Por L. C. Bermeo Gamboa y Johana Fiallo, reporteros de El País
El camino del exceso
Quizá el mayor exceso en su vida sea su devoción absoluta por el trabajo. Una paradoja en la vida de un artista de 80 años —cumplidos el pasado 26 de julio—, que sobrevivió a la filosofía del “sexo, drogas y rock’n roll”, en la que muchos de sus colegas rockstars se inmolaron; que llegó a la cima del éxito con los Rolling Stones, considerada la banda más importante y longeva del planeta, un fenómeno musical que mantuvo su vigencia desde los años 60, y pasó por los 70, 80, 90, incluso por los 2000, manteniendo su esencia, fieles a sí mismos, pero seduciendo a cada generación.
Son la banda de rock de todas las épocas, una fuerza de la naturaleza o de la misma industria cultural, o de esa voluntad inquebrantable de Jagger para continuar en los escenarios a pesar de todo y por encima de cualquier razón.
Ni sus 8 hijos, 4 nietos y un bisnieto, ni un stent sosteniendo una arteria de su corazón, ni su fortuna de casi 500 millones de dólares imposibles de gastar en esta vida, ni la vejez octogenaria y sus achaques, o una novia joven y ardiente —la última de un sinnúmero—, que demanda toda su energía, han logrado domesticarlo y encerrarlo en una vida común y corriente.
No, Mick Jagger no morirá como un viejo cualquiera, su tumba será el escenario, y como demuestra en ‘Angry’ y ‘Sweet sounds of heaven’, los más recientes sencillos publicados este año, previo al lanzamiento mundial del álbum ‘Hackney Diamonds’, su voz conserva una frescura insólita, quizá sea un don de Dios o del diablo, lo único cierto es que desde 1962 cuando los Rolling Stones dieron su primer concierto hasta el día de hoy, no han parado.
“Empiezas tocando rock and roll para poder tener sexo y tomar drogas, y terminas tomando drogas para poder tocar rock and roll y tener sexo”. Mick Jagger, cantante, actor y empresario, durante una entrevista con David Letterman, realizada en 2012.
Entre el rock y los negocios
La historia monumental de los Rolling Stones está indisolublemente ligada a la vida Mick Jagger y Keith Richards, ambos originarios de Dartford, una ciudad del condado de Kent (Inglaterra), donde se conocieron siendo muy niños, por el año 1950, en la Escuela Primaria de Wentworth. No compartirían espacio mucho tiempo, porque Jagger pasó a otra escuela.
Sin embargo, 10 años después, se volverían a encontrar en la estación de la ciudad, y en medio del viaje a Londres, descubrieron que amaban el blues. Un año después compartían apartamento en el sector de Chelsea (Londres), junto al guitarrista Brian Jones.
Los tres serían la semilla original de lo que en 1962 se llamaría The Rolling Stones, el resto es historia. Pero una historia que, después de 30 álbumes de estudio, innumerables discos en vivo y compilarios, sin contar las ediciones piratas, con millones en ventas y éxitos comerciales, así como incontables conciertos de tamaños pantagruélicos —como el de 2006 en Río de Janeiro ante casi dos millones de personas—, la pérdida en el camino de integrantes legendarios como Brian Jones (en 1969) y Charlie Watts (en 2021), no parece tener final...
Aunque la fórmula creativa de la banda se ha mantenido, principalmente con las composiciones del dueto Jagger-Richards, los dos miembros originales de los Stones que pese a sus diferencias han sabido trabajar juntos por más de 60 años, todo lo que está relacionado con decisiones comerciales y negocios de la marca Rolling Stones recayó desde un principio en Jagger.
Rol que asumió con la mayor convicción, y para el que se había preparado —sin saberlo— cuando estudió becado en la prestigiosa London School of Economics, centro educativo de élite donde se han formado algunos de los mejores economistas del mundo.
Su pragmatismo y seriedad en los negocios creó una imagen complicada de él, porque para muchos de sus críticos, más que un rockstar, Jagger es un empresario multimillonario, emparentado con Steve Jobs, Bill Gates o Elon Musk. Aunque su gran creación no es una tecnología como tal, su secreto es haber fundado la banda más rentable de la historia, que probablemente existirá más que cualquier iPhone, software o cohete.
Para el melómano de rock y escritor, Jacobo Celnik, “gracias a sus estudios en el London School of Economics, Jagger se convirtió en el alma y vida empresarial de los Rolling Stones. Mientras que Keith es el rock, Mick es el roll. El rock es una actitud y forma de vivir, determinada por música. El roll hace referencia a una persona que ha entendido perfectamente cómo hacer negocios en la industria musical, para aprovechar las bondades del mercadeo a favor de una marca como Los Stones”.
“Mick Jagger es el personaje que ha logrado descifrar, con el apoyo de diferentes managers, que han transitado por el grupo, el secreto del éxito musical; no se puede decir que alguna iniciativa de los Rolling Stones desde que él está a la cabeza empresarial haya sido un fracaso, y en el caso de este nuevo disco, no será la excepción. La campaña de mercadeo así lo ha demostrado, y seguramente si salen de gira a tocar algunas canciones del disco y los éxitos que todo el mundo quiere escuchar, será un éxito rotundo y será sol out en todos los lugares”, agrega.
La gran dedicación a su trabajo tiene orígenes familiares, como afirma el escritor y fan fatal de Los Stones, Sandro Romero Rey, “Jagger es hijo de un profesor de educación física, que le enseñó a mantener una disciplina de hierro”.
Además, desde hace 20 años, cuenta entre su equipo personal a un coach físico, el noruego Torje Eike. Se sabe que, cuando no está de gira, Jagger es corredor, haciendo hasta 12 kilómetros diarios. Esto lo complementa con natación, clases de ballet, yoga y pilates.
Poco más se puede decir de su dieta, empezando porque a los 58 años dejó el alcohol y las drogas recreativas, para seguir una alimentación balanceada que se adaptó a su ritmo de vida y las necesidades energéticas de su edad. No obstante, la salud también lo ha obligado a detenerse, como en 2003, cuando una afección en las cuerdas vocales impidió que realizara algunos conciertos de la gira Forty Licks, de Los Stones.
Al respecto, se ha especulado que se trataba de pólipos que fueron removidos con cirugía. Descontando una caída de una palma —al parecer se trepó para bajar un coco— en la isla Fiji, la que sin duda es la mayor evidencia que tenemos para comprobar que Mick Jagger no es inmortal, es que en 2019 debió someterse una cirugía de corazón en la que implantaron un stent en una de sus válvulas cardíacas. Nunca se conocieron mayores detalles, solo un comunicado del grupo en el que aplazaban fechas de conciertos, porque Mick “necesita tratamiento médico”. A las pocas semanas, volvió al ruedo.
Jagger en datos
Lujuria y éxito
A lo largo de sus seis décadas de carrera, el músico también exploró en el terreno amoroso junto a otros referentes del rock mundial, como David Bowie, con quien se dice, habría mantenido una relación íntima.
En una reciente entrevista, el cantante dijo que, sus derechos sobre el catálogo de canciones de los Rolling Stones posteriores a 1971, -’Satisfaction’, ‘Paint it Black’, entre otros-, serán vendidos, pero el dinero de la venta no será destinado a sus descendientes, sino a causas benéficas.
La banda se hizo famosa por sus desmadres en el escenario y fuera de él, con consumo de drogas y una vida sexual desenfrenada.
Cuatro mil amores
Jagger, el showman carimástico, el de los pasos sensuales y enérgicos, el hombre que se niega a envejecer en pensamiento, aunque su cuerpo le marque el paso de los años, ha sido de esos artistas con un pasado lleno de excesos, alcohol, sexo, drogas y miles de mujeres.
Sin embargo, y pese a que él mismo reconoció en algún momento que mantuvo relaciones con unas cuantas miles, fueron “pocas” las mujeres, que lograron tener su corazón, y hasta formar una familia con el afamado cantante, compositor, músico y actor británico.
Por su vida, que ha sido larga y llena de éxitos musicales, han pasado varias famosas con quienes sostuvo tormentosos romances en el pasado. Una de ellas es Marianne Faithfull, quien fue la cantante y actriz británica que robó el corazón de Jagger en la década de 1960, cuando ambos comenzaban a perfilar sus jóvenes carreras. Su relación fue muy notoria en la escena del rock de la época.
A sus 18 años, con el amor a flor de piel y el protagonismo de Jagger, la joven cantante se atrevió a interpretar el tema ‘As tears go by’, compuesto por Mick Jagger y Keith Richards.
No obstante, su vínculo solo duró un par de años, pues en 1970 la historia llegó a su fin, dado a la escandalosa e intensa relación que sostuvieron, marcada por la heroína, las infidelidades, el alcohol, las anfetaminas, un aborto e intentos de suicidio.
De hecho, fue durante su relación con Faithfull, que Jagger conoció a Marsha Hunt, una modelo, actriz y cantante afroamericana, con quien el artista no se molestó en mantener un romance en paralelo. No obstante, Marsha lo convertiría en padre de su primera hija, Karis Jagger, nacida en 1970. Lo que conllevó a una innecesaria batalla legal para que el músico apoyara financieramente la manutención de la niña.
Pero el excéntrico rockero, lejos de darse de baja en el romanticismo, un año más tarde conoció a quien sería su primera esposa, Bianca Pérez-Mora Macías, a quien en 1971, se unió en una llamativa boda.
De ese matrimonio, nació Jade, la segunda heredera del afamado apellido musical. Pero aquel único matrimonio para el artista, terminaría en divorcio en 1978.
Luego de ese capítulo en su vida, Jagger continuó consechando éxitos musicales y en el trayecto se relacionó con la modelo y actriz Jerry Hall, quizá su relación más estable, pues esta duró varias décadas.
Junto a Hall ambos conformaron una familia de cuatro hijos: Lizzy, James, Georgia May y Gabriel; de 38, 36, 30 y 24 años, respectivamente. Sin embargo, su romance también terminaría tras un proceso de anulación en 1990, pese a no haber estado casados.
Ahora bien, sí que tenía razón este don Juan en sus tiempos mozos, pues saltaba de noviazgo en noviazgo como cual pasatiempo.
En los 90 también conoció a Luciana Giménez, la modelo y presentadora brasileña que lo haría padre de nuevo. Lucas Maurice Morad Jagger fue el nombre del siguiente en la lista.
Pero como todo en esta vida, el amor también fue efímero y el resultado de este romance, también fue la separación.
Ya mucho más maduro, y con la experiencia suficiente en el amor, un Jagger cincuentón, se volvió a enamorar entrado el nuevo milenio.
Fue la diseñadora de moda L’Wren Scott quien le rompería el corazón al artista, luego de más de una década juntos. Su trágica muerte por suicidio tuvo lugar en 2014, mientras Jagger se encontraba de gira con su bada Rolling Stones en Australia.
“Todavía estoy luchando para entender cómo mi amante y mi mejor amiga ha podido acabar con su vida de esta manera tan trágica. Hemos pasado unos años maravillosos y habíamos conseguido construir una gran vida juntos. Su presencia era maravillosa y poseía mucho talento, que no solo era admirado por mí. Estoy agradecido por todas las frases que la gente ha escrito sobre ella y por todos los mensajes de apoyo que he recibido”, dijo luego de su muerte el artista, quien 2021 la recordó, en el aniversario de su cumpleaños. “Tu trabajo sigue inspirando a una nueva generación de diseñadores”, escribió el artista través de su Instagram para anunciar luego un evento benéfico en su memoria.
Luego de ese episodio, el último de sus retoños llegó con la exbailarina del American Ballet Theatre, Melanie Hamrick, cuando él ya tenía más de 70 años. De esta unión nació Deveraux Octavian Basil, en 2016, el octavo hijo del cantante, y quien será uno más de los “desheredados”, pues en una entrevista con The Wall Street Journal, el polémico músico declaró: “Mis hijos no necesitan 500 millones de dólares para vivir”, asegurando que esta fortuna podría ser donada.
Simpatía por el cielo
El próximo 20 de octubre saldrá a nivel mundial ‘Hackney Diamonds’, el álbum de estudio número 31 de los Rolling Stones, si tenemos en cuenta la discografía inglesa, la estadounidense puede incluir aún más. El disco con 11 canciones originales, rompe un silencio de 18 años desde ‘A Bigger Bang’ del 2005, aunque en el 2016 lanzaron ‘Blue & Lonesome’, un álbum íntegro con versiones de clásicos del blues norteamericano como Buddy Johnson, Memphis Slim, Magic Sam, Howlin’ Wolf, entre otros.
En este sentido, se trata del acontecimiento musical del año, teniendo en cuenta que apenas en 2021, los Rolling Stones sufrieron una pérdida inmensa con la muerte del mítico baterista Charlie Watts. Quedando la formación reducida a un trío, Ronnie Wood que está en la segunda guitarra desde 1975, y los fundadores Mick Jagger y Keith Richards. A pesar de esto, los Stones ingresaron al estudio, esta vez de la mano del productor Andrew Watt, quien como afirmó Jagger “nos dio una patada en el culo”, para animarlos y hacer el nuevo disco.
Para Sandro Romero Rey, “que un grupo de rock, con toda la aventura de alto riesgo que han representado, se mantenga vivo y activo después de 60 años, cuando sus dos líderes están por los 80 años, es un acontecimiento, no solo para la historia de la música, sino para la historia de la humanidad”.
De acuerdo con Jacobo Celnik, que “después de tantas décadas regresen con nuevo material en estudio, es una prueba de que su talento y su capacidad creativa está intacta, así que es una buena noticia y hay que celebrarla”.
Durante una rueda de prensa que los Rolling Stones dieron el pasado 6 de septiembre en Londres, confirmaron la salida de su nuevo álbum. En el evento revelaron algunos detalles, como que el nombre ‘Hackney Diamonds’, es una frase en argot inglés que se refiere a “cuando te rompen el parabrisas un sábado por la noche en Hackney, y todos los trozos van a parar a la calle...”, contó Keith Richards.
Además, aseguraron que el disco hará homenaje a Charlie Watts y dos de las canciones, ‘Live by the sword’ y ‘Mess it up’, fueron grabadas por el gentleman del ritmo en 2019. Una de las sorpresas es que el baterista que grabó las demás canciones, Steve Jordan, es un amigo de los Stones, recomendado por el mismo Watts.
“Watts lo eligió hace mucho, mucho tiempo, y además ha sido amigo nuestro. He trabajado con Steve, así que fue una especie de progresión natural. Habría sido mucho más difícil sin la bendición de Charlie al respecto”, confesó Richards en la rueda de prensa.
Sobre esto, Romero Rey considera que “a Charlie Watts lo deberían canonizar. A pesar de haber sido un amante y estudioso del jazz a lo largo de su vida, supo sacrificarse por los Rolling Stones, acompañándolos durante seis décadas, sin tener un mayor interés por las fosforescencias del rockstar. De cierta manera, ‘Hackney Diamonds’ es un homenaje al pulso, al corazón rítmico de la llamada banda de rocanrol más grande del mundo”.
“Que el disco haya salido después de la muerte de Charlie Watts es un dato anecdótico y no para meterle suspicacia, porque muchas de las canciones se empezaron a grabar hace poco menos de siete años, así que tienen la presencia del baterista original”, agrega Celnik.
En este sentido, el veredicto de Celnik es que “hay una necesidad de Jagger, Richards y Wood de mantenerse activos y creativos, de deleitar a sus seguidores con nuevas canciones finalmente, pero ellos son como una gran marca, el equivalente a una multinacional que utilizan una fórmula para justificar unas canciones que no se salen de ciertos estándares creativos, sino que se mantienen fiel a su estilo”.
A pesar de las reservas, el segundo sencillo del álbum, ‘Sweet sounds of heaven’, es memorable y logra transmitir emociones de fe y esperanza.
Tenemos una canción góspel con Stevie Wonder en los teclados y un magistral aporte de Lady Gaga. Por su parte, la voz de Jagger solo deja percibir vitalidad y un dejo de gratitud, la majestad satánica alabando al señor, un espectáculo imperdible. Y, en escasos cinco minutos, algunos versos autorreferenciales que describen a la perfección el momento de la banda y de su líder.
“Bless the Father, bless the Son, hear the sound of the drums” (“Bendito sea el Padre, bendito sea el Hijo, escucha el sonido de los tambores”), canta Jagger, quizá escuchando a su amigo tocar desde el firmamento. Y después, pareciera que Jagger pide por sí mismo: “Let the old still believe that they’re Young” (“Deja que los ancianos sigan creyendo que son jóvenes”.
En este punto, Romero Rey sostiene que “no hay necesidad de ponerles trampas a los Stones diciendo: ‘Por fin cayeron en las garras de Dios’. No es así. Siempre han sido místicos. En su época más junkie grabaron ‘Just wanna see his face’, que también es góspel.
Comenzando el nuevo milenio, Jagger publicó el álbum ‘Goddess in the Doorway’ donde está el tema ‘God gave me everything i want’, porque la religión siempre ha estado en la música como pretexto. Esta canción, ‘Sweet sounds of heaven’, es el mejor homenaje que los Rolling Stones se han podido hacer a ellos mismos. Como lo será, a no dudarlo, su nuevo álbum”.
Sorpresas del disco
- Invitados: ‘Hackney Diamonds’, además de Lady Gaga y Stevie Wonder, también tendrá la colaboración de Elton John, Paul McCartney, y el regreso para una canción del bajista de la primera época de Los Stones, Bill Wyman.
- Homenaje a las raíces: Por si esto no fuera suficiente, como colofón del disco, remitiéndose a sus raíces negras, la pista número 12, es una versión de la tonada tradicional “Rollin’ Stone”, el blues interpretado por Muddy Waters que dio origen, hace más de 60 años, al nombre de la banda.