“Las grandes pasarelas de moda de marcas como Givenchy, Michael Kors, Tommy Hilfiger, Coach, Balenciaga, Praga y Versace muchas veces parecen estar lejanas, y es inimaginable para una joven caleña de escasos recursos pensar que podría llegar allá”, reflexiona la modelo internacional Natalia Montero.
Caleña de corazón, se siente emocionada cuando visita la capital vallecaucana y recuerda los días cuando compartía con sus hermanos y amigos en su barrio, Manuela Beltrán, y cuando después se pasó a vivir a La Base. “Cuando vengo a mi casa, me gusta pedirles a los de las agencias por lo menos 15 días, para poder tomar café con las personas que me han apoyado, para disfrutar de mi familia y especialmente del sol de Cali, porque el frío de Nueva York es tenaz”, dice.
Natalia, de 1,76 metros de estatura, es representada por las agencias más prestigiosas del mundo, entre las que figuran The Society, en Nueva York, y Elite, que tiene sede en Londres, Milán y París, y en este camino, que empezó en 2016, ha construido una comunidad de amigas, modelos latinas, quienes, poco a poco, se han convertido en familia, confidentes, en un lugar seguro donde la empatía las une.
“Tenemos historias similares, ser latino e ir a buscar oportunidades en países del primer mundo suele ser complejo, muchas veces quisimos renunciar, muchas llegamos a Estados Unidos sin saber el idioma, y poder hablar de estos temas; comprendernos y apoyarnos entre nosotras es un hermoso regalo de la vida”, confiesa Natalia, quien al principio de su carrera no tenía buenos recuerdos de Nueva York, la primera ciudad en la que buscó consolidarse.
“Fue complejo, porque estaba sola en la ciudad, no tenía muchos amigos, además es demasiado fría, los recuerdos de la primera vez que intenté hacer un hogar en este lugar no son buenos. Sin embargo, ahora Nueva York ha sido muy linda conmigo”.
El mundo de la moda y las pasarelas, en ocasiones, suele ser estereotipado, o catalogado como una profesión superficial, y aunque en muchas ocasiones sí lo puede llegar a ser, Natalia considera que el secreto para triunfar en cualquier área es “recordar que no estamos por encima de nadie”.
Esta modelo de 26 años recuerda que en distintas ocasiones se ha encontrado de frente con “personas que habían sido inspiración en mi carrera y, después de conocerlas, prefiero tomar distancia, porque lo más hermoso es mantenerse humilde”.
Una enseñanza que fue sembrada en ella por su madre, quien con amor y trabajo duro “sacó adelante a tres hijos. Ella es una ‘berraca’, siempre nos ha apoyado para cumplir nuestro sueño, nos enseñó a trabajar, a ser esforzados por nuestros sueños, a saludar a todas las personas”, comenta Natalia, con una alegría que se mezcla con nostalgia.
El camino ha sido largo, para lograr sus metas, la caleña, amante de los animales, tuvo que pasar por momentos complejos, especialmente en lo que se refiere al aspecto económico. Desde que Pedro Tobón, el diseñador de modas, caleño, la abordó en el Parque del Perro y le dijo “tú tienes potencial para ser una gran modelo”, Natalia no podía creer que le estaba pasando algo tan maravilloso; sin embargo, tomó la decisión de iniciar clases en la academia de M&P.
“No tenía dinero, trabajaba en un Mc Donald y lo que ganaba era apenas suficiente para suplir mis necesidades. Por esto, algunas veces me tocaba irme a pie desde San Antonio hasta Tequendama que quedaba la Academia, los primeros tacones que utilice me los dio Pedro, porque nunca había tenido unos”, cuenta.
Muchas veces pensó en renunciar a su sueño. La situación económica era difícil. En 2017, cuando debutó con la marca Versace, se le abrieron las puertas internacionales; no obstante, el no dominar el inglés hizo que la agencia la enviará a Londres a estudiar. “Una oportunidad a la que no se le puede decir que no”, mas con el paso de los días, tuvo que enfrentarse a que el dinero entregado por la agencia no le alcanzará para sobrevivir; a un clima extremo y a no tener la ropa adecuada, una sumatoria de eventualidades que la llevaron a pensar en desistir.
“Solo tenía para comer leche, avena y manzana y el último día, cuando ya tenía la porción final, llamé, —por supuesto no lo quería hacer, se supone que yo me iba para ayudarlos a ellos, cómo iba a llamar a pedir auxilio—, a mi mamá y le dije: ‘me quiero devolver, no tengo ya para comida’, me dijo que tuviera paciencia, que tenía lo de la cuota de la casa, y que me los iba a mandar. Terminó diciéndome: ‘Si eso le sirve para seguir, adelante mija, si no, acá la espero’”.
Este fue un gran impulso para esta modelo caleña, quien admite que en la actualidad se encuentra enamorada, y que sueña con formar una familia en algunos años, le ilusiona la idea de tener hijos propios y adoptados, “sueño con tener una casa grande, donde podamos criar caballos y vacas, perros y muchos tipos de animales. Me encantaría enseñarle a mis hijos a ser empáticos con las mascotas, tal como mi mamá me lo inculcó. Es un proyecto el cual creo que se puede lograr en unos cinco años. Mientras tanto, quiero cumplir otras metas, como llegar a algunas pasarelas, del mundo, y en general, seguir creciendo de manera profesional”, cuenta.