Por Daniela del Mar Peña
En los últimos días, el tema de conversación en redes sociales ha sido la manera como el actor cucuteño, Alejandro Estrada, está afrontando la infidelidad de su esposa, la también actriz Nataly Umaña, quien inició una relación “de coqueteo” con otra persona, en el reality La Casa de los Famosos, y su “traición” se ha conocido en televisión nacional. Para muchos, la actitud del también modelo ha sido de admirar, pues se ha mostrado respetuoso, maduro y limitante, pese al dolor del engaño.
Estudios sociológicos establecen que, para los hombres enfrentar las decepciones amorosas puede resultar un desafío distinto a cómo lo viven las mujeres, y aunque el dolor y las emociones no son un tema exclusivo para un solo género; y las reacciones frente a una posible frustración son el resultado de una combinación única de la personalidad, experiencias pasadas y recursos emocionales, se puede asegurar que, por los comportamientos sociales, la forma cómo se afrontan estas situaciones sí se segmentan por géneros.
“Tenemos estructuras mentales diferentes, las mujeres solemos hablar más que los hombres, por ende podemos expresar lo que sentimos. Esto es relativo porque cada persona tiene un esquema, pero existe un patrón de comportamiento”, explica Paula Dávila, sicóloga clínica.
La suma de los estereotipos como que “los hombres deben ser fuertes” suelen llevarlos a tomar estrategias de sanación que no son tan saludables, como el distanciamiento y la evasión de la conversación e incluso la negación.
“Los hombres tenemos la tendencia a reprimir los sentimientos, contrario a las mujeres que son más abiertas a exteriorizar lo que sienten. El ego y la creencia social donde el hombre debe permanecer ‘siempre fuerte’ nos lleva un poco a eso”, cuenta desde su experiencia León Rico Valencia.
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Una posición que se encuentra directamente relacionada con los resultados del estudio titulado Gender Differences in Coping With Heartbreak: A Study (Diferencias de género en el afrontamiento del desamor: un estudio), realizado por Bojana Bodrož a y Aleksandar Ðordevic y publicado en la revista Psychological Topics.
El estudio explica que “en general, las mujeres tienden a ser más propensas que los hombres a buscar apoyo emocional y expresar abiertamente sus sentimientos después de una ruptura”.
Entre las etapas por las que ellos pasan al enfrentarse a una ‘tusa’ amorosa, está la negación, la cual se puede evidenciar de distintas maneras: Desde rechazar la realidad de la situación hasta aislarse emocionalmente de los demás. Entre las acciones más comunes, se encuentra buscar distracciones (otras parejas) y tratar de evadir el dolor a través del trabajo o actividades recreativas.
Esta es una estrategia consideraban arma de doble filo, porque si bien permite un distanciamiento emocional, concentrando su energía en actividades diferentes, y además es una forma de vivir el duelo, también estos comportamientos pueden no ser saludables a largo plazo, ya que reprimir emociones por lo general deja como resultado una acumulación de estrés y dolencias emocionales, más complejas de afrontar.
Sin embargo, con el pasar de los años, y teniendo en cuenta que en la actualidad la lucha contra los estereotipos y la preocupación por la salud mental ha aumentado, los hombres han adoptado costumbres más saludables, como asistir a terapia para superar la pérdida.
“Solemos ir a terapia, salir con amigos, hacer mucho ejercicio, encontrar un enfoque en otras actividades, todo esto de la mano con el proceso de duelo, aceptación y demás”, dice Rico.
Por su parte, la sicóloga clínica, Paula Dávila, explica que según su experiencia en los últimos años las terapias con hombres han aumentado.
En el texto ‘Síntomas y Signos de Personas que afrontan el Duelo por Ruptura Amorosa’ se explica que “algunos hombres utilizan la reflexión y la autoconciencia como herramientas para explorar y comprender sus emociones. Lo que puede implicar examinar sus pensamientos y sentimientos en profundidad, identificar patrones emocionales y desarrollar una mayor comprensión de sí mismos”.
Una acción que el sicólogo Miguel López, considera correcta, ya que si se hace de manera adecuada y con el seguimiento de un terapeuta, las personas pueden hacer un ejercicio correcto, “este tipo de terapias permite que no solo los hombres (en este caso) puedan superar el dolor, sino que también es una oportunidad para que las personas reconozcan y realicen cambios para se una mejor versión de sí mismo y así poder ofrecer esta ‘persona mejorada’ a la futura relación”, explica.
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Aunque la manera de afrontar las situaciones es distinta tanto para los hombres como para las mujeres, es incorrecto pensar que porque ellos suelen ser más reservados o no construyen una red de apoyo, basada en la comunicación abierta, significa que sean menos sensibles. El camino correcto es reconocer que existen maneras distintas de sentir y en todos los casos el apoyo es fundamental.
“Todos dolemos ante la pérdida y tenemos maneras y tiempos diferentes para poder superarlo, lo que es cierto es que la gran mayoría de personas en algún momento de la vida vamos a tener que afrontar pérdidas, lo que hará la diferencia, es reconocer cuáles son las herramientas emocionales que tenemos para afrontar el dolor”, dice Dávila.
¿Qué hacer si estoy en una ‘tusa’?
Paula Dávila, sicóloga clínica, considera que para superar una decepción amorosa es fundamental cuidar dos aspectos importantes de la vida de las personas: el sueño y la alimentación.
“Estas dos son las estructuras bases de la salud mental, es decir, que mientras la persona tenga esos dos recursos regulados, la persona estará en las capacidades óptimas para afrontar una pérdida, sin tener ningún tipo de problema emocional y caer en depresión”.
Otra de las recomendaciones que ofrece la experta en la salud mental, es darle un cierre a la relación, este paso puede ser con la persona o solo, depende de la situación: “Cuando hablamos de un cierre hay ejercicios básicos como escribir una carta, o la simulación de silla vacía, donde se pide perdón y se perdona todo lo que lastimó la relación”.