas de mezcla, permitieron a los artistas experimentar con nuevos formatos musicales como nunca antes en la historia. Dado que ahora podían incluir más instrumentos y sonidos en sus grabaciones, superando los pequeños duetos, tríos o cuartetos, entre las primeras innovaciones que se escucharon estaban las fusiones entre grupos pop y orquestas sinfónicas. Al principio no se incluía toda la nómina sinfónica, podría ser solo una sección de cuerdas, también una orquesta de cámara, un buen ejemplo son los clásicos “Eleanor Rigby” (1966) y “A day in life” (1967), de The Beatles.
Pronto, esta tendencia se convirtió en un subgénero musical que hoy se mantiene vigente, el de los álbumes sinfónicos: cuando un artista —de cualquier género— decide adaptar sus canciones más populares al gran formato de una orquesta sinfónica. Entre los primeros discos de esta denominación se encuentra ‘The days of future passed’ de The Moody Blues, una obra sinfónica publicada en 1967. Desde entonces, el inventario de álbumes sinfónicos no ha dejado de crecer, algunos de los más destacados son el ‘S & M’, grabado en 1999 por Metallica y la Orquesta Sinfónica de San Francisco, así como el ‘Kiss symphony: alive IV’ de la banda Kiss y la Orquesta Sinfónica de Melbourne, grabado en 2003.
En la música de Latinoamérica también abundan piezas maestras dentro de este formato, inolvidables arreglos sinfónicos en canciones como “El cantante” (1978), compuesta por Rubén Blades e interpretada por Héctor Lavoe, y en “Tiempo pa’ matar” (1983) de Willie Colón. Pero, sin duda, el álbum sinfónico que marcó un hito fue ‘Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes’, que el divo de Juárez grabó en vivo junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de México, en 1990. A pesar del éxito que tuvo este disco, la crítica conservadora rechazó la fusión considerando que ningún género popular (o comercial) podía aspirar a ocupar la altura estética de la música clásica.
No obstante las prevenciones de los puristas, los discos sinfónicos continúan produciéndose con más calidad y el favor del público. En la actualidad, Colombia es uno de los países suramericanos donde más se ha experimentado con este subgénero musical, creando piezas magistrales por cuenta de grandes artistas y orquestas sinfónicas nacionales.
El ejemplo más sobresaliente es ‘Niche sinfónico’, el más reciente álbum de la agrupación caleña que adaptó 10 de sus clásicos salseros a este formato, en un trabajo colaborativo con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. Publicado en marzo de 2023, obtuvieron un Premio a mejor álbum de salsa en los Grammy Latinos, realizados el pasado 16 de noviembre en Sevilla (España).
El compositor y productor colombiano José Aguirre, actual director del Grupo Niche y quien estuvo al frente de su álbum sinfónico, comenta que “en 2015, cuando tomé la dirección de Niche, posterior a la muerte del maestro Jairo Varela, empecé a pensar que sería muy interesante hacer un disco sinfónico, por el hecho de que la obra del maestro Varela es grandiosa en cuanto a líricas, melodías y las armonías. Entonces, para llevar su repertorio musical al formato más grande y universal que existe, que es una orquesta sinfónica, quisimos hacerlo la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia”.
Junto a su hijo, Juan José Aguirre, y los 102 músicos de la agrupación y la sinfónica, “trabajamos por cinco años escribiendo la música y conceptualizando todo, porque queríamos que fuera un gran trabajo desde lo orquestal, dándole una gran participación a la sinfónica y al Grupo Niche, para que la música siguiera sabiendo a lo que es el swing de Niche, estamos muy felices por lo que logramos”, asegura el maestro Aguirre.
Aunque ‘Niche sinfónico’ fue grabado en tres estudios de Cali, Bogotá y Los Ángeles (EE. UU.), la agrupación y la orquesta sinfónica ya realizaron dos conciertos para reafirmar al público que lo mezclado en estudio se cuece a la perfección en vivo. El primer concierto, con venta total de boletería, fue en el Movistar Arena de Bogotá, y el segundo, llenando a tope el Arena Cañaveralejo de Cali, se realizó como preámbulo de la Feria de Cali, este viernes 8 de diciembre.
Secretos de la fusión popular y sinfónica
El maestro colombo-belga Paul Dury, director de orquesta, compositor y productor, recuerda que en el año 1997, “en el Teatro Los Cristales de Cali presentamos con la, en ese momento, Orquesta Sinfónica del Valle y músicos invitados, la obra ‘Sinfónica en su salsa’, en la que junto al maestro Edy Martínez adaptamos temas salseros del Grupo Niche y Piper Pimienta, entre otros artistas caleños”.
Para el maestro Dury, “todos los artistas populares o comerciales, tienen el sueño de sentir cómo sus canciones sonarían junto a una máquina musical de 80 músicos detrás de ellos, por eso siempre habrá oportunidades para producir en formato sinfónico, para muchos artistas esto es como una consagración”.
En este sentido, “el éxito de la fusión sinfónica es saber que no está solamente la riqueza del grupo musical, hay que darle importancia a la orquesta sinfónica, ya que es como si tuvieran detrás un carro Fórmula 1, con unos grandes músicos solistas, que cuesta millones de pesos reunirlos, por lo que los arreglos que se escriban para esa fusión deben sacarle lo máximo a esa orquesta para que se produzcan sonidos nuevos con el grupo o artistas popular invitado”, recomienda Dury, quien ha trabajado en proyectos sinfónicos con Fonseca, Yuri Buenaventura, y dirigió el disco ‘Pazcífico sinfónico’.
Por su parte, para José David Carvajal, compositor y productor caleño, los formatos sinfónicos “permiten rompen con el estigma de que las orquestas sinfónicas solo pueden hacer música clásica o académica, pero llegar a la música popular y hacerla en este formato trasciende este prejuicio y descubre nuevas sonoridades”.
Cabe agregar que el pasado 23 de noviembre en Cali, José David Carvajal junto a la Orquesta Sinfónica Desepaz realizaron el concierto ‘De norte a sur’, un homenaje a la música folclórica colombiana.
“Un buen álbum sinfónico para mí debe ser muy polifónico, que tenga muchos colores y matices, que tanto como la madera, como el bajo y las cuerda, como la percusión sinfónica tengan su protagonismo, esto hace bella a una obra musical. Por eso, es muy importante que el arreglista que esté haciendo una adaptación tenga la capacidad de jugar con los colores de cada uno de los instrumentos, y que tanto el productor y el compositor sepan las características plenas de cada instrumento y cómo interactúan”, asegura Carvajal, quien también es director de Son 21.
Discos que marcaron la historia
Los álbumes sinfónicos no son una tendencia nueva en Colombia. Uno de los grandes precedentes, de hace 17 años, lo grabó la banda de metal colombiana, Kraken, con Elkin Ramírez, cuando lanzaron su ‘Kraken filarmónico’, interpretando buena parte de sus más grandes canciones junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, una pieza de colección que abrió el camino para este tipo de proyectos que no siempre son fáciles de desarrollar.
Sin duda, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia tiene un papel protagónico promoviendo desde su ámbito las fusiones de música colombiana y sinfónica, a ella debemos dos álbumes indispensables como son ‘Un viaje musical por Colombia’ I y II, donde recrean con la magnificencia orquestal temas del folclor nacional como “Mi Buenaventura”, “Pueblito viejo”, “Bunde tolimense”, “La casa en el aire” y muchos más.
Otro gran trabajo musical en el que llegaron aún más lejos en esta fusión, fue ‘Pazcífico sinfónico’ (2016), en el que la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, dirigida por el maestro Paul Dury y con los arreglos del maestro Hugo Candelario, lograron adaptar los ritmos del Pacífico a la potencia sinfónica.
Dentro de los artistas pop, destacan Andrés Cepeda, quien usualmente retorna a este formato para eventos y ocasiones especiales, o Santiago Cruz y Fonseca, con canciones como ‘Prometo’, que funciona en el mundo pop, sinfónico y hasta con mariachi.
Cabe destacar que ‘Fonseca sinfónico’ ganó el Premio Grammy Latino como mejor álbum pop en 2014, y también fue grabado junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
Desde Antioquia, la agrupación de hip hop Crew Peligrosos unió fuerzas junto a la Orquesta Filarmónica de Medellín para crear un espectáculo que más adelante se convertiría en el álbum ‘Marcapasos’.
Por esa misma ruta, otro grupo de raperos de la ciudad de Medellín, Alkolirycoz llevó su música a los sonidos sinfónicos, logrando llenar el Movistar Arena de Bogotá con esta propuesta. Así mismo, Los Petit Fellas unieron el soul, el hip hop, el rock y el jazz, con los sonidos de la Orquesta Filarmónica de Medellín en concierto de 2022.
Un clásico indiscutible es el álbum ‘Carranga sinfónica’ (2014), en el que la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y Jorge Velosa adaptan la música tradicional boyacense y logran versiones magistrales de ‘La cucharita’, ‘La gallina mellicera’, ‘Por fin se van a casar’, ‘Lero, lero candelero’ y ‘Julia, Julia, Julia’, entre otras.
Nuevos proyectos sinfónicos
Así como el Grupo Niche, artistas de distintos géneros musicales han decidido tomar lo mejor de su repertorio y junto a una orquesta sinfónica llevarlo por otras atmósferas musicales. Así lo ha anunciado la agrupación antioqueña de música tropical Puerto Candelaria, además de la orquesta bogotana de salsa La 33, y también, el cantante de música llanera Walter Silva.
Además, el legendario dúo de música protesta y baladas que nació a finales de los años 70, Ana y Jaime, han vuelto a los escenarios con gran éxito, presentando sus grandes clásicos en este formato sinfónico.
En el caso del cantautor llanero, ahora mismo se prepara para celebrar 30 años de labor musical grabando sus más importantes canciones en formato sinfónico, acompañado de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, este será el primer álbum llanero sinfónico.
Por su parte, la agrupación colombiana Puerto Candelaria, liderada por Juancho Valencia también ganador del Grammy Latino, y la Filarmónica de Bogotá, ya presentaron un adelanto de lo que será el trabajo discográfico ‘Puerto Candelaria Filarmónico’.
Se trata de la canción “Goodbye my honey”, una evocación del swing en los años 30 de Estados Unidos, transformada en una versión imponente interpretada en vivo por Puerto Candelaria y la Filarmónica de Bogotá, que fue grabado en 2022, pero se publicó como sencillo en noviembre de 2023.
Otro proyecto imperdible se conoció hace algunos meses, cuando la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la orquesta de salsa La 33 confirmaron que están trabajando en el álbum ‘Salsa filarmónica’, un espectáculo en donde “La pantera mambo”, “Qué rico boogaloo” y otras reconocidas canciones de esta agrupación de salsa bogotana suenan en el formato de una gran orquesta bajo la dirección del maestro Rubián Zuluaga.