Luego de su aparición en Thor: Un Mundo Oscuro en 2013, Jane Foster, la astrofísica interpretada por Natalie Portman, quien vive un amor imposible con Thor, a quien da vida Chris Hemsworth, desapareció del Universo Cinematográfico de Marvel.
Aunque nunca se confirmó el motivo de su ausencia en las otras películas de la franquicia, se dice que a la intérprete no le gustó que el estudio despidiera a Patty Jenkin, la directora de ‘Wonder Woman’, quien al parecer, había sido contratada para ‘Thor: Ragnarok’.
Finalmente, cuando el filme se estrenó en 2017, bajo la batuta de Taika Waititi, el nombre de la científica fue apenas mencionado, dejando a Thor soltero y sin compromiso, con tiempo suficiente para ayudar a salvar al universo.
Para la nueva entrega de Thor, Waititi retoma el personaje de Jane y consigue traer de vuelta a la actriz, ganadora del Oscar en 2010, para cumplir su objetivo de darle relevancia a los personajes femeninos en las
producciones cinematográficas que dirige.
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El anuncio de la participación de la intérprete en ‘Thor: Amor y Trueno (Thor: Love and Thunder)’, se hizo en 2019 durante el Comic Con, en San Diego, EE.UU., cuando Portman llegó junto al resto del elenco portando el Mjölnir, martillo del dios Thor.
En esta nueva entrega, que se estrenará mundialmente el próximo 8 de julio, Jane Foster deja de ser la científica en apuros a la espera del dios poderoso que venga a salvar el planeta.
La trama
La cuarta película de Thor se basa en los cómics de ‘The Mighty Thor’, de Jason Aaron y Russell Dauterman, en donde se considera que el dios del trueno ya no es digno para portar el martillo. Sin embargo, Jane demuestra serlo y adquiere poderes impresionantes, pero al mismo tiempo enfrenta una enfermedad que sólo puede ser curada con ayuda del Mjölnir.
Entre los fans de la franquicia ha causado mucho revuelo la posibilidad de que Jane tome el Mjölnir y se convierta en Mighty Thor, ya que creen que este giro le quitaría mucho protagonismo a Chris Hemsworth, quien ha dado vida al dios rebelde por más de 11 años, pero el director Taika Waititi cree la historia está bien balanceada.
En una reciente entrevista, Waititi reveló que esta versión se ciñe bastante a la historia de Jane Foster en los cómics. “Estamos tratando de tomar las mejores partes de eso. También es muy divertida la idea de que Thor tiene el Stormbreaker, esa gran hacha, y ahora su martillo está de vuelta y en manos de otra persona. Ya no es suyo. Es la idea de que alguien está tomando su lugar”, explica el director, quien considera que muchos fanáticos asumirán positivamente este cambio de antorcha, aunque no está seguro de que el relevo sea definitivo.
En esta película aparece un nuevo villano, El Carnicero de Dioses, interpretado por Christian Bale, apenas reconocible, tras la ardua labor de maquillaje que tomaba hasta cuatro horas, cada día.
La transformación de Portman
Para convertirse en toda una diosa nórdica, Natalie Portman, reconocida por la dedicación que le pone a sus personajes, tuvo que someterse a un difícil entrenamiento físico que incrementó su masa muscular.
“Trabajé con una entrenadora, Naomi Pendergast, durante, cuatro meses antes de filmar y luego, obviamente, durante todo el rodaje. Hicimos mucho entrenamiento con pesas y muchos batidos de proteínas. Entrenamiento con pesas que nunca antes había hecho. Por supuesto, nunca he tenido como objetivo ser voluminosa. Fue muy físico, por lo que implicó mucho trabajo, tanto de agilidad como de fuerza”, explicó la actriz en diálogo con El País.
Aunque, Natalie no es ajena a los entrenamientos excesivos, pues para su papel de bailarina de ballet en ‘El Cisne Negro’ entrenó durante más de un año, varias horas al día, preparándose para su rol de Jane, esta nueva experiencia le hizo valorar el esfuerzo que llevan realizando desde hace años sus compañeros de reparto.
“Tessa Thompson y Chris tenían mucha experiencia en ese mundo, así que conseguí aprender mucho de ellos. Interpretar este papel me dio un renovado respeto por lo que Chris ha estado haciendo durante más de una década. Ahora soy consciente de la cantidad de trabajo que hay por fuera del set y que no creo que tuviera en cuenta cuando era sólo ‘la chica’ en la primera película. En ese entonces, no vi todo lo que pasaba detrás de las escenas, ahora que me metí en toda la coreografía y el entrenamiento, entendí que es un trabajo triple de lo que estaba haciendo en ese entonces”, explicó la intérprete, quien se mudó varios meses a Australia, para la grabación de esta historia, por las garantías que ofreció el país sobre seguridad y costos, en medio de las dificultades que supuso la pandemia para la industria cinematográfica.
A esta israelí nacionalizada estadounidense, la trama de su personaje, al igual que a los fanáticos, no la dejó indiferente. “Estoy especialmente agradecida por la imaginación de todo el mundo en la producción por haber elegido a una persona de 1,60 metros para un papel de alguien de más de 1,90. Creo que eso requiere una verdadera apertura en la imaginación y probablemente no era algo que pudiera esperarse. Al menos, no pensé que pudiera ser posible”.
El verse vestida con el traje de superheroína, con capa incluida, lo describió como una experiencia salvaje. “Después de ver a Chris (Hemsworth) llevar el atuendo durante tantos años, y luego ser vestida con un traje similar, con las botas y todo, fue bastante surrealista la primera vez, pero sin duda, es algo que te inspira y transporta para vivir en la piel del personaje”.
Cuando no está actuando, dirigiendo o produciendo, Natalie Portman dedica su tiempo a varias causas humanitarias. Es embajadora de WE, organización que capacita a los jóvenes para eliminar las barreras que les impiden ser ciudadanos locales y globales activos y es miembro fundador de Time’s Up, campaña liderada por mujeres de la industria del entretenimiento para que tanto hombres como mujeres de todo el mundo garanticen la igualdad y la seguridad en el lugar de trabajo para todos.
Es por esto que considera que la inclusión de más mujeres en papeles de heroínas es un paso importante para Hollywood y se siente orgullosa de que su personaje haga parte de la transformación de la industria. “Siento que ha cambiado desde el mismo hecho de lograr esta oportunidad, con una forma tan increíble de explorar una superheroína femenina que podría ser bastante vulnerable y débil. Es un placer encontrar la fuerza en eso, y a la vez, ser más como un humano con el que podría relacionarme personalmente”.
Más allá de la pantalla
Sin capa, ni martillo, Natalie Portman lleva casi 30 años cambiando la historia de Hollywood. Es considerada una de las actrices más influyentes en la industria al ser de las pocas que ha ganado cuatro de los premios más importantes del cine como los Premios Oscar, BAFTA, Globo de Oro y el Premio del Sindicato de Actores en la categoría de Mejor Actriz.
Habla con fluidez hebreo, inglés, español, alemán, japonés y francés.
Una niña prodigio
Un agente descubrió a Natalie Portman cuando tenía 11 años, mientras estaba comiendo en una pizzería neoyorquina. A los 13 protagonizó su primera película, ‘Léon: The Professional’ (1994), dirigida por Luc Besson, en la que compartió pantalla con Jean Reno y Gary Oldman.
Desde entonces, ha luchado para alejarse de la imagen de ‘Lolita’.
En 2018, en pleno auge del movimiento ‘Me too’ contó lo que supuso para ella estar en el foco de atención desde tan joven. “Cuando recibí la primera carta de un fan, lo que leí fue una fantasía que un hombre me había escrito en la que me violaba. Cuando iba a cumplir mis 18 años, en la radio local empezó una cuenta atrás para acostarse conmigo”, recordó.
“Las críticas de cine hablaban de mis ‘pechos incipientes’. Entendí muy rápido, a mis 13 años, que si quería expresarme sexualmente, me sentiría insegura”, señaló entonces la actriz, que desde su debut rechazó cualquier papel que incluyera escenas de sexo.
Su segunda aparición, aunque fue un papel muy pequeño, se dio junto a Al Pacino y Robert De Niro, lo que la terminó de perfilar como una promesa para ocupar el firmamento de Hollywood.
Pertenece a la realeza de ‘Star Wars’, por interpretar el papel de la reina Padmé Amidala en los episodios I, II y III de La Guerra de las Galaxias.
Su papel en el drama de Wayne Wang, A Cualquier Otro Lugar (1999), le valió su primera nominación a los Globos de Oro como mejor actriz secundaria, pero no ganaría esta estatuilla hasta 2004, como mejor actriz secundaria por ‘Closer, filme dirigido por Mike Nichols por el que también fue nominada al Premio Oscar, y en el que trabajó con Jude Law, Clive Owen y Julia Roberts.
Antes de ganar el Oscar a mejor actriz por su papel en el Cisne Negro, de la mano del director Darren Aronofsky, reforzó su lugar en el corazón de la crítica, cuando se afeitó la cabeza y trabajó con un profesor de canto para aprender a hablar con acento inglés para ‘V de Vendetta’ en 2005.
Natalie debutó como directora con ‘A Tale of Love And Darkness’ (2015), que adaptó el libro autobiográfico ‘Una Historia De Amor y Oscuridad’ del escritor israelí Amos Oz.
En 2017 reforzó su leyenda al ser nominada como mejor actriz a los Critics Choice Awards, los Premios del Sindicato de Actores (SAG), los Bafta, los Globos de Oro y los Óscar, por su delicada interpretación en Jackie, película que muestra el papel de Jacqueline Kennedy en los momentos inmediatamente posteriores al asesinato de su esposo, John Fitzgerald Kennedy.
Mujer de familia
Su nombre real es Natalie Hershlag y adoptó su nombre artístico por el apellido de soltera de su abuela paterna, Portman. Nació en Jerusalén, Israel, el 9 de junio de 1981. Tiene la doble nacionalidad estadounidense e israelí y ha declarado que ama “verdaderamente a los Estados Unidos, pero mi corazón está en Jerusalén. Es allí en donde me siento en casa”.
Su padre es un médico especializado en fertilidad y su madre pasó de ser ama de casa a convertirse en su agente. Su bisabuela, originaria de Rumanía, sirvió como agente secreto para el Servicio de Inteligencia Británico durante la Segunda Guerra Mundial.
Siendo muy reservada con su vida privada, jamás ha ocultado la historia de su familia. A menudo tenía que dejar el escenario para llorar mientras participaba en la adaptación de Broadway de ‘El diario de Ana Frank’ en 1997. Sus abuelos perdieron a la mayoría de sus familiares en el Holocausto, asesinados en el campo de concentración de Auschwitz.
Su carrera como intérprete no fue impedimento para desarrollar su formación académica, estudiando psicología en la Universidad de Harvard.
Conoció a su esposo, el bailarín de ballet francés Benjamin Millepied, en el rodaje de una película Cisne Negro, donde él trabajaba como coreógrafo.
La pareja tiene dos hijos, Aleph y Amalia y viven la mayor parte del tiempo en Francia, donde reciben menos atención mediática y Millepied ha sido director de la Ópera de París.
Involucrada en varias causas humanitarias y medioambientales, no deja de lado su activismo político, por lo que en 2018 rechazó el Premio Génesis de Israel, como crítica al papel de su país de origen respecto a Palestina y para que no se interpretara como un respaldo al presidente Benjamín Netanyahu.
En 2020 debutó como escritora con el libro infantil ‘Natalie Portman’s Fables’, que reinterpreta, en clave moderna, algunas fábulas clásicas y, además, es copropietaria del equipo de fútbol femenino de Los Ángeles, Angel City.
'Thor: Amor y trueno’
La película se sitúa tiempo después de los incidentes que se vivieron en ‘Avengers: Endgame’, es por ello que los Guardianes de la Galaxia quieren convencer a Thor para que se enfrente a Gorr, El Carnicero de Dioses.
En este escenario, Thor intenta reclutar a sus diferentes cómplices y amigos, entre ellos: Jane Foster, Valkyrie y Korg para hacerle frente nueva aventura. Vale la pena recordar que al final de ‘Vengadores: Endgame’, Thor se marcha con los Guardianes de la Galaxia.
Gorr, el villano interpretado por Christian Bale, es un alienígena que proviene de un planeta desconocido, con escasos recursos, que solicita ayuda a los dioses para sobrevivir, pero tras la ausencia de una respuesta, emprende una venganza y decide matar a todos los dioses del cosmos.