Hay palabras japonesas que son poemas en sí mismas: Komorebi (la luz que atraviesa las hojas de los árboles), Yugen (belleza que no se puede definir), Ikigai (la razón para vivir), todas ellas muy inspiradoras, pero generalmente desconocidas. Mientras que el término Nintendo, que significa “deja la suerte al cielo”, es reconocido hoy en todo el mundo por una compañía de videojuegos. Así fue como la nombró Fusajiro Yamauchi cuando fundó su empresa en 1889, que entonces se dedicaba a fabricar y distribuir Hanafuda, un popular juego de cartas japonés, por lo que el significado tenía mucha relación con los juegos de azar.
Con los años, Nintendo dejó las cartas y se diversificó, concentrándose en las tecnologías de la computación, desarrollando programas de videojuegos interactivos para las clásicas máquinas arcade y consolas caseras. Durante años, la compañía estuvo en el anonimato, vendiendo máquinas y consolas con un solo juego el Pong. Solo hasta 1977, cuando contrataron al diseñador informático Shigeru Miyamoto, considerado el padre de los videojuegos, el destino de Nintendo cambió para siempre.
En 1985, cuatro años después de crear el exitoso videojuego Donkey Kong, Miyamoto retomó un personaje secundario llamado Jumpman (el saltador) y creó su propio mundo, se llamó finalmente Super Mario Bros.
En muy poco tiempo, el videojuego de los hermanos Mario y Luigi, dos fontaneros italianos que deben atravesar 8 mundos interconectados por tuberías para encontrar, en su momento, a Toad (un champiñón) y luego rescatar a Peach (la princesa del Reino Champiñón), se convirtió no solo en un éxito de ventas, también en un referente de la cultura popular en los años 80 y 90. Desde entonces, Nintendo dejó de ser una palabra desconocida.
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Para el año 1996, Nintendo anunció que vendió su cartucho número mil millones, y en 2007 la editorial Eurogamer declaró que su popular videojuego seguía divirtiendo igual a cuando fue lanzado al mercado. Sus diferentes consolas son objetos de colección, además Super Mario Bros se convirtió en una franquicia que tiene más de 160 videojuegos derivados para todas las plataformas que existen actualmente: Mario Kart, Mario 64, Mario Party, Mario y Sonic, Mario Tennis, Mario Golf...
Cuenta Steven L. Kent en La Gran Historia de los Videojuegos que, “la gente iba a las tiendas y preguntaba por ‘la consola en que se podía jugar al Mario’”. Muy pocos sabían siquiera que existieran otros videojuegos.
No obstante, en las diferentes oportunidades que Nintendo intentó adaptar la historia del fontanero italiano y sus amigos, el resultado no convenció al público.
Así fue hasta el 5 de abril de 2023 cuando se estrenó ‘Super Mario Bros. La Película’, tercera adaptación del videojuego que, durante su primera semana a nivel mundial, recaudó más 500 millones de dólares, convirtiéndose en la adaptación de un videojuego más taquillera de la historia hasta el momento.
Por lo que, según el observador de la consultora Exhibitor Relations, esta “será fácilmente la película número 1 de 2023”. Por su parte, el analista David A. Gross, señaló que “los números son sensacionales”.
‘Super Mario Bros. La Película’ es una coproducción de Nintendo e Illumination, esta última compañía ya marca un punto muy alto en cuanto a animación se refiere, recordemos que son creadores de éxitos como Mi Villano Favorito, la franquicia animada más exitosa en la historia cinemática, y El Lorax de Dr. Seuss, El Grinch de Dr. Seuss, La Vida Secreta de tus Mascotas y Sing. Además fue confinanciada por Universal Pictures, que también se encargó de la distribución.
Pero allí no acaba todo, además de contar con los mejores en la industria de la animación, para mantener un equilibrio entre el concepto clásico de Super Mario Bros y las posibilidades narrativas de la animación moderna, los productores encargados fueron, por Nintendo, nada menos que el mismo Shigeru Miyamoto, y por Illumination, Chris Meledandri.
La dirección también fue un trabajo compartido entre Aaron Horvath y Michael Jelenic (colaboradores Los Jóvenes Titanes en Acción: la película) con un guion de Matthew Fogel (Minions: Nace un Villano).
Por otro lado, el reparto de voces para Hollywood es de primer nivel, aunque no exento de críticas: Chris Pratt como Mario, Anya Taylor-Joy como la Princesa Peach, Charlie Day como Luigi, Jack Black como Bowser (Rey de los Koopas), Keegan-Michael Key como Toad (el honguito), Seth Rogen como Donkey Kong, Fred Armisen como Cranky Kong, Kevin Michael Richardson como Kamek (hechicero de Koopa) y Sebastian Maniscalco como Spike (exjefe de Mario).
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Cabe recordar, para no hacer spoiler —por el momento—, que cuando se estrenó el primer tráiler del filme, donde se escuchó a Chris Pratt como Mario, muchos fanáticos del videojuego se sintieron decepcionados, por no percibir el acento italiano marcado del personaje, provocando una animada polémica en las redes sociales.
“Hace unos 10 años discutimos lo genial que sería interactuar con Mario fuera del videojuego”.
Shigeru Miyamoto,
diseñador
El trabajo de los actores de doblaje para Super Mario Bros. La Película es sobresaliente, algo que el público latinoamericano ha reconocido en redes sociales, comparando la versión original en inglés y la versión en español latino. En este sentido, cabe resaltar a los principales actores: Raúl Anaya (en la voz de Mario), Roberto Salguero (Luigi), Ale Pilar (Princesa Peach) y Héctor Estrada (Bowser). Hay otro elenco para Japón.
Más que un fontanero
La canción Peaches interpretada por Bowser, en la voz de Jack Black,
se volvió un fenómeno viral, inculso ya algunos la postulan a los Premios Óscar.
La historia de ‘Super Mario Bros. La Película’ es básica, presenta a dos hermanos italianos que hacen lo posible para sobrevivir como fontaneros en Brooklyn (Nueva York), algo que coincide con la idea original de Miyamoto. No obstante, por los televisores pantalla plana que se alcanzan a observar en un principio, podemos suponer que todo ocurre en el presente. Aunque las aventuras que viven en el Reino Champiñón son lo más calcado del videojuego, en su sencillez, la película logra esbozar varios dramas humanos, que confieren autenticidad a los personajes.
En primer lugar, Mario y Luigi son los hijos desubicados de una familia italiana cuyo padre no está de acuerdo con sus decisiones, en particular con que hayan abandonado un trabajo seguro como subordinados de un plomero, para arriesgarse a crear su propia empresa, que aún no despega del todo. Sumado a esto, Mario siente remordimiento por convencer a Luigi de lo que parece un estruendoso fracaso. En diferentes momentos de la película, Mario muestra sus inseguridades, y esto tiene una directa correspondencia con lo que viven todos aquellos que entran por primera vez al videojuego: son inexpertos, cometen errores, pero siempre pueden intentarlo una vez más hasta que se vuelven maestros.
En una entrevista reciente, Shigeru Miyamoto habló de la evolución del personaje: “Hubo un tiempo en que se comparaba a Mario con Mickey Mouse. Pero el ratón de Disney ha evolucionado a través de la animación y, en ese mismo sentido, tenemos la idea de que Mario va a avanzar a través de un medio digital. Con cada nueva tecnología y hardware que lanzamos, se creó un juego de Mario que mostró ese proceso evolutivo”.
Por su parte, Chris Meledandri, productor de Illumination, complementó que en la película “intentamos poner pensamientos claros y simples detrás de algo que en realidad es un fenómeno. Mario tiene tantos factores diferentes involucrados que, por un lado, podríamos hablar de sus cualidades como hombre común, de su perseverancia. Podrías hablar sobre su bigote, o de un espíritu que reside dentro de Miyamoto y que se extiende hasta Mario. Resulta muy difícil reducirlo a una respuesta simple”.
Sobre el bigote de Mario hay varias versiones, una de ellas la cuenta Alejandro Crespo Martínez en 150 Videojuegos a los que Tienes Jugar al Menos una Vez en la Vida. Según el gamer español, Mario fue inicialmente un carpintero llamado Jumpman en la primera versión de Donkey Kong (1981), pero por cuestiones de pixelación en la tecnología de aquella época, la sonrisa de Jumpman no era clara y mejor la sustituyeron por un bigote negro, “el pelo, que fue imposible de animar, fue cubierto por una gorra, y para marcar más los movimientos de los brazos se pintaron de azul las mangas y de blanco, los guantes”. En 1983 saldría la primera versión de Mario Bros para arcade y en 1985 la de consola casera.
Pero la historia sencilla y con profundidad, es algo que no ha pasado desapercibido. Como expresa el escritor y crítico Julián Alejandro Hernández Cajamarca, “es una película hecha de forma meticulosa, estuvo bien ceñirse más a la historia del videojuego que hacer alguna pirueta argumental, por eso puede gustarle a un público amplio, niños, adolescentes y adultos, pero sobre todo, puede entusiasmar a quienes han jugado Mario Bros desde las primeras entregas a la actualidad. El acierto fue conservar la idea básica del videojuego que tiene de fondo una gran trama”.
Por otro lado, hay dos personajes en el juego que solo aparecen al final de cada recorrido, pero en la película se convierten en protagonistas: la Princesa Peach y Bowser (Rey de los Koopas). El giro en la personalidad de Peach resulta acorde con los tiempos, pero creíble, una mujer segura y con poder que no necesita ser rescatada, por el contrario, se convierte en guía y maestra de Mario, y quizá en... spoiler.
Bowser, que en la versión original cuenta con la voz de Jack Black, es un villano encantador, ama el rock y siente un amor tóxico por la princesa del Reino Champiñón. Cabe destacar que gran parte de la música del largometraje son variaciones del tema original compuesto por Koji Kondo para el videojuego, excepto algunas canciones clásicas del pop y rock, y la pagajosa balada Peach interpretada por Bowser.
Referente cultural
¿Cómo es posible que un personaje de 40 años mantenga su popularidad? Para el periodista y crítico de cine Jaime Ponce, “Mario tiene una gran ventaja y es que su vigencia le permite desarrollar una mejor historia, ahora en la película los vemos como un hombre de familia y emprendedor junto a su hermano”.
En este sentido, para el crítico Hernández Cajamarca, la vigencia de Mario “se debe a que ha crecido con la mayoría de adultos actuales, y también ha permeado a las nuevas generaciones. Lo hemos jugado personas de 40 años para abajo, eso quiere decir que su impacto en el imaginario colectivo es muy amplio, porque cumple las condiciones arquetípicas del héroe humilde que desafía a un tirano poderoso. Y esto es algo muy curioso, porque si bien se plantea un romance, en el fondo, la historia tiene un contenido ético, el de hacer las cosas bien sin esperar un premio, sino para ayudar a otros”.
La conexión del videojuego con la cultura tiene un importante antecedente literario, como lo demuestra Hernández Cajamarca en el ensayo Relaciones Arquetípicas entre Fontanero y Poeta. Allí menciona que durante una entrevista, Miyamoto recordó que en su infancia lo obligaron a leer la Divina Comedia de Dante Alighieri, un poema en el que su protagonista desciende al infierno y debe atravesar varios círculos para encontrarse con su amada Beatriz. En la videoconsola sucede algo muy similar, pero sin las implicaciones religiosas del poema de Dante.
Pero esta estructura llevada al lenguaje cinematográfico ha tenido resultados desiguales, tanto en versiones animadas como en live action.
En 1986 se estrenó en Japón la película animada Super Mario Bros: ¡La Gran Misión para Rescatar a la Princesa Peach!, dirigida por Masami Hata, recrea la historia con la estética del anime, no tuvo mayor impacto y hoy es objeto de colección. Fue en 1993 cuando Hollywood hizo la primera apuesta por llegar a un público masivo, se trató de un live action protagonizado por Bob Hoskins como Mario y John Leguizamo como Luigi, una versión bizarra de Super Mario Bros en un mundo futurista, como si le hubieran pedido a una IA que recreara el videojuego al estilo del cineasta David Cronenberg.
La producción costó cerca de 48 millones de dólares y solo recaudó 38,9 millones. La mayor crítica que recibió fue la distorsión incomprensible para muchos de la idea original del videojuego, además de que no era una película para toda la familia. Terminó considerada una de las peores adaptaciones del cine que, bien entendido, es un gran logro, ahora es de colección.
Pasaron 30 años hasta que Nintendo aceptó intentar de nuevo, y como afirma Jaime Ponce, el resultado es lo que todos esperaban con la tecnología actual, ‘Super Mario Bros. La Película’ “tiene un nivel técnico excelente, grandioso trabajo de color, con diseño impecable de cada uno de los personajes y sus texturas, incluso la música es muy divertida”.