A través del Feng Shui, un antiguo arte y ciencia chino que ha cautivado la atención de millones de personas en todo el mundo, se han creado diversas estrategias y perspectivas para mejorar la vida, el entorno y el bienestar general de las personas.
Los orígenes del Feng Shui se remontan a la antigua China, donde los sabios observaban cómo el entorno natural afectaba la vida de las personas. Se desarrolló sobre la base de la observación y la conexión con la naturaleza, y su objetivo era comprender cómo el flujo de energía influía en la salud, la riqueza y la felicidad de las personas.
Entre estos está el concepto de “malas energías”, ya que está relacionado con las creencias espirituales y culturales que con la ciencia o la cocina en sí. Es por ello que teniendo en cuenta esta base, algunos consideran que ciertos rituales o prácticas pueden ayudar a alejar o limpiar energías negativas.
Además, es importante resaltar que tiempos antiguos, la sal se ha usado para limpiar y purificar los espacios.
- Umbral de la puerta: algunas tradiciones sugieren esparcir sal en el umbral de la puerta de entrada de la cocina como una forma de protección y para evitar que las malas energías entren en el hogar.
- Esquinas de la cocina: colocar un pequeño recipiente con sal en las esquinas de la cocina puede considerarse un gesto simbólico para alejar las energías negativas que puedan acumularse en esos lugares.
- Cerca de ventanas y puertas: según algunas creencias, las ventanas y las puertas son puntos de entrada para las energías externas. Colocar sal cerca de estas áreas podría considerarse una manera de proteger el hogar y la cocina de influencias negativas.
- Cerca del lugar de trabajo: si hay un área específica en la cocina donde realizan la preparación de alimentos con frecuencia, se puede colocar un poco de sal en este lugar como una forma simbólica de purificación antes de comenzar a cocinar.
Cerca de elementos cortantes: algunas tradiciones consideran que los cuchillos y objetos afilados pueden acumular energías negativas. Colocar sal cerca de los utensilios de corte podría interpretarse como una forma de neutralizar esas energías.
¿Cómo evitar las malas energías?
Cabe señalar que si bien no hay evidencia científica que respalde la existencia de “energías negativas”, es comprensible que algunas personas deseen mantener un ambiente positivo y armonioso en su hogar.
El primer paso para evitar las malas energías es mantener un espacio limpio y organizado. El desorden puede generar una sensación de caos y dificultar el flujo de energía positiva. Las personas que se dedican a procesos espirituales y de relajación recomiendan que se debe tomar el tiempo para despejar áreas desordenadas y deshacerse de objetos innecesarios que solo acumulan energía negativa.
La naturaleza posee una energía rejuvenecedora y positiva. Se deben integrar elementos naturales en el hogar o lugar de trabajo, como plantas, piedras, conchas marinas o imágenes de paisajes relajantes. Estos elementos ayudan a conectar con la tierra y atraer energía positiva.
La quema de incienso o hierbas como el sándalo, la salvia o el romero puede ayudar a limpiar y purificar el ambiente. Esta práctica, conocida como “sahumar”, ha sido utilizada en diversas culturas para alejar energías negativas y promover la tranquilidad.
La meditación y el mindfulness son técnicas poderosas para liberar tensiones y reducir el estrés. Estas prácticas permiten centrar la mente y llenar el espacio de energía positiva. Incluso unos minutos de meditación al día pueden marcar una gran diferencia en la atmósfera del lugar.
Algunas personas recurren a amuletos o cristales protectores, como el cuarzo o la turmalina negra, para alejar las energías negativas. Aunque su efectividad puede variar según las creencias individuales, muchos encuentran consuelo y tranquilidad al llevar consigo un objeto simbólico de protección.