Quizá el flagelo de la desnutrición y el hambre en el mundo sea tan solo uno de los tantos males que aqueja a los grandes gobiernos, pero en Colombia, según un informe de la ‘Gran Alianza por la Nutrición de la Niñez’, hay cerca de 560.000 casos de hambre extrema.
Sin embargo, son cada vez más las acciones que grandes líderes y compañías realizan para combatirlo, y este es el caso de María Fernanda Mejía, la destacada caleña que desde el 2011 es la vicepresidente senior de Kellogg Company y presidente de Kellogg para Latinoamérica, importante multinacional de la industria alimenticia, líder en el mercado de los cereales y snacks.
“El hambre es un problema global, tal vez se vuelve un poco más agudo en los países de menos recursos, países emergentes o en desarrollo. Pero creo que el alineamiento entre el sector privado y el sector público es donde tenemos que empezar. La ideología es excelente como ideología, pero tenemos que vivir la realidad y la realidad es nuestra gente, las necesidades de nuestra sociedad. Sin embargo, el llamado al hambre no es solo para el sector público y no es sólo para las compañías de alimentos, es para todos. No podemos permitir un mundo con hambre cuando hay tanto desperdicio, cuando hay tanta ineficiencia. Todos, independientemente del sector donde trabajemos, podemos ayudar a erradicar el hambre”, resalta María Fernanda.
Desde muy pequeña dejó su natal Cali para, junto a su familia, cumplir el sueño americano. Se educó en la pluriculturalidad de un país del primer mundo, una mujer ‘privilegiada’ -como dice ella- pero consciente de sus raíces, esas mismas que le han permitido forjar su profunda sensibilidad y amor por el servicio, por impactar positivamente en la vida de los otros.
Estudió en la Universidad de Texas A&M donde se formó como Ingeniera Industrial, claro que antes de hacerlo cursó un premédico, pero su vocación no estaba allí; entró al mundo corporativo y rápidamente escaló en él.
Su debut lo hizo en el área de mercadeo de Colgate Palmolive, con la que consolidó su carrera empresarial para posteriormente entrar a liderar una de las más queridas empresas a nivel internacional. “Logré lo que nunca me imaginé que iba a lograr”, dice.
“Fui llamada por el grupo ejecutivo de Kellogg’s, de John Bryan, presidente de la compañía a nivel mundial. Yo había trabajado en Norteamérica, Latinoamérica, Asia y en Europa muchos años. Trabajé en mercadeo, en gerencia general, en grupos estratégicos, en innovación, y eso me hizo atractiva”.
Y contra todo pronóstico, esta arrolladora caleña que siempre está pensando en positivo, supo sortear los retos de la industria. Su sentido agudo por los negocios permitió que la compañía expandiera su participación a los mercados emergentes de los cuales hoy hacen parte países como México, Brasil, Argentina, Perú, Ecuador y por supuesto Colombia.
“Creo que he sido muy afortunada de poder liderar dos excelentes compañías. Para mi es muy importante hacer la diferencia, tener impacto en la sociedad. Quiero poder inspirar a los colombianos que vienen detrás de mi con mi historia. Quiero que los niños y jóvenes vean lo que pueden ser si se educan, si perseveran, si tienen una excelente ética de trabajo”, destaca María Fernanda quien en su rol profesional también ha sido miembro de la Organización de Jóvenes Presidentes, el Foro Internacional de Mujeres y la Organización Cosmética Ejecutiva de Mujeres, además una de las grandes líderes escogidas por la revista Expansión como una de las 50 mujeres más poderosas de México.
Sin duda una mujer disruptiva, innovadora, curiosa y dotada de una gran sensibilidad, a la que su acento aún la sigue conservando nuestra, una colombiana orgullosa de sus raíces, de su entrañable Cali, donde pasaba gustosa las vacaciones de verano junto a su familia. Una confesada enamorada del Valle, de su gente, una líder empresarial para quien su ventaja competitiva siempre será ser colombiana.
“De aquí son mis ancestros. Lo que soy se lo debo a muchas personas, pero principalmente a mi familia, para ellos era muy importante que no me olvidara de mis raíces y que algún día, cuando lograra mis sueños, estuviera muy consciente de que tenía que regresar eso a mi ciudad. No crecí todos los días aquí, no me eduqué académicamente, pero mi educación en casa es colombiana, aprendí a hacer siempre el bien, a estudiar, trabajar, perseverar y a nunca dejarme vencer. Mis valores los aprendí así y eso es característica de todos los colombianos”, concluye la líder caleña, madre de tres y casada con un griego. Una amante de la buena cocina, el golf, los viajes y la mazamorra con Zucaritas. Y por si fuera poco, fiel hincha del Deportivo Cali y el Real Madrid.
En sus planes no está retirarse, pues nunca dejará de soñar, ayudar, promover la igualdad y combatir el hambre.
Acciones con sello caleño
En el marco de las acciones promovidas por la ONU para erradicar el hambre en el mundo, la compañía Kellogg para Latinoamérica en cabeza de la caleña María Fernanda Mejía entregó, en el Día Mundial de la Alimentación, la donación de $102 millones de pesos en alimentos y recursos económicos al Banco de Alimentos de Cali como apoyo a un decena de ONG’s del Valle del Cauca.
En lo que ha corrido del año la organización ha donado 150 toneladas de alimentos para el país.